El Magazín Cultural

Unesco: “Aquarela es solo uno de los problemas de conservación de Cartagena”

Cesar Moreno, especialista en la unidad de América Latina y el Caribe del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco, habló sobre los atributos del Centro Histórico de Cartagena, que están amenazados por una serie de requerimientos de conservación con los que Colombia no ha cumplido.

Laura Camila Arévalo Domínguez - Twitter: @lauracamilaad
08 de julio de 2019 - 12:48 a. m.
Imagen de la torre uno del proyecto Aquarela, que amenaza la categoría de Cartagena como lugar Patrimonio de la Humanidad. / El Heraldo
Imagen de la torre uno del proyecto Aquarela, que amenaza la categoría de Cartagena como lugar Patrimonio de la Humanidad. / El Heraldo

La discusión sobre la construcción del proyecto Aquarela, en el barrio Torices de Cartagena, a cargo de la constructora Calle 47, se ha enfocado en la letra menuda de las leyes y en los culpables de que estas se cumplan, ignoren o modifiquen.

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Antes de que se edificara la primera torre, la constructora le preguntó al Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena si los edificios que se construirían estaban dentro de la zona de influencia del Castillo de San Felipe. Según una publicación de este diario, firmada por Linda Rueda de la Hoz, la entidad respondió que no y que tampoco se cruzaba con “visuales importantes”, lo que comenzó a darle luz verde al proyecto. Sobre la respuesta de la entidad y la competencia del Ministerio de Cultura en los permisos que se le debían dar a los constructores, el director de Patrimonio del Ministerio, Alberto Escovar, dijo: “Cuando el proyecto Aquarela se licenció, estaba ubicado en una manzana situada por fuera del área de influencia del Castillo de San Felipe, y la pregunta que le hicieron los promotores del proyecto al IPCC fue sobre eso. El IPCC respondió que, en efecto, no estaba en la zona de influencia, y que, por consiguiente, era un proyecto que no estaba dentro de la competencia del Ministerio de Cultura. Lo que nunca dijeron era que construirían cinco torres de 32 pisos en una manzana que, de acuerdo con el POT de Cartagena de 2001, solo permitía cuatro pisos”.

Según el POT de La Heroica, que hace más de 15 años no se actualiza, en la zona del Centro Histórico de la ciudad no se permiten construcciones de libre altura. El límite sería de cuatro pisos, pero Ronald Llamas, curador urbano N.° 1, decidió otorgar las licencias porque Aquarela había sido certificado por Corvivienda como proyecto VIS (Viviendas de Interés Social) y la circular del 10 de diciembre de 2013, expedida por la Secretaría de Planeación, no impone restricción de altura para esta categoría.

Actualmente, el Castillo de San Felipe está eclipsado por una torre de veinte pisos sin terminar, que fue construida durante las discusiones legales entre el Ministerio de Cultura, el Distrito de Cartagena, la constructora y la Unesco, que, después de una misión de Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) en 2017, supo del proyecto y prendió las alarmas: si Aquarela se construye, Cartagena podría salir de la lista de los lugares catalogados como Patrimonio de la Humanidad.

La finalidad del proyecto es construir cinco torres de 31 o 32 pisos. Solo alcanzaron a levantar una de ellas porque el Ministerio de Cultura interpuso una acción popular en su afán de detener la construcción, que se inició con los permisos otorgados por el curador N.° 1 de Cartagena, quien fue detenido el 5 de junio de 2018 junto con Lucas Tamayo, representante legal del proyecto, y el arquitecto Claudio Restrepo por los delitos de urbanización ilegal, prevaricato por acción y daño en recursos naturales. Todos ellos quedaron en libertad por orden del juez noveno de garantías de Cartagena, que consideró que no había motivos suficientes para enviarlos a la cárcel.

El pasado 3 de julio, durante la 43 reunión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco en Bakú, capital de Azerbaiyán, se le notificó al Gobierno Nacional del plazo de dos años que se le otorgaban para que el edificio Aquarela fuera demolido debido a las implicaciones negativas que tenía sobre los atributos del Centro Histórico de la ciudad, características por las que inicialmente fue incluida en la lista.

Desde que se comenzó a discutir sobre la pertinencia de este proyecto en Cartagena no se ha profundizado sobre las razones por las que el Centro Histórico fue incluido en la lista de la Unesco, los beneficios de esta categoría y las implicaciones negativas que se sufrirían si llegase a salir de este listado. Tampoco del por qué Icomos, órgano consultor de la Unesco, realizó la misión con la que se dio cuenta del proyecto Aquarela; un argumento que ha usado la vocera de Calle 47 para asegurar que no fue la Unesco la que decidió ir a Cartagena, sino que se trató de un pedido del Ministerio de Cultura.

César Moreno Triana, especialista en la unidad de América Latina y el Caribe del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco en París, respondió sobre estos vacíos, enfocados hacia la importancia de este lugar para el patrimonio cultural de Colombia y el mundo.

¿Por qué Cartagena está en la lista de Patrimonio Mundial?

Esos sitios entran porque tienen características muy específicas y cumplen con los criterios de inscripción. Cartagena cumplió con el criterio cuatro y seis, que son los que se aplican a sitios culturales. Bajo esos criterios el Comité de Patrimonio Mundial, en 1984, aceptó inscribir las fortalezas, el puerto y el grupo de monumentos de Cartagena como Patrimonio de la Humanidad.

¿En qué consisten los criterios cuatro y seis que menciona?

El cuatro tiene que ver con el aporte que tienen los sitios con relación a una época de la historia que son relevantes para la humanidad. Cartagena y su época colonial son un testimonio de una época de la historia de Colombia y Latinoamérica. Sus características propias, su arquitectura, sus elementos paisajísticos; es decir, la acumulación de varios atributos y el anfiteatro geográfico donde se encuentra: la bahía y las fortalezas dentro de esa bahía, son un conjunto excepcional y único que se debe proteger y preservar. El seis tiene que ver con una serie de elementos asociados con manifestaciones que ocurran dentro de ese sitio.

¿Qué tuvo que hacer el Estado colombiano para que Cartagena entrara a la lista?

Hace parte de un proceso de inscripción. El país presentó un expediente de candidatura o nominación, que fue evaluado técnicamente por organismos consultivos de la convención, que en este caso fue Icomos, para todo lo que tiene que ver con sitios culturales. La evaluación técnica es para saber si el sitio corresponde a los criterios de selección y si tiene también los atributos: si mantiene su autenticidad y la integridad del sitio. Cartagena dio garantías para su declaratoria. También se exigió una serie de estándares de manejo, para poder garantizar su protección y conservación a largo plazo. Eso es muy importante, porque la convención ofrece un reconocimiento del valor excepcional de Cartagena, pero al mismo tiempo implica una serie de obligaciones y responsabilidades por parte de Colombia para mantenerlo en un estado de conservación óptimo.

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¿Cuáles son los beneficios de estar en esa lista?

Primero, el reconocimiento por parte de la Unesco como Patrimonio Mundial. También se beneficia de un apoyo técnico, muchas veces en bien financiero, para poder apoyar técnicamente los esfuerzos del Estado para mantener estos lugares. En el caso de Colombia, Cartagena se ha beneficiado de diferentes tipos de asistencia de planes de conservación. Es un mecanismo de apoyo para las naciones.

¿Cómo se enteró la Unesco del proyecto Aquarela?

Cartagena ha venido siendo monitoreada desde hace varios años por el Comité debido a diversas razones: ausencia de planes de gestión específicos para manejar todo el sitio y ausencia de zonas de amortiguamiento, que era un tema problemático porque no había suficiente protección alrededor de los componentes del bien. En 2014 fue el último informe que se le pidió al Gobierno de Colombia para que informara al Comité sobre la situación en cuanto a la elaboración de los planes de manejo. Había una ausencia importante de herramientas de gestión y planificación, sobre todo para un lugar como este. Se había avanzado bastante, Colombia evolucionó y en un momento se sacó del monitoreo, tomando en cuenta que se habían hecho muchos esfuerzos en materia de protección y conservación en el Centro Histórico y se les dio un tiempo suficiente como para que completaran los procesos de aprobación. A partir de 2018, hubo alguna dificultad porque no se completó todo el proceso de adopción de planes de manejo y además se puso en evidencia que había algunos problemas de gestión, planificación y control de ciertos sitios o proyectos que comenzaban a verse alrededor. Ahí se decidió retomar el monitoreo, en particular por el proyecto de Aquarela, que era justo al frente del Castillo.

Además del proyecto Aquarela, ¿cuáles son las otras amenazas que identificaron?

Los problemas de Cartagena en cuanto a su conservación son diversos, no solo es el de Aquarela. El Estado colombiano pidió una misión de asesoramiento técnico y esta fue realizada por Icomos Internacional en 2017, año en el que se constató el tema de Aquarela. El informe de Icomos consideró que el proyecto afectaba los valores que justificaban la inscripción en el sitio.

¿Cuál fue la motivación del Estado colombiano para pedir esa misión?

La motivación no fue Aquarela, sino ver la situación de los arreglos en términos de la gestión del sitio y ahí se constató ese proyecto, que ilustró muy bien la ausencia de planes de manejo que pudiesen regular las zonas contiguas a los monumentos.

¿Qué es y qué función cumple Icomos?

La Convención de Patrimonio Mundial es un mecanismo en el que están los Estados parte y órganos asesores. Hay tres: Icomos Internacional, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y otra que se llama Icron, que está más enfocada en fortalecer capacidades.

¿Por qué se decidió dar dos años de plazo para que se derribe el proyecto Aquarela?

La decisión fue adoptada por el Comité de Patrimonio mundial, aquí en Bakú, durante la 43 reunión del comité. Ahí se recordaron los temas esenciales: un llamado al Estado parte para proteger el lugar, que es algo que se ha venido pidiendo desde hace tiempo. Ya se elaboró un primer Plan de manejo y protección en marzo de 2018 y fue entregado a la Unesco como un avance. Se pidió que Colombia finalizara los planes de manejo y estableciera zonas de amortiguamiento. Se insistió en que siga las recomendaciones de Icomos, y una de las conclusiones de esa misión fue que el proyecto impacta de manera negativa el valor excepcional del bien. Se pide completar los estudios de impacto al patrimonio y se recomendó especialmente considerar demoler el edifico.

¿Qué pasaría si no se adoptan las recomendaciones?

Los requerimientos del Comité fueron claros. Hay que presentar un informe para el 1° de diciembre de 2020, en el que Colombia debe dar cuenta de todas las medidas que se han tomado como respuesta a las recomendaciones del Comité. Desde la Unesco tenemos plena confianza de que Colombia está tomando todas las medidas necesarias y vemos los esfuerzos que se han tomado para preservar el lugar. Entendemos que hay procesos internos que requieren tiempo; sin embargo, si este tipo de proyectos no se pueden revertir, el sitio puede pasar a la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.

¿Qué implica que Cartagena entre en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro?

Son sitios que tienen valores de conservación graves donde el Valor Universal Excepcional está amenazado y donde se requieren medidas de urgencia para que no se pierdan los atributos. No es una situación positiva, porque pondría al Estado colombiano en una situación de presión frente a la comunidad internacional, ya que exponen a Cartagena como un sitio en situación de riesgo.

¿Esta lista es provisional? Es decir, si no se adoptan las medidas de urgencia, ¿Cartagena podría salir de cualquier consideración de la Unesco?

Exacto. Ya ha ocurrido. Si un patrimonio en peligro no cumple con las medidas de urgencia y sus atributos se pierden, pierden la categoría de Patrimonio Mundial

Por Laura Camila Arévalo Domínguez - Twitter: @lauracamilaad

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