El Magazín Cultural

Ricardo Suárez: el coleccionista de Gabriel García Márquez

Olga Revelo de Suárez sembró en su hijo menor la admiración por el escritor. Revistas, periódicos y libros en varios idiomas son algunos de los objetos que resguarda en su casa.

Laura Valeria López y Andrés Osorio Guillott
06 de febrero de 2020 - 02:00 a. m.
Desde los 15 años, Ricardo Suárez se ha dedicado a coleccionar libros, recortes, revistas, acetatos, entre otras cosas, de Gabriel García Márquez. / Gustavo Torrijos
Desde los 15 años, Ricardo Suárez se ha dedicado a coleccionar libros, recortes, revistas, acetatos, entre otras cosas, de Gabriel García Márquez. / Gustavo Torrijos

Olga Revelo de Suárez fue madre de once niños. Nació en Bogotá. Siempre tuvo una gran admiración y cariño por Gabriel García Márquez. Su libro favorito era Los funerales de la mamá grande, por el carácter y la autoridad que su personaje principal reflejaba en la historia. Doña Olga se encargó de que sus hijos también leyeran al escritor colombiano. Lo logró. Inculcó su admiración en sus hijos desde que eran pequeños, a tal punto que Ricardo, el menor de los hermanos, quedó ahogado en las mariposas amarillas de Macondo.

El 21 de octubre de 1982, a través de una llamada telefónica, le avisaron a Gabriel García Márquez que se había ganado el Premio Nobel de Literatura y debía viajar a Suecia en los primeros días de diciembre. El 10 de diciembre del mismo año, doña Olga organizó una reunión en su casa e invitó a toda su familia para ver la entrega del galardón. Desde entonces, Ricardo Suárez se ha encargado de seguirle los pasos al escritor.

En una de sus visitas a Cartagena, la familia Suárez Revelo se encontraba alojada en el hotel Caribe. Ricardo y su hermana estaban en el lobby cuando de la nada, por la entrada principal, apareció un señor rodeado de personas que, desde lejos, parecían niños en una fiesta pendientes del momento en el que iban a caer todos los dulces de la piñata. Apenas se podían ver los crespos plateados que caían sobre una frente un poco sudorosa por el calor y arrugada por lo años, o tal vez las marcas de las sonrisas del personaje.

—Ricardo, ese es Gabo, ve y le pides que firme tu libro —le dijo su hermana.

—¿En serio él es el premio nobel?

Desde ese día, Ricardo Suárez se dedicó a visitar cada sitio donde vivió el autor de Cien años de soledad: Aracataca, Cartagena, Bogotá y Ciudad México. Se propuso coleccionar recortes de diferentes periódicos donde apareciera su admirable Gabo, revistas como Cromos o Cambio, de la que García Márquez fue socio. También Alternativa y El Espectador, medio en el que el escritor trabajó como reportero varios años, entre muchos otros donde escribió y que en este presente se convierten en piezas que todo lector quisiera guardar en un lugar privilegiado de su biblioteca.

Ricardo Suárez tiene Cien años de soledad en diferentes ediciones, desde la primera hasta la conmemorativa, y diferentes idiomas: hebreo, japonés, holandés, checo, francés, ruso, árabe, sirio, polaco, ucraniano, húngaro, rumano, albanés, portugués, inglés, mandarín, alemán, eslovaco, italiano y griego. Varios de estos ejemplares guardan mensajes y autógrafos poco legibles.

En total tiene, de ciento veinte, cincuenta libros firmados. Su colección, que puede ser vista como una obsesión hacia la narrativa del escritor colombiano, es un espejo de la universalidad que adquirió una pluma que reinventó su aldea y fundó una nueva comarca.

Su libro preferido es Vivir para contarla, una autobiografía que, como su género lo indica, es un libro sobre el camino que trazó García Márquez. Para Suárez es un libro de “superación personal”.

Cada vez que un amigo le informaba que el premio nobel había pisado tierras caribeñas, sin pensarlo compraba su tiquete de avión directo a Cartagena. Fueron varias noches las que Ricardo Suárez esperó bajo el regazo de la entrada de la casa de García Márquez. No siempre el escritor salió a firmarle un libro nuevo, pero las veces que lo hizo, Suárez las recordaría como si las estuviera viviendo de nuevo.

La colección de Suárez suena a los juglares del vallenato, a los acordeones que produjeron esos sonidos metálicos que envolvieron a García Márquez, pues lejos de su tierra y en cada retorno a ella buscaba las tradicionales parrandas que otrora lo inspiraron para escribir las historias cruzadas por la violencia, los olvidos y los amores contrariados. Los cantos de Lisandro Meza sobre Crónica de una muerte anunciada, de Leandro Díaz y la diosa coronada que hizo de musa para El amor en los tiempos del cólera, el disco que se vistió de homenaje a los cuentos de Ojos de perro azul que hizo Rubén Blades, a quien el escritor colombiano catalogaba como “el desconocido más famoso del mundo”, son algunas de las piezas musicales que se escuchan de fondo una tarde cualquiera en la que el coleccionista vuelve a las revistas, los libros y los periódicos donde García Márquez dejó su huella y legado.

El lector sueña con reafirmar la pasión de sus autores guardando su trazo en las primeras hojas de los libros a los que siempre se vuelve; el lector no descansa hasta obtener la narrativa completa de quienes considera actores de grandes presagios y genios que trascendieron su tiempo; el lector puede ser esto y todo a la vez, no hay un modelo de lector porque tampoco hay un modelo específico de literatura. Lo cierto es que un lector como Ricardo Suárez reafirma que un libro, que toda una obra, puede cambiar la vida de alguien para que esta se realice en función de un arte, de una historia universal y etérea.

Un lector de García Márquez como él puede hacer de su casa un museo de la cultura popular del Caribe, una especie de resguardo en el que se puede vislumbrar que eso que llaman realismo mágico va más allá de las mariposas amarillas y que todo pudo llegar a pasar por ese extenso tren de Aracataca que siempre hace pensar que no termina y que en sus vagones hay algo más que la historia y el olor cálido de los platanales.

Por Laura Valeria López y Andrés Osorio Guillott

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar