El Magazín Cultural

El teatro La hora 25: El arte para la transformación social

¿Qué pasa cuando el teatro deja de hacerse como se ha hecho? ¿Qué pasa si en vez de espadas encontramos pistolas, y en vez de príncipes, gánsters? ¿Qué pasa cuando las tragedias o las obras de Shakespeare suceden en Medellín en vez de Europa?

Verónica Valencia E.
22 de marzo de 2018 - 01:00 p. m.
  Imagen de una de las adaptaciones  que pueden verse en El Teatro La Hora 25, de Medellín. / Cortesía Elvis Zapata
Imagen de una de las adaptaciones que pueden verse en El Teatro La Hora 25, de Medellín. / Cortesía Elvis Zapata

 

 

Electra, Macbeth, Ensayando a Shakespeare, Romeo y Julieta, Hamlet, Ricardo III y Medea son algunas de las obras que ha montado el Teatro La Hora 25, grupo que nació en la ciudad de Medellín en 1989 y desde entonces se ha dedicado a construir mundos que sirven para crear un puente entre el pasado y el presente, todo a partir de un estilo muy propio, el de Hora 25. Shakespeare, Sófocles, Esquilo, Eurípides entre otros, han servido al grupo para darle una mirada renovada al teatro, para pensar lo humano, la vida.

El grupo, que estuvo durante muchos años bajo la dirección de Farley Velásquez, quien ya no los acompaña hace casi tres años, ha sido un punto de referencia para el teatro de la ciudad, un punto de quiebre en el cual ni la muerte pudo acabar con el legado que tenía este para el teatro en la ciudad de Medellín y el resto del país. Bajo la actual dirección de Carola Martínez Bandera, este es uno de los teatros más antiguos de la ciudad de Medellín, que sigue estando aún con el tiempo, continuando como mencionábamos anteriormente con el legado dejado por Farley, quien sigue presente y seguirá presente hasta la hora 25.

El Teatro La hora 25 decidió romper esquemas, pues a diferencia de muchos teatros que han perdurado en el tiempo en la ciudad, La Hora 25 resolvió adaptar obras clásicas como tragedias griegas y del teatro Isabelino a una estética y enfoque contemporáneo, un teatro que tome temas tan complejos como lo son los clásicos pero vistos en el hoy, en una ciudad como Medellín, rompiendo esa distancia épica que había antes entre las obras de esta clase y los espectadores locales. Siendo más que un grupo de teatro, un puente que sirve a la reflexión.

Como su mismo nombre lo indica, la hora 25 no es la última hora, sino una hora después, como ellos mismos lo explican en su página web “El tiempo preciso de la sociedad occidental. La hora actual. La hora exacta”. Es pues un teatro que hace una fuerte crítica a una época donde los hombres deshumanizados dejan de ser hombres, esta es una de las motivaciones mayores para retomar obras que hablan de las pasiones humanas.

Con la conciencia de ser un grupo que ha vivido la violencia en el contexto colombiano y en especial en la ciudad de Medellín, y sabiendo que el arte es más que un trabajo, un medio para hacerse escuchar, este busca usar el teatro como herramienta de transformación social, de reflexión crítica en los espectadores mediante la adaptación de obras clásicas. Dejando de lado las historias ocurridas en Europa para contar las mismas situaciones extrapoladas a un contexto paisa, por lo que se puede encontrar frecuentemente en sus obras la presencia de gánster, asesinos, pandilleros y prostitutas.

Se puede ver esto en todas sus obras. Por ejemplo, en Macbeth, hay una adaptación que busca cuestionarse sobre los temas que toca la obra. Como una forma de hacer paralelos entre la situación de la Medellín de los años 90, el acercar las obras al contexto de los espectadores busca generar más impacto en ellos, pero estos cambios, sin dejar de ser el Macbeth clásicop atravesado por la pasión y la ambición de poder.

No es sólo la forma de hacer la lectura de las obras lo que hace que La Hora 25 rompa esquemas tradicionales del teatro en una ciudad tan conservadora. Además de esto, el trabajo teatral se puede encasillar bajo una estética muy visceral y que va en busca de lo orgánico. El grupo se ha consolidado en torno a una forma un tanto oscura para logar en el público la reflexión, sin necesidad de muchos aparatos escenográficos, sino el uso del cuerpo; mediante el baile y la actuación, los cambios en los tonos de voz y el uso de las luces, como un personaje más que le da fuerza a las obras.

Actualmente, el teatro se encuentra ubicado en El Barrio Cristóbal, en la América, Medellín, y tiene una programación continua de temporadas propias y grupos invitados. Esta ubicación es otra muestra de cómo el grupo rompe el esquema, pues se sale del circuito teatral de la ciudad, que se encuentra ubicado principalmente en la zona centro y La hora 25, como su nombre lo indica, está un poco más allá.

Por Verónica Valencia E.

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