El Magazín Cultural

Silencio: el timón que nos lleva de vuelta a lo esencial

Un texto apropósito de la más reciente visita del cantautor Jorge Drexler a Bogotá, antes de aplazar su gira en Costa Rica y de ofrecer su concierto a través de Instagram Live y YouTube Live a causa del coronavirus.

Camila Melo Parra y Savina Cabezas
17 de marzo de 2020 - 01:20 a. m.
El concierto de Jorge Drexler se realizó en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, el pasado sábado, 7 de marzo. /  Getty Images
El concierto de Jorge Drexler se realizó en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, el pasado sábado, 7 de marzo. / Getty Images

Se anuncia el tercer llamado para ingresar a la sala. Entramos con la prisa del anhelo, como quien espera un milagro, un ritual, un silencio. Los primeros minutos suena una canción con aires de candombe fusionada con ritmos actuales. Es la voz de su hijo la antesala de las siguientes dos horas.

Silente llega tras una gira de casi 100 conciertos en 13 meses, presentando junto a su banda Salvavidas de hielo. De su trabajo de estudio número trece se deriva Silencio, la canción eje de la apuesta estética de este tour. Silencio, cuenta el médico y músico uruguayo, fue escrita en Bogotá durante una de sus visitas por la capital colombiana y es una canción que invita a la pausa, a detenerse en medio de una era saturada de información, de famas evanescentes y de ruido.

En esta apuesta minimalista, Drexler no solo está acompañado de su guitarra y voz, hay un trabajo donde cada signo es un vaso que dilata una nueva idea. El péndulo, el telón, las luces, fotografías y fotogramas son detalles que acompañan este repertorio de 21 canciones.

Este silencio me conecta sin duda a esos 12 segundos de oscuridad que, desde un faro en el sur del continente, nos muestra a un Drexler que redirecciona su barco que es la vida, en medio de sellos como “éxito” y “fama”, el cancionista se reta a no repetir, a no seguir ninguna receta de la felicidad.

Nos abisma, nos sumerge en sus diálogos, en los que habla de la energía, la física, la ley de la atracción, el reggaeton e incluso los youtubers. En cada breve espacio de silencio, recuerdo la leyenda de Buda cuando levantó la flor blanca en medio del Pico de los Buitres, seguido por cientos de sus monjes, quienes al seguirlo esperaban la más grande revelación. Y sí, tal vez lo fue el silencio y la sonrisa de quien contempla el aquí y ahora.

A continuación, hacemos un recuento de algunas evocaciones del silencio en la discografía del ganador del Premio Óscar, en la categoría “Mejor canción original” por “Al otro lado del Río”.

El silencio dentro de su trabajo se puede percibir como algo camaleónico que se va transformando a medida que va evolucionando y se van enriqueciendo sus beats. La ausencia de sonido muchas veces se experimenta como una sensación lumínica y otras como algo solitario, tenue y sombrío hasta llegar a la completa oscuridad como en su disco “12 segundos de oscuridad”. El silencio como equipaje, como exploración, como frontera que resignifica la identidad. Como liberación y expresión reflexiva.

La luz que se sabe robar 1992

Es un disco introspectivo que se puede percibir como una manera de romper el silencio por ser su primera producción musical y adicional por el protagonismo que le da a su primera composición con la cual nombra el disco.

Radar 1994

Las canciones que rompen el silencio con beats alegres: Cerca del Mar, Gegé y Era de Amar. Aquí el artista, sabiamente, llena los silencios con melodías cálidas.

Radar es un disco premonitorio al golpe del tambor en el candombe que llena el silencio de la frontera.

Vaivén 1996

Aquí habrá que preguntarse si el silencio es una máscara para mimetizar al recuerdo o si es cómplice para que el deseo sea un nuevo ritmo. En este disco, también, la zamba es bálsamo y caricia que no afecta las cicatrices.

Llueve 1993

Una declaración de sorpresas, a veces, de bienvenidas tacitas.

Frontera 1999

¿Será el silencio una frontera?

O mejor, ¿será nuestra cómplice para desvanecerlas? Por los silencios que son exilio y refugio. Por ser cómplice de todo lo que contemplamos por la ventana del tren mientras nos alejamos de los sitios que hemos amado.

Sea 2001

(Luz tenue)

La canción que más evoca al silencio en este disco es Un país con el nombre de un río en medio de la añoranza y la espera.

Eco 2004

Tal vez el silencio acá se vive como antesala de la intimidad. Este eco es el reflejo del deseo como medio de transporte.

12 segundos de oscuridad 2006

Este disco está desarrollado a partir de emociones y sensaciones que tienden a la soledad y el silencio que transitan por la oscuridad y los visos luminosos y esperanzadores.

Si la melancolía y el silencio son causa y efecto, este es el disco que mejor lo condensa.

Cara b 2008

Cara B es estar en silencio y permitir que los sonidos del lugar entren. Dejar que el silencio sea un instante preciso.

Amar la trama 2010

Nos cuesta estar en silencio, pero a veces nos cuesta más el silencio del otro. Estas canciones que parecen cambiar todo su performance cada vez que se abre y cierra el telón, doce veces.

Salvavidas de hielo 2017

Muchas geografías convocadas para recordar la intensidad ahogarse. Un acorde, un recuerdo, un rayo de luz, una emoción, un silencio. Una servilleta, un papiro, raíces latinoamericanas. No viento, no percusión, no teclados.

Por Camila Melo Parra y Savina Cabezas

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