El Magazín Cultural

En Colombia hay un “Rumor”

Umbral Teatro, una de las compañías representativas del teatro nacional, casa de la dramaturgia colombiana, estrena su nuevo proyecto “Rumor”, una reflexión sobre el miedo.

Moisés Ballesteros
15 de noviembre de 2019 - 02:00 a. m.
“Rumor”, la nueva creación de la compañía Umbral, es una propuesta de teatro multidisciplinar bajo la dirección y dramaturgia de Carolina Vivas. / Cortesía Umbral teatro
“Rumor”, la nueva creación de la compañía Umbral, es una propuesta de teatro multidisciplinar bajo la dirección y dramaturgia de Carolina Vivas. / Cortesía Umbral teatro

Así como durante muchos años el laboratorio de dramaturgia en Bogotá se concentró en el teatro La Candelaria de la mano del maestro Santiago García y cuyos estudiantes son ahora parte de una generación muy significativa de la escena nacional, con proyectos creativos que giran internacionalmente y cuyas preguntas estéticas son significativamente trascendentales para un país que vive en el ojo huracán. Hoy por hoy, el Galponcito de Umbral Teatro, una sala alternativa ubicada en el que antaño fuera un sitio de discotecas, es una casa nacional para la dramaturgia colombiana. Allí, una joven generación de dramaturgos ha ido formándose a través de talleres de escritura con dramaturgos tanto nacionales como internacionales en un quehacer que cada día es más potente. Los precursores de este espacio, Carolina Vivas e Ignacio Rodríguez, están por estrenar su nuevo proyecto, una obra que cuenta con todos los requisitos para convertirse en uno de los proyectos más importantes del año, actores de enorme calidad y trayectoria, un texto que es beca nacional de dramaturgia, beca de creación a directores de larga trayectoria (Idartes 2019), una dirección con muchos quilates y un arreglo musical a la altura de todo lo anterior: Rumor.

Hace un par de semanas pasé a conocer este nuevo proyecto que estará presentándose en varios espacios de Bogotá; comienza su recorrido hoy por el tradicional teatro La Candelaria, pasará por el imponente León de Greiff de la Universidad Nacional y finalizará su temporada en la casa del grupo, el Galponcito. Visitar al equipo creativo dirigido por Vivas y Rodríguez ha sido un encuentro enriquecedor, sus búsquedas son siempre de mucha intensidad y rigor, cuentan con un equipo multidisciplinar que permite que el espectáculo se contemple en espacios expandidos, su lenguaje forma parte de una tradición metodológica llamada creación colectiva, que muchos han explorado sin dejar de producir su voz propia y sus propios procedimientos. Rumor es un espectáculo que aborda la idea de pueblo, no solo desde lo visual y desde la palabra, sino también desde lo sonoro, un elemento que parece estar tan vivo como cada uno de los personajes, se oye las voces, se oyen también los instrumentos, pero también el río que pasa, el café que se sirve en la mañana. En Rumor cada detalle cobra valor y potencia la experiencia sensible del espectador.

Por otro lado, la reflexión que desarrolla Umbral aborda el concepto de pueblo entendiendo que este, hoy por hoy, no puede ir separado de un estado de alerta permanente; se rumora que algo viene, que algo pasa y que algo va a pasar. Pasado, presente y futuro constituyen el tiempo de una ficción que se hace cargo de la fatalidad. Una Colombia que parece ser retratada sin filtro. Con el montaje de Umbral nos preguntamos todo el tiempo si vivimos el peor de los tiempos, si ya pasó o si acaso aún viene algo peor. Ahí está la clave del rumor y lo entiendo cuando hablo con Vivas; el rumor que ronda es que nunca se fueron, que siguen aquí y que seguirán matándonos. La incertidumbre hace del rumor un chisme, las voces hablan, el pueblo clama, secretea, una voz que se hace coro para multiplicar el miedo, un coro que representa a la sociedad civil, y que, frente al terror se oculta con ojos que señalan la singularidad. Rumor es un nuevo retrato de la “sin salida”, esta es una obra sobre un pasado que es presente y de un futuro que parece que ya pasó.

Sí, en Colombia hay y siempre hubo un rumor. Vivas, dramaturga de la obra, lo entiende muy bien. Rumorear, una condición particular de nuestro pueblo, al que le ha tocado aprender a hablar bajito para no guardar silencio, para no entrar en la perpetuidad del mutismo que va después del estallido, de la explosión. Umbral Teatro vuelve a la escena y su trabajo, no lo olvidemos, es siempre una pregunta por el oficio y el país.

@TeatroenBta

Por Moisés Ballesteros

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