El Magazín Cultural

"Todavía cantamos": la voz que no pudo someter la dictadura argentina

En el día internacional del músico, revivimos algunas de las grandes luchas y transformaciones de los últimos siglos han estado acompañadas por canciones o sinfonías que han unido a los pueblos o a los ejércitos.

Laura Camila Arévalo Domínguez
22 de noviembre de 2019 - 08:14 p. m.
Ilustración Tania Bernal
Ilustración Tania Bernal

En Buenos Aires, el miércoles 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas se tomaron la Casa Rosada y emitieron un comunicado en el que informaban que el país quedaba bajo el mando de la Junta Militar. La dictadura más sangrienta de Argentina había comenzado.

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Cada ciudadano argentino que manifestó su descontento por el nuevo gobierno militar se convirtió en un enemigo. La gente comenzó a desaparecer. El martes 22 de junio de 1976, un “grupo de tareas” vestido de civil irrumpió en el hogar de María Cristina Cournou y Claudio Nicolás Grandi. Vivían en Paso del Rey y tenían una hija llamada Yamila, de dos años. Cournou tenía cuatro meses de embarazo. Se llevaron a los padres de la niña, a quien dejaron en casa de unos vecinos. En el momento del secuestro, María Cristina tenía 28 años y trabajaba como maestra en la Escuela número 19 de Moreno. Era una de las impulsoras de la Casa de la Cultura del distrito, tenía una voz influyente en las asambleas del gremio y fue una de las primeras desaparecidas de aquella dictadura.

Víctor Heredia es el hermano de Cournou. Ella y su cuñado fueron los motivos por los que nació “Todavía cantamos”, composición que se convirtió en himno de resistencia. Pasaron años sin tener noticia alguna de su hermana y su esposo. Su madre vivió por la crianza de Yamila. Permaneció en pie y nunca perdió la esperanza. Un día llamó a Heredia y le dijo que pasaría a visitarlo. Llegó con un paquete de facturas que los dos acompañaron con mate. Heredia le preguntó que cómo estaba. Ella le respondió:

“Y acá estoy… esperando”

Al cantante se le grabó en la mente y en la piel la frase y la actitud de su madre. Había resumido en un solo gesto lo que sentía Argentina.

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Estaban desgastados y tenían el alma maltrecha, pero ahí seguían. Esperaban noticias, todavía soñaban con volver a ver a Cristina, como la llamaban ellos, y a Claudio. Anhelaban conocer al bebé que ella se llevó en el vientre al momento del secuestro.

Víctor Heredia compuso “Todavía cantamos” por su familia y después entendió que esos dolores eran los de todo un país. La canción fue censurada, pero no lograron silenciarla. La escribió Heredia, pero después ya no fue suya. Parecía anónima. Era de todos y de nadie. 

No estaban los que se habían ido, nadie respondía, no tenían respuestas. Antonia Jesusa, madre de Heredia y Cournou, suegra de Grandi y abuela de Yamila, pasará a la historia por su tenacidad. Una de las madres sostenidas por la esperanza y a la que la dictadura no logró someter.

Por Laura Camila Arévalo Domínguez

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