El Magazín Cultural

La botica del zorro

Los libros deberían recetarse como se receta Prozac para la depresión o ibuprofeno para el dolor de cabeza. Eso. Llegar a la botica del libro y preguntar qué hay para la melancolía y que uno salga con El principito, que podría dar más melancolía, pero al menos se entenderá mejor, se entenderá bella, necesaria.

JULIANA MUÑOZ TORO
17 de noviembre de 2017 - 02:00 a. m.
Uno de los estantes de Libros Mr. Fox / Cortesía
Uno de los estantes de Libros Mr. Fox / Cortesía
Foto: Julian Mora Oberlaender

Así funciona Libros Mr. Fox (calle 61 Nº 5-57), una nueva librería independiente en Bogotá especializada en literatura ilustrada y libros prescritos. Es, sobre todo, una buena noticia luego del cierre de La Madriguera del Conejo, pues demuestra que siguen vivos los esfuerzos por crear un país de lectores, refugios donde los grandes y niños se emocionen con las letras, hablen de clásicos y se tomen un té con autores como Dipacho, Paula Bossio o Santiago Guevara, que ya han dado charlas y talleres en este espacio.

Esta es la madriguera del zorro, o de Lucas Insignares, un artista que hace años trabaja de tiempo completo en el oficio de enganchar lectores, primero como librero en el Fondo de Cultura Económica, luego como “boticario” en su propia casa y ahora desde esta librería, donde tiene una gran colección de zorros hechos a mano y también literarios, como Fantastic Mr. Fox, de Roald Dahl. De hecho, se inspiró en la estética de la película del mismo nombre, de Wes Anderson, para crear un ambiente acogedor: el papel de colgadura, un cálido sillón y ese mueble que algunos llaman bifé que en vez de porcelanas tiene libros.

No es una librería únicamente para niños. La ilustración atraviesa todo. El corazón de este lugar es conectarse con nuevos lectores y a veces es más sugerente empezar recetando un libro objeto, una obra de arte de papel que cuenta historias increíbles, como Donde viven los monstruos (Maurice Sendak), León y Ratón (Jairo Buitrago y Rafael Yockteng) o Tengo miedo (Ivar Da Coll). Muchos se animan de pasar luego al estante de los libros menos ilustrados, pero igual de satisfactorios.

Insignares, junto con sus socios Alejandro Rodríguez y Marta Mesa, creen en la ficción para resolver los aconteceres de la realidad, en ser libreros —o boticarios— como la mejor manera de aportarles algo a las personas. Por eso también habría que celebrar la apertura de la pequeña editorial y librería Albaricoque Libros (Av. Cll. 100 Nº 49-97, Bogotá), de la nueva sede de Lerner (en el mismo local donde estaba La Madriguera del Conejo) y de Talleres Liebre Lunar, que funciona como espacio cultural y de creación con su rincón especial de libros (Cra. 11A Nº 96-51, Bogotá). Todas estas son apuestas arriesgadas, pero necesarias.

@julianadelaurel

Por JULIANA MUÑOZ TORO

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