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“Gracias por unirse a la reconstrucción de un sueño de paz”. Esta es una de las frases que se lee en el tapiz hecho a pulso por las tejedoras de Mampuján, un corregimiento del municipio de María la Baja, Bolívar. En él, como en muchos otros, representan el perdón y anhelo de paz después de vivir en carne propia las masacres y el desplazamiento a manos de los paramilitares que se enseñorearon en los Montes de María entre 1996 y 2004, llevando la barbarie a estas tierras. Homicidios selectivos, matanzas y desapariciones forzadas fueron su política. (Vea en imágenes: Tejer para sanar)
Este miércoles las tejedoras se llevaron el Premio Nacional de Paz después de construir el perdón, exorcizar y olvidar puntada a puntada aquellas amenazas de personas como alias ‘Diego Vecino’ o alias ‘Juancho Dique’, quienes prometían para esos días grises jugar fútbol con sus cabezas si no dejaban la tierra que las vio crecer.
El Espectador le muestra en cuatro artículos la valiente historia de las tejedoras de Mampuján, ejemplo de violencia, amor, perdón, reconciliación y paz.
Mampuján, todavía un pueblo fantasma: la historia de un pueblo que pasó de ser sometido por los ‘paras’ a cuna de las ganadoras del Premio Nacional de Paz.
El perdón a “Juancho Dique”: de cómo las mujeres que vivieron el terror sembrado por el líder paramilitar decidieron optar por el perdón.
Única sentencia de Justicia y Paz: ”Diego Vecino” y “Juancho Dique” fueron los primeros ex jefes de las AUC condenados en el marco de la ley de justicia y paz. Curiosamente, uno de los casos por los que tuvieron que responder fue del de la masacre de Mampuján, ocurrida en 2000. Quince años después, las mujeres de esta olvidada zona de los Montes de María ganan el Premio Nacional de Paz por sus actos de resistencia pacífica.
Las tejedoras de Mampuján: la fuerza femenina del perdón: Esta es la historia de las mujeres campesinas que ayudaron a las comunidades de los Montes de María a superar los traumas de la guerra, representando sus vivencias en figuras de tela.