El Magazín Cultural

Monos ganó premio a mejor película en el Festival de Cine de Londres

La película colombiana más vista del año es de descubrimiento, de adolescencia, de hermandad, de pertenecer. Viaje de una lucha de poder en la selva a la locura que rodea a los niños en la guerra.

Laura Camila Arévalo Domínguez - Twitter: @lauracamilaad
12 de octubre de 2019 - 11:20 p. m.
La película que dirige Alejandro Landes completó ocho semanas en las carteleras de cine del país.  / Cortesía
La película que dirige Alejandro Landes completó ocho semanas en las carteleras de cine del país. / Cortesía

“Monos es posiblemente la mejor película del año”, dijo Danny Leigh, periodista del periódico británico Financial Times, el pasado 11 de octubre, a un mes de que se estrene el filme en Inglaterra. La película, que ya completa ocho semanas en las carteleras de cine del país, cuatro semanas en las de Estados Unidos y que se estrenó el pasado 10 de octubre en Argentina, aspira a quedarse con una de las diez prenominaciones en la categoría de Mejor película internacional en los Premios Óscar.

La película ha sido premiada en varios festivales de cine. En el Festival de Cine de Ourense, de España, Alejandro Landes fue elegido como mejor director, además del reconocimiento como mejor actriz a Julianne Nicholson. En el Festival Latino de Los Ángeles fue catalogada como la mejor película y en el BFI London Film Festival tuvo cuatro proyecciones, además de ser reconocida en el Film Fest Gent (Bélgica), el Festival Internacional de Cine de Viena (Austria) y el Festival de Cine de Oslo (Noruega).

Este sábado ganó el premio a Mejor Película en el Festival de Cine de Londres - LFF. Wash Westmoreland, Presidente de la Competencia, señaló: "Monos es un logro cinematográfico impresionante, cazando imágenes dinámicas, actuaciones impecables y narraciones innovadoras: ¡es una obra de arte!. Alejandro Landes ofrece una de las películas más comentadas del año. Monos es un thriller alucinógeno e intoxicante sobre niños soldados que ha inspirado un zumbido febril y ha obtenido comparaciones con Apocalypse Now y Lord of the Flies. Mientras lleva sus influencias en la manga, la película es una visión muy original de Landes y el guionista Alexis dos Santos; la cámara merodeando sobre el lodo y la descomposición orgánica, cortando franjas a través de la selva, todo a la tensión de la puntuación visceral de Mica Levi". 

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El éxito de Monos podría explicarse por una serie de razones que se distancian de la lógica. Para los colombianos que nos hemos topado con el filme, es fácil reconocernos en los rasgos, los acentos y las montañas en las que se entrena este grupo de jóvenes. A pesar de que no se nombra un lugar específico ni un conflicto particular, ahí nos vemos. La intención de Landes va más allá de que sus compatriotas se reconozcan en esta historia: quería que todas las personas, sin importar su origen, religión, lugar de residencia o tendencia política, se reflejaran en la relación de los seres humanos con la violencia. Esta no es una historia sobre Colombia y su conflicto interno, ni sobre la idea de que este tipo de historias solo suceden en las naciones subdesarrolladas, como se lo dijo Landes a Leigh en la entrevista publicada en el Financial Times. “En el suelo, cada guerra es un vacío ideológico”, agregó, y es que además de hablar sobre dinámicas militares, se detuvo en la transformación de cuerpos adolescentes inmersos en ese contexto.

Rambo, uno de los monos, es interpretado por Sofía Buenaventura, quien demostró la incomodidad de quien obedece órdenes en las que no cree. Dejó claro que una vez abierta la puerta de la duda y el deseo de abandono, la lealtad pasa a un segundo plano. Él, inmerso un grupo en el que la individualidad no se valora ni se toma en cuenta, en un sitio en el que prevalece el objetivo común, es el compañero de siete jóvenes que fueron entrenados para resguardar el orden de La Organización, una estructura por encima de sus voluntades. Cada uno es una tuerca más para el funcionamiento de la gran máquina, para el triunfo de la idea, para la vigilancia de la gringa secuestrada y el cuidado de una vaca.

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Monos, que ya superó los 261.000 espectadores en el país, es la película colombiana más vista del año, y tal vez se explique porque, a pesar de regresarle a la audiencia las imágenes de los fusiles colgados en hombros tan jóvenes, les recuerda que la violencia no hace parte del ADN de los colombianos, no es una condena ni un rasgo inevitable.

En Monos no hay un foco hacia algunos de los personajes: de cada uno se desconoce mucho o se sabe algo. Hay un líder con tintes de dictador y otro que lo desprecia a él y a su insaciable hambre. Hay una historia de amor, de envidias y de deshumanización. Hay miedo, que a veces esconde, pero en esta ocasión revela los alcances de la condición humana cuando se pierde el control de lo que se creía dominado.

La película se rodó en el páramo de Chingaza y en el río Samaná, a cinco horas de Medellín. El equipo de producción descubrió lo que era “estar a merced de la naturaleza”, circunstancias en las que siempre se le dio prioridad al bienestar de los actores: “Nos trataban como a príncipes. Terminaba una escena y como el clima era tan húmedo, había carpas y dentro de ellas, calentadores, pero cuando no había te sentaban en una silla, te ponían una bolsa de agua caliente en el estómago, otra en las piernas y en los pies. Te echaban una manta y alguien te decía: ¿quieres chocolate? ¿Una chocolatina? ¿Un café? ¿Un té? ¿Qué necesitas?”, recuerda Buenaventura, quien entre risas dice que nadie se había preocupado tanto por ella como en ese rodaje.

Los actores fueron entrenados en un campamento que despertaba a las 4:00 a.m. Wilson Salazar, excombatiente reinsertado, llegaba en la madrugaba a “churquear”: un sonido que hacen con las manos y la boca para llamarse entre ellos. Tuvieron que ser disciplinados para representar el rigor de cualquier grupo armado del mundo. Esta historia desechó los referentes y representó lo que podría pasar en este mundo tan lleno de violencia y tan hambriento de superioridad.

Ahora, la película se encuentra a punto de ser estrenada en Inglaterra, el país de Julianne Nicholson, una de las actrices, y en el que fue calificada como una de las mejores de 2019. Más importante que los premios, las nominaciones, la permanencia en sala y los halagos, esta película logró la atención para una reflexión necesaria en este azaroso tiempo en el que la guerra, sobre todo la temprana, sigue colmando los titulares del mundo.

Por Laura Camila Arévalo Domínguez - Twitter: @lauracamilaad

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