Mide casi dos metros, carga consigo la alopecia que heredó de su padre a temprana edad, sonríe de vez en cuando, goza del anonimato y se incomoda con la fama, mas no la rechaza, bebe vodka y sale a caminar con una gorra en la cabeza. “¿Es usted Irvine Welsh?”, le preguntan. “Sí, pero eso no importa”, contesta. Nació en Escocia hace 59 años y ha publicado más de 15 títulos, entre los que se encuentran libros de relatos, novelas, obras de teatro y guiones cinematográficos. Su estilo se caracteriza por un manejo suspicaz del humor negro y el uso excepcional de ciertos vocablos propios del dialecto escocés más esencial. No se define como parte de una generación o movimiento literario, aunque se le cataloga como uno de los representantes del posmodernismo en su país.
Irreverente, contestatario y rebelde. Irvine Welsh es el escritor que les hace la vida difícil a la crítica británica, a los periodistas y a sus lectores. No es amistoso, en ningún sentido, con lo que escribe, pero sí que goza haciéndolo.
Desde Trainspotting (1993) y Acid House (1994), pasando por Porno (2002), hasta Skagboys (2013) y La vida sexual de las gemelas siamesas (2014), el autor británico ha dejado en claro que su intención nunca ha sido ser un escritor del montón. “Si por algo he de resaltar, que sea por lo que he hecho y ya está. Lo que escribo les gusta a algunos y a otros no, es natural. No soy alguien fácil de leer, lo admito. Hago muchos experimentos con el lenguaje. Yo sólo sé que mientras exista la necesidad, lo seguiré haciendo”, dice. Pues ojalá que la necesidad nunca se evapore y que haya Welsh, mucho Welsh, por un buen rato.
¿Cómo define su narrativa en relación con la literatura británica contemporánea?
No la defino en absoluto. En definitiva, son sólo historias que a la gente le gustan o no. El resto son construcciones de clase elitista que están perdiendo relevancia.
¿Por qué está interesado en usar el humor negro para escribir sus historias?
Creo que hay darle al lector espacio para interactuar con material difícil.
¿Cómo fueron las primeras páginas de “Trainspotting”?
Terribles. Originalmente fueron escritas en inglés estándar.
¿Cómo surgieron los personajes en esta historia?
Fue a la inversa. La historia surgió de los personajes.
Este es su título insignia, pero ¿qué hay de sus otros libros?
Es el más exitoso de mis libros, pero no el mejor. Hay algunas cosas interesantes detrás de Skagboys, Glue (Cola, 2003) y Marabou Stork Nightmares (Pesadillas del Marabú, 1997). Probablemente a la par con Filth (Escoria, 2000) y tal vez un poco mejor que Porno, y mucho mejor que los demás. Pero no Acid House.
¿Qué escritores lo han influenciado más?
No lo sé. La influencia es tan subconsciente… A menudo, los que te influencian son los que no te gustan, entonces crees que puedes hacer algo mejor.
¿Conoce algo de la literatura colombiana?
No es un buen negocio esto de la literatura. No está bien dirigido. ¿Gabriel García Márquez todavía cuenta como colombiano o es propiedad del mundo ahora? Creo que es criminal que no podamos leer escritores latinoamericanos en inglés mientras que nos tragamos al inglés toda la mierda inútil del día traducida al español.
¿Cómo ha sido su experiencia en nuestro país?
Estupenda. He logrado pasar un buen rato aquí.
¿Cree que escribirá sobre esto?
No. Yo nunca presumiría. Eso se lo dejo a los periodistas.