Toros faltos de casta imposibilitaron la lidia en Manizales

El tendido joven y su recibimiento a los toreros durante el paseillo, el momento más emocionante de la tarde. La ganadería Paispamba quedó en deuda con los toreros y la afición que asistió a la plaza.

Miguel Jaramillo Ángel
07 de enero de 2020 - 02:57 a. m.
Cerca de 1.500 jóvenes demostraron su amor por la fiesta brava con un emocionante apertura de plaza con camisas blancas y pañuelos rojos. / Cortesía: Plaza de Toros de Manizales - Bryan Santiago Grisales Chica.
Cerca de 1.500 jóvenes demostraron su amor por la fiesta brava con un emocionante apertura de plaza con camisas blancas y pañuelos rojos. / Cortesía: Plaza de Toros de Manizales - Bryan Santiago Grisales Chica.

Corrida de la juventud. Cerca de 11.000 personas asistieron a los tendidos durante la primera de abono en la feria de Manizales, con toros de Paispamba, faltos de casta, fondo, fijeza y las condiciones mínimas necesarias para una lidia que generara emociones en los tendidos

El encierro fue toreado por los colombianos Luis Miguel Castrillon, Juan De Castilla y el peruano Juaquin Galdós. En tendido joven, iniciativa que fomenta el arraigo cultural entre las nuevas generaciones taurinas, 1.500 jóvenes recibieron a los toreros vestidos con camisas blancas y pañuelos rojos anudados al cuello, al mejor estilo de las fiestas españolas de San Fermín.

Luis Miguel Castrillón, nacido en Medellin, vestido de perla y oro, recibió a Hacedor, de 476 kilos, en una tarde soleada en la que en el paseillo participaron: una niña con un traje de manola y un pequeño con un vestido de torero, que como muchos en los tendidos, algún día soñaron con ser matadores de toros.

Castrillón estuvo muy elegante y templado con el capote, ante un toro que poco humilló. Con la muleta, logró los mejores pases con la mano derecha, pero la embestida del toro nunca fue profunda, estuvo carente de fuerza y con la cabeza siempre arriba.

La voluntad del antioqueño no encontró respuesta en las condiciones del astado. Pinchazo, tres cuartos de espada y tres intentos con el descabello. Silencio.

Cuatrero, toro negro de 546 kilos, le correspondió en segundo turno a Joaquín Galdós, quien se dobló con el astado, fundamental para enseñarle a embestir. Pero poco quiso saber el toro de meter la cabeza. Primer puyaso serio de la feria que fue aplaudido.

Intentó Galdós llevar a Cuatrero, conduciendo su embestida por bajo, doblandose con él, pero el "alumno" no quizo saber nada de la muleta, tirando cabezazos. Imposible de lidiar.

Dos pinchazos y estocada tendida. Silencio para el torero y pitos en el arrastre para el toro.

Juan De Castilla y Hacendoso, castaño de 466 kilos, se encontraron en el ruedo. No terminó de romper su embestida en el capote, pero Castilla lo hizo todo de manera correcta a favor del toro.

Inició por bajo la faena, entendiendo que debía llevar con calma y temple la embestida de un animal que amenazaba con irse a las tablas. Pero De Castilla siempre ahí, aplomado y ofreciendo la muleta, por derecha e izquierda. De uno en uno, con pausa, sacó lo que tenía de casta Hacendoso. En la espada, tras tres pinchazos y múltiples fallos en el descabello, perdió la oportunidad de cortar la primera oreja de la tarde.

Bastonero, toro jabonero de 486 kilos, llamó la atención de los tendidos por su pelaje. Buena vara del picador Clovis Velásquez. Desde el arranque el toro mostró poca fijeza y transmisión.

Garrido y Jaime Mejía se encargaron de regalarle a los asistentes el mejor tercio de banderillas de la tarde. El público así lo reconoció, y tras una fuerte ovación, salieron al tercio a saludar.

El toro no cambió en la muleta, se rajó pronto por su falta de casta, la cual mostró desde un principio en el capote.

Castrillón, consciente de la condición del toro, lo intentó de rodillas, para alegrar a los tendidos, pero la falta de condiciones del toro nubló cualquier posibilidad de lidia para triunfar. Se refugió en tablas el astado. Pinchazo, estocada completa y descabello. Silencio.

Las cosas no cambiaron en el quinto. La casta ausente, sin alegría en la embestida y distraído, como la mayoría de sus compañeros de encierro. El ganadero tendrá bastante por analizar ante la falta de bravura que se vivió.

No hubo opción para Juaquín Galdós. El torero español Jesús Manuel El Cid, afirmó: "La falta de alegría y bravura de los toros fue algo desafortunado y que no respondió a la ilusión de los toreros jóvenes y a la respuesta de la afición".

Cerró la tarde Barato, de 536 kilos. Sexto de la tarde y segundo del lote de Juan De Castilla. Se repitió la historia, no se vio torear con el capote por la falta de bravura del animal.

En banderillas, Ricardo Santana y John Jairo Suaza Chiricuto dejaron pares en los que expusieron y dejaron de los mejores recuerdos de una corrida amarga.

El comienzo de la faena de De Castilla ilusionó. El toro no era sencillo, pero iba a la muleta y embistió cuantas veces lo citó el torero, con el peligro de que buscaba el cuerpo, desarrolló sentido y sabía que dejaba atrás cada vez que pasaba por la muleta. Sonó la musica, se escucharon los olé y se vivió un momento de alegría taurina en los tendidos.

Fue una batalla de un torero lleno de valor ante embestidas agresivas y revueltas. Pero eso es la lidia, intentarlo ante las condiciones que plantea el toro. Se la jugó De Castilla, honesto y comprometido. Plantó cara y dijo presente.

La ilusión de una oreja se diluyó nuevamente por los fallos con la espada de De Castilla. Pinchazo, dos entradas a matar en la que la espada entró completa.
 
Resumen

Luis Miguel Castrillon: Silencio y silencio.
Juan Galdós: Silencio y silencio.
Juan De Castilla: Silencio y silencio.

Por Miguel Jaramillo Ángel

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