Se trata de una tertulia, una conversación a destiempos. La lectura puede ser un ejercicio solitario, pero cuánta vida gana al ser compartida. Los tuiteros publican links para esclarecer algún pasaje; cuadros clásicos que le dan un rostro a Tetis, “la de los pies de plata”; o sus propios dibujos en los que interpretan el canto que se lee semanalmente. Ha habido quienes le han hecho canciones a Aquiles y otros que se han puesto en la tarea de coleccionar epítetos. Incluso Margarita Rosa de Francisco (@Margaritarosadf) subió un video en el que lee en voz alta el comienzo del canto II.
Hace unos años el escritor italiano Alessandro Baricco intentó algo cercano: una lectura pública de La Ilíada. “El texto era ilegible: se requerirían unas cuarenta horas y un público en verdad muy paciente”, según escribió en la introducción al texto finalmente adaptado (Homero, Ilíada) para ser leído ante diez mil personas en Roma y Turín en 2004.
Solo Twitter permite un público más paciente. La lectura de un canto por semana seguirá hasta junio. Hay expertos en historia griega, pero también personas que se acercan por primera vez a este clásico del que tanto se habla pero poco se lee. Todos saben que la debilidad de Aquiles está en su talón, pero cuántos se imaginan su ira, con la que comienza La Ilíada (“Canta ¡oh diosa! la cólera del Pelida Aquiles”), esa ira que junto con la fatalidad y la gloria conducen las acciones de los humanos y dioses de esta epopeya.
“No es un reto ni un desafío. Tampoco es una competencia o una obligación. Es la lectura lenta, concentrada y compartida de los poemas homéricos”, comentó Maurette, quien volvió viral el año pasado La Divina Comedia cuando propuso leer un canto al día por esta red social y sellar cada intervención con #Dante2018.
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Aún hay tiempo para ponerse al día con la lectura de La Ilíada y reconocer en un relato tan lejano una historia tan cercana: “Quería mirarlo a los ojos. Y en sus ojos ver morir la guerra, y la arrogancia de quien la desea, y la locura de quienes la libran” (Homero, Ilíada. Baricco).