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“Soy de barrio y estoy feliz de eso”: María Guerrero, censurada en la U. del Rosario

María Camila Guerrero Hoyos tiene 20 años, nació en Popayán, es la menor de cinco hermanos, hija de líderes sociales y estudiante de octavo semestre de Derecho en la Universidad del Rosario.

Pilar Cuartas Rodríguez (@pilar4as)
05 de mayo de 2021 - 08:46 p. m.
María Guerrero cursa octavo semestre de derecho en la Universidad del Rosario.
María Guerrero cursa octavo semestre de derecho en la Universidad del Rosario.
Foto: Cortesía

Este martes, en medio de las intensas jornadas de protestas del Paro Nacional en Colombia, la estudiante María Camila Guerrero Hoyos denunció en redes sociales que un profesor la censuró en una clase virtual y le exigió quitar su foto perfil, que apoyaba las manifestaciones con el siguiente mensaje: “Qué difícil estudiar mientras matan a mi pueblo”. Esa imagen es la misma que han compartido cientos de estudiantes en Colombia que apoyan el paro, pero que, debido a distintas razones, no han podido salir a las calles. (Alumna denuncia que profesor la censuró y le exigió quitar su perfil apoyando el Paro Nacional)

Esa imagen fue la que disgustó al profesor de Derecho de la Universidad del Rosario Edgar Ramírez Baquero, quien le pidió a María Guerrero retirarse de su clase después de que ella se negara a cambiar la foto. “Retíreme ese mensaje, porque yo estoy dictando clase y no quiero meterle otros temas. Y si lo que quiere mostrarme es eso, me hace el favor y lo retira inmediatamente, esto es serio. Mientras yo esté dictando clase no quiero sesgos de nada”, afirmó el docente Ramírez. (U del Rosario confirma el retiro de profesor que censuró a alumna por Paro Nacional)

Guerrero y otros compañeros compartieran en sus redes sociales fragmentos de la clase y en cuestión de horas el hecho se volvió viral. En medio de la discusión, la Universidad del Rosario informó, a través de un comunicado, que el profesor Ramírez Baquero fue desvinculado de la Facultad de Jurisprudencia desde las horas de la tarde del martes.

“Toda manifestación de violencia y discriminación. Es inaceptable lo ocurrido en clase con uno de nuestros profesores en la mañana de hoy. Reiteramos el mensaje de nuestro comunicado institucional de promover el respecto, por la diversidad y propiciar espacios de diálogo sobre los desafíos de Colombia. Reconocemos que todos somos diferentes, pero nunca indiferentes a la realidad de nuestro país”, aseguró la Universidad del Rosario. (Facultades de varias universidades se unen al Paro Nacional)

María Camila Guerrero Hoyos conversó con El Espectador sobre lo sucedido y las lecciones que le deja a la academia.

Cuéntanos un poco de ti y de tu formación.

Soy de Popayán, Cauca. Curso octavo semestre de derecho en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario. Soy activista de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Hago parte del grupo asesor y regional del Instituto Interamericano de la Niñez de la Organización de los Estados Americanos. Soy estudiante, joven, me gusta moverme en redes sociales, antes de esto ya hacía ciberactivismo poniendo sobre la mesa temas para discutir. Soy fundadora de un proyecto llamado 100% activos, que funciona en Popayán. Tengo 20 años y provengo de una familia numerosa, somos nueve en total.

¿Cómo llegas a Bogotá a estudiar?

Accedí a la beca de Ser Pilo Paga, por promedio del examen ICFES. Fue difícil llegar a Bogotá, pero sabía que quería estudiar en la Universidad del Rosario, por su significado en el país, es un hito, tiene una trayectoria de muchos años, ha estado en movimientos como la Séptima Papeleta y quería formarme en una de las mejores facultades de jurisprudencia. Fue duro el cambio de vivir acompañada a vivir sola, llegué de 16 años, pero este es mi sueño.

¿Por qué quieres ser abogada?

Desde muy niña, a los nueve años, empecé a hacer ejercicios de representación ciudadana fui parte de las mesas de participación de infancia y adolescencia de mi municipio, las mesas departamentales, las mesas regionales para la promoción de los derechos sexuales y reproductivos, entre otras. En mi infancia y adolescencia estuve cerca de espacios que se dedicaban a la defensa de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Esta cercanía con la comunidad me permitió escoger qué carrera podía poner a disposición de la comunidad.

Yo me formé en estos espacios comunitarios, mis papás han sido grandes líderes en territorio. Eso me hizo ver que la carrera de derecho me ayuda a seguir promoviendo estos espacios de diálogo intergeneracionales.

¿Cómo tu experiencia personal atraviesa ahora tu postura frente al Paro Nacional?

Crecí en un barrio popular (Bello Horizonte) viendo situaciones de pandillismo. Soy una chica de barrio y estoy feliz de eso. Esto me hizo generar conciencia, criterio y un montón de cosas más que me atravesaron y formaron mi carácter. Vi a mi alrededor muchas injusticias y desigualdades. Y a eso se suma también mi propia situación personal, mi mamá y mi papá estuvieron muchos años al frente de un proyecto llamado Bandera Joven y trabajaron con chicos en pandillas o en drogadicción, e hicieron un proyecto muy lindo de reconciliación entre dos pandillas.

Crecí viendo estos escenarios en mi barrio, debajo de mi cuadra. Yo vivía cerca de un polideportivo, que es el lugar en los municipios donde pasan “cosas”. Entonces, no soy ajena a las desigualdades y todo esto me atravesaron a mí y a mi familia. Nos hicieron tomar acción y postura.

¿Tu mamá y tu papá también ejercen el derecho?

No son abogados, son líderes de barrio. Ellos no pudieron acceder a la educación superior, llegaron hasta el bachillerato. El último empleo de mi papá fue de vigilante y mi mamá fue niñera. Sin embargo, no soy la primera de mi familia en acceder a la educación superior, mis hermanos lo hicieron antes que yo, soy la menor de cinco hermanos. La educación superior ha dignificado nuestras vidas. Mi hermano mayor es abogado egresado de universidad pública, mi hermana es fisioterapeuta y otro hermano está empezando derecho.

¿Cómo mejoró la educación sus condiciones de vida?

Yo aún no estoy graduada y ha sido difícil conseguir empleo, pero mis hermanos sí están trabajando y eso cambió nuestras vidas. Mis papás pagaron los estudios de mis hermanos con sus cesantías. En este momento yo tengo un problema con el inglés, no estudié colegio bilingüe y fue difícil para mí hacer un curso de inglés mientras estaba en el colegio, y ahora la universidad lo exige.

Mis papás me pagaron ese curso con cesantías. Siguen y siguen esforzándose y se los agradezco. En Colombia que es tan difícil acceder a la salud, el hecho de recibir educación ha cambiado nuestras vidas y nos ha dado la posibilidad de una vida diga. Y también quiero decir que en este país aprender inglés es un privilegio.

¿Por qué pusiste la imagen en tu perfil de “Qué difícil es estudiar cuando matan a mi pueblo”?

Quería visibilizar lo que está pasando en el país, están asesinando jóvenes allá afuera, y me rehusaba a pensar estar sentada en un computador ajena e indiferente a lo que está pasando en las calles. También he salido a manifestar de forma pacífica también y cada día pienso: “pude ser yo, pudo ser mi hermano”. Solo quería manifestar que no hay que desconocer la realidad. Esta es una forma válida de manifestarme en las aulas y decir que a todos nos afecta.

En temas de salud mental no todos podemos decir que estamos bien. Estamos en una pandemia, que con eso ya es suficiente, y ahora un Paro Nacional con muertes, agresiones y abusos. La vulneración derechos ha sido amplia. Mi mensaje era: “Hey, profe, no estoy bien. Estamos en pandemia y Paro Nacional”. Y más cuando uno ha vivido en provincia, porque cuando uno se aleja de Bogotá entiende que hay otras realidades, otros jóvenes que transitan distinto a uno. De eso se trata la empatía. Pero claramente mi profesor no se sintió cómodo, no le gustó el mensaje.

¿Cómo te sentiste con la reacción del profesor?

Ese día solo pretendía entrar a clase, no tenía buena conexión y estaba estresada por eso. Tuve que salir de mi habitación, que es mi espacio de estudio, a agarrar mejor señal de internet. Estaba desde el celular, en altavoz, con mi papá, mi mamá y mi sobrino al lado. Fue una humillación para mí y mi familia. Mi mamá estaba que prendía el micrófono e intervenía por mí. Yo crecí en un hogar lleno de amor, nos tratamos con respeto. Entonces, a mi mamá le parecía insólito que en mi casa no me hablan así, pero en el aula de clase sí.

Yo me siento orgullosa de estudiar en la Universidad del Rosario, así que no me lo esperaba porque se supone que la universidad es un espacio seguro. Soy muy emocional, así que me puse a llorar. A partir del lenguaje, se puede generar violencia, el lenguaje es importante y más en espacios académicos. Las palabas sí pueden marcar la diferencia.

¿Cómo llegó el video a redes sociales?

Al final de la discusión yo sabía que él no iba a cambiar su postura ni yo estaba dispuesta a cambiar mi foto de perfil. Preferí salirme de clase. Mi mamá me abrazó. Luego, mandé ese video al grupo de mi familia y lo hice público en mis redes sociales, para que se diera esa discusión. En tres horas se volvió viral.

Yo soy partidaria de que lo privado también es público. Me violentaron mis derechos a la libre expresión, a la protesta, estaba ejerciendo mis derechos. Mi profesor me negó el acceso a una educación porque, aunque yo me salí antes, él dijo después “sálgase de mi clase”.

¿Qué opinas de la respuesta de la universidad?

Fue congruente y solidaria. Actuó bien, siento el apoyo de mi facultad, y desplegó el apoyo psicológico y disciplinario. Entiendo que no es un profesor que representa la universidad, pero es importante que a partir de ahora sí se discuta realmente el tema. ¿Es el único profesor o hay más que hacen estas cosas? Espero que se dé la discusión interna y administrativamente.

A partir de tu video han salido otros videos de clases en las que profesoras censuran también a los estudiantes que protestan. ¿Cuál crees que es la labor de los profesores en medio del paro?

Si bien no están obligados a tomar posición, es importante que no sean indiferentes. El paro es una realidad nacional, está pasando. Y hay que tener empatía, entender cómo afuera de las aulas están marchando. La academia tiene que ser el espacio para universalizar conocimientos y tener discusiones reales. ¿Qué tipo de profesionales vamos a hacer mañana si no estamos conectados con el país? No todos tienen que estar de acuerdo, pero podemos empezar a dialogar desde el respeto y la igualdad sobre las problemáticas del país. Lo que pasa en Colombia ahora trasciende las aulas.

Por Pilar Cuartas Rodríguez (@pilar4as)

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Cesar(7595)09 de mayo de 2021 - 12:40 p. m.
Cuando se dice la verdad no se hiere el alma. Orgulloso de ti Camila....
juan(06553)07 de mayo de 2021 - 01:29 a. m.
Me quito el sombrero ante usted, MARÍA CAMILA, gran ejemplo para el país. Muchos logros en su futuro. COLOMBIA está orgullosa de su talante.
Aldemar(14308)06 de mayo de 2021 - 11:52 p. m.
Un leguleyo que abusa de su poder! Pobre inepto!
Aldemar(14308)06 de mayo de 2021 - 11:51 p. m.
Bravo María Camila: la juventud nos da ejemplo de resistencia a la injusticia!
Arkanos(kwupp)06 de mayo de 2021 - 05:59 p. m.
Seudo maestro clasista y lamekulo ¿buscando aumento o extensión de contratico?
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