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2011, promesas de paz

El año comienza con la esperanza de las liberaciones. Liberaciones que reabren el debate sobre un proceso de negociación. Una apuesta política que llevaría a Santos a la inmortalidad. ¿Se la jugará por una negociación?

El Espectador
07 de enero de 2011 - 10:15 p. m.

Con la prometida liberación de cinco secuestrados, que las Farc anunciaron a finales del 2010 y la respuesta del gobierno de designar a Eduardo Pizarro como encargado de la misión humanitaria y autorizar a Piedad Córdoba como interlocutora, el debate sobre cómo conseguir la paz vuelve a cobrar fuerza pero arroja más preguntas que respuestas: ¿Este será el año de la paz? ¿Juan Manuel Santos estará pensando en pasar a la historia como el presidente del posconflicto?

En los últimos días ha empezado a subir la presión por las anunciadas liberaciones. Tanto que Carlos Lozano, director del semanario Voz y miembro de Colombianos y Colombianas por la Paz, ha salido a anunciar que aún no se tienen las coordenadas del sitio en el que se producirán pero que se está esperando que las buenas nuevas lleguen cuanto antes. “Se especula que ya las coordenadas están en poder de Piedad Córdoba y eso no es cierto”, expresó Lozano, quien agregó que se espera que a partir del 15 de enero el panorama de la liberación sea más claro.

Piedad Córdoba —la ex senadora que gestionó ya la exitosa liberación de ocho plagiados durante el Gobierno anterior— es optimista y cree que el nuevo proceso va por buen camino. “Lo único que tengo claro es que en el momento en que estén en un sitio seguro entregarán las coordenadas y ocho días después se producirán las liberaciones. Son cinco personas que están en lugares distintos y eso no se demora menos de dos meses desde el anuncio”, le dijo ayer a este diario.

Más allá de la euforia que producen las liberaciones, lo que muchos colombianos se siguen preguntando es si con este gobierno habrá un proceso de negociación. Para algunos analistas las liberaciones son un mensaje de disposición a la negociación, para otros, negociar es inviable jurídicamente; y un tercer sector piensa que es un imposible político. Si bien es cierto que este gobierno ha demostrado tener un tono diferente al del ex presidente Uribe, también le ha asestado importantes golpes a las Farc, empezando por la muerte del Mono Jojoy. Nadie duda hoy que las Fuerzas Militares pusieron contra la pared a la guerrilla y eso hace que algunos sectores descarten de plano la posibilidad de una negociación. Frente a este panorama, la pregunta es: ¿A qué tipo de negociación es a la que estarían dispuestos Gobierno y guerrilla ?

Para el jefe   liberal Rafael Pardo la posibilidad de una negociación está más lejos que nunca: “Mientras no esté resuelta una fórmula sobre el tratamiento judicial que recibirán los grupos armados, no es posible un acuerdo político (...)Hay que pensar en formulas jurídicas que no existen. Hay que inventar algo nuevo para que no pase lo que pasó con los paramilitares, que les ofrecieron el cielo y no les han podido cumplir. Las guerrillas no se van a sentar a negociar para que las extraditen o les prometan un indulto que no es posible”.

 Contrario a esto, la ex senadora Piedad Córdoba,  la llave de las liberaciones, se declara optimista frente a la posibilidad de una paz negociada. “Si Santos tiene una ambición histórica de transformar este país, se la debe jugar por la paz. Ese es el camino para un país distinto”.

Frente a la posibilidad de un proceso de negociación, el ex candidato a la Presidencia Álvaro Leyva advirtió: “Yo nunca he dejado de trabajar por la paz. Acá no se puede hablar de sentarse a dialogar de buenas a primeras, hay temas de fondo, como identificar la política criminal del Estado, el narcotráfico, que es el que alimenta la guerra. Como estos hay muchos temas que hay que trabajar a fondo y sin improvisaciones”.

Leyva dijo que está conformando un grupo de expertos nacionales e internacionales con los que están contextualizando el verdadero panorama de la paz en el país. “No son personas de esas que salen hablando en los medios de comunicación a decir lo primero que se les ocurre, son personas que conocen la realidad, expertos en los temas. Acá todo se ha hecho por vía de estados de excepción y eso no es serio para un proceso de paz y menos en un país como Colombia”.

“La meta es clara: llevar al país a la paz, a la reconciliación y a la normalización. Sabemos cuál es la meta, pero nunca hemos definido el camino”, expresó Leyva.

Según el analista Alfredo Rangel, las llaves de la paz, de las que habló Santos en su discurso de posesión, las tienen las Farc: “Creo que la decisión de que haya paz o no está en manos de las Farc. El Gobierno ha insistido en que mantiene abierta la posibilidad de negociar, siempre y cuando este grupo guerrillero deje de atacar al Estado. Ellos deben decidir si optan por la continuidad de un conflicto en el que no tienen ninguna posibilidad o aceptan los términos del Gobierno”.

Mientras unos aseguran que el único camino de transformación de Colombia es la paz negociada, los otros creen que no hay garantías ni confianza para un sentarse a dialogar, pero quien tiene la última palabra es el presidente Juan Manuel Santos.

Por El Espectador

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