Como si un trastorno obsesivo compulsivo fuera poco, imaginar seis al mismo tiempo puede llegar a ser contagioso. Así es como llega una nueva temporada del clásico Toc toc, donde singulares personajes se reúnen en un consultorio con el único fin de ser curados de esta enfermedad. Durante todo septiembre, el público de Casa E podrá ser testigo de un tratamiento poco convencional para tratar las perturbaciones de seis personajes que muestran el lado más gracioso de este padecimiento.
Una producción de Casanovas bajo la dirección de Javier Méndez, que vuelve para cautivar el escenario en Colombia. Esta adaptación de Julián Quintanilla, es un texto original del dramaturgo francés Laurent Baffie, quien la dirigió por primera vez en el 2005, año en que consiguió el éxito y reconocimiento mundial que mantiene hasta hoy. “Es un tema de asumir las obras que dirijo con exigencia, responsabilidad y rigor. Siempre he pensado que independientemente del éxito de una obra, o del equipo de actores con el que se trabaja; la exigencia siempre tiene que ser la misma y así lo asumo desde el principio”, asegura Méndez.
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En esta nueva temporada al elenco base (conformado por Fernando Arévalo, Endry Cardeño, Ana María Sánchez, Caterin Escobar, Fabián Mendoza, Mariana Medina y Andrés Toro) se suman dos integrantes: Milton Lopezarrubla y Michelle Rouillard; el primero interpreta a Camilo, un taxista que tiene la manía de hacer cuentas de forma constante, y Michelle interpreta a la asistente del afamado doctor Cooper, especialista en tratar trastornos obsesivos compulsivos.
El personaje interpretado por Lopezarrubla es dinamizador. Un personaje exigente que se encarga de hilar las historias de cada uno de los pacientes que se encuentran en el consultorio. “El reto más complejo ha sido el tiempo. Somos un grupo de actores con tiempos limitados y eso hace que el trabajo sea más vertiginoso. Ha sido un privilegio estar en la obra y, más, poder interpretar un personaje con tantas singularidades. Siempre he interpretado personajes más enfocados a la comedia, el reto es salir de los esquemas, no repetir y así probar otros mecanismos dentro del mismo género”, comenta Milton.
“El personaje que interpreta Milton es el motor de la obra. Su trastorno se puede disfrazar de forma más fácil, no es evidente. Por lo tanto, Camilo se considera una persona normal. Este personaje ve a los otros como “anormales”, pues sus trastornos saltan a la vista. La interpretación de Milton ha sido destacada. Cuando los trastornos resaltan más, los personajes se hacen más sensibles ante los trastornos de los otros”, asegura Méndez.
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Tras una larga espera por la llegada del doctor Cooper al consultorio. Los pacientes empiezan a contar su historia y comparar los padecimientos por los cuales lo visitan. Mientras transcurre el tiempo surgen divertidas situaciones, juegos y diálogos entre ellos que evidencian los trastornos de su personalidad. Coprolalia, palilalia, aritmomanía y nosofobia son solo algunos de los TOC que sufren los personajes. Manías y fobias son llevadas al extremo y se convierten en reflejo de los mismos espectadores.
Toc toc demuestra cómo, cuando sale a flote el lado más humano, se pueden olvidar los problemas propios para ayudar al otro. A través de la comicidad de cada una de las situaciones, este montaje se encarga de mostrar una nueva forma de entender al otro, sus trastornos y manías, que en ocasiones se convierten en reflejo de las propias.