25 años de la libertad religiosa y de cultos en Colombia

El desconocimiento sobre el fenómeno religioso no ha permitido la creación de una cultura de respeto, paz y tolerancia hacia la diversidad de credos.

Laura Muñoz/ Especial para El Espectador
04 de julio de 2016 - 06:59 p. m.
25 años de la libertad religiosa y de cultos en Colombia

Hoy se cumplen 25 años de la libertad religiosa en Colombia la cual fue consagrada en la Constitución de 1991,  artículo 19: “Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”.
 
Sin embargo, esta no ha sido la única vez que en Colombia se reconoce la pluralidad religiosa, la Constitución Política de 1853 presentó un gran avance garantizando este derecho. El artículo 5 dice: “La república garantiza a todos los granadinos…La profesión libre, pública o privada de la religión que a bien tengan, con tal que no turben la paz pública, no ofendan la sana moral, ni impidan a los demás el ejercicio de su culto”. Pero fue en la Constitución de 1886 donde este artículo paso hacer letra muerta porque atendiendo al contenido del Concordato entre el estado colombiano y la iglesia católica, se consagró al catolicismo como la religión oficial en el país.
Este marco constitucional ha sido de vital importancia para la libertad religiosa y de cultos como un derecho fundamental, lo que permite ubicarle como uno de los derechos más substanciales del ser humano, que no se limita al ámbito cultico y cuyas manifestaciones se extienden a diversas actividades que también encuentran protección.

La historia de Colombia muestra los hechos de los que fueron víctimas las minorías religiosas, cuyos derechos tan sólo se reconocieron de manera expresa en la Carta Constitucional del 91,  lo que significó, sin lugar a dudas, un gran avance en su protección,  eliminando la confesionalidad, y dejando en pie de igualdad a las diversas iglesias y confesiones religiosas.

No obstante, el acceso a estos derechos de orden constitucional y desarrollado por leyes sucesivas, no es automático, ya que persisten algunos requisitos para que estas garantías sean plenas. Actualmente para poder acceder a este conjunto de derechos y libertades, se exige la celebración de convenios con el estado colombiano, lo que quiere decir que los fieles de una iglesia o confesión religiosa que no han celebrado ningún acuerdo con el estado, como por ejemplo grupos cristianos no católicos, la comunidad judía o los fieles de la religión islámica, no pueden ejercer y hacer valer buena parte de los derechos que constitucionalmente les corresponden.

Existe un destacado crecimiento de los diferentes grupos religiosos después de la Constitución de 1991 y solo hasta el presente año el Gobierno Nacional inició con la primera caracterización de las entidades religiosas, para determinar la identidad de las iglesias y confesiones religiosas en todo el país.

Colombia sigue siendo mayoritariamente cristiano, incluyendo todas sus ramas: católicos, ortodoxos, evangélicos, protestantismo histórico y las diferentes confesiones y denominaciones que se fundamentan en doctrinas cristianas y que constituyen los grupos religiosos más representativos de la Cristiandad.

Las demás entidades religiosas que hacen parte de las confesiones monoteístas, como son la judía y la islámica, siguen siendo minoría, así como otras tantas que pertenecen a diversas expresiones de fe presentes en el país, como el budismo en sus diferentes corrientes, taoísmo y las espiritualidades afro y aborígenes.

Si bien la Constitución de 1991 significó un gran avance en derechos sobre libertad religiosa y de cultos, continúan muchas restricciones para las entidades religiosas y  personas naturales desconociendo la importancia de este derecho, o restringiéndola con normas de menor jerarquía. Igualmente, en general se muestra un serio desconocimiento del fenómeno religioso, se actúa en la mayoría de casos con prejuicios. En este sentido, se ha avanzado muy poco en la creación de una cultura de tolerancia hacia la diversidad religiosa.

Lorena Ríos, durante los últimos 15 años ha venido trabajando en la promoción de la igualdad religiosa para una plena libertad religiosa de culto y conciencia, actualmente es   la responsable de los asuntos religiosos del Ministerio del Interior.¿Puntualmente cuáles han sido los avances para fortalecer y reconocer el Sector Religioso en el país?

Hemos tenido varios avances significativos. Por primera vez en la historia el sector religioso queda incluido en las bases de un Plan de Desarrollo. Posteriormente, dentro del articulado, Artículo 244 del Plan Nacional de Desarrollo “Todos por un nuevo país”.

Otro logro fue la expedición gratuita y online de los certificados de existencia y representación legal y propia  sitio oficial en página web. Desde el 25 de agosto del 2015, las entidades religiosas registradas ante el Ministerio del Interior, están solicitando online y de manera gratuita, la expedición de su certificación de existencia y representación legal, ingresando a la página web del Ministerio del Interior  www.mininterior.gov.co o al nuestro micrositio asuntosreligiosos.mininterior.gov.co.También, desarrollamos la estrategia de fortalecimiento del sector religioso como constructores de paz y bien común. El sector religioso es fundamental en la construcción y reconstrucción del tejido social, es  evidente lo que han venido haciendo en el país, y su acompañamiento en el proceso de consecución de paz han sido y seguirán siendo fortalecidos por el Ministerio del Interior a través de talleres, encuentros territoriales y nacionales, foros y mesas de trabajo. 

Reverendo Edgar Castaño Díaz. Presidente de la Federación Consejo Evangélico de Colombia. CEDECOL. ¿Cuáles son los retos que enfrenta hoy de la iglesia en el marco de la libertad religiosa y de cultos?

En este proceso histórico para la consagración de la libertad religiosa y de cultos como un derecho fundamental, la Iglesia Evangélica también fue protagonista. Durante estos 25 años ha trabajado en el fortalecimiento de una verdadera cultura de respeto, convivencia armónica y tolerancia en el país. Ha convocado y movilizado en la búsqueda profunda de Dios, los líderes religiosos trabajamos no solo por una sociedad justa y equitativa sino también por una transformación social basada en principios y valores de Vida.

Cedecol cuenta con afiliados en todos los rincones del país, entre congregaciones, denominaciones, empresas y organizaciones cristianas, los cristianos representan 7 millones de creyentes. Hoy uno de los grandes retos para la iglesia cristiana dado el fin del conflicto armado entre el Gobierno colombiano y las FARC, es trabajar por una sociedad del pos acuerdo. La entidad cuenta hace más de una década con la Comisión de Paz, estamos trabajando en los “Santuarios de Reconciliación” para apoyar en este proceso a las zonas de concentración. Es fundamental la reflexión, desde la vida, la no violencia y la importancia del ser, la paz como un valor central en toda sociedad, que requiere del perdón y la reconciliación. www.cedecol.net

Archimandrita Timoteo. Vicario Arzobispal, Iglesia Ortodoxa, Sacro Arzobispo Ortodoxo Griego. ¿Desde la región cuál es la reflexión sobre estos 25 años de libertad religiosa y de cultos?

El proceso de libertad religiosa en Colombia se ha ido consolidando, ha sido un proceso a lento, arduo y que ha exigido trabajo y compromiso no solo por parte de las entidades religiosas sino también del mismo Estado.

Es importante resaltar la labor de la Oficina Asuntos Religioso del Ministerio del Interior en cabeza de la doctora Lorena Ríos, a través de esta concertación se ha ido generando un desarrollo integral en la atención a las instituciones religiosas. Es un proceso que se está dando hasta ahora y con buenos resultados, ya estamos hablando de políticas públicas en asuntos religiosos, esto es un paso trascedente, hasta hace poco lo único que teníamos de interlocución con el gobierno era una oficina jurídica que entregaba unas personerías especiales.

Cabe resaltar también que en este proceso se ha llegado a las regiones, no ha sido centralizado sino que a través de la oficina se ha llegado a los departamentos, esto es fundamental. El compromiso y participación de las entidades religiosas en la vida de la nación tiene que partir de las bases de las regiones, departamentos y municipios, se ha ido gestando la creación de las oficinas de asuntos religiosos. Estos son espacios específicos que pueden atender las necesidades propias desde lo local hacia lo nacional y que pueden responder a las necesidades que tenemos las diferentes confesiones religiosas, es importante porque un alto porcentaje del pueblo colombiano participa, es creyente o hace parte de alguna confesión  de fe.

Edgardo Peña. Pastor, La Casa, Iglesia Cristiana. Coalición Apostólica de Colombia. ¿Cuáles han sido los avances sobre el la libertad religiosa en Colombia y cuáles son sus retos?

La Constitución de 1991 abrió un camino nuevo para garantizar la libertad de culto en Colombia; las iglesias cristianas por fin quedaron a las puertas de ser reconocidas en su verdadera naturaleza, y comenzó a reconocerse el derecho que cada colombiano tiene a profesar dignamente su fe en Dios, sin ser discriminado por ello, ni vulnerado en su conciencia. Como un reconocimiento a la realidad nueva en los asuntos de la fe, se dio un gran paso en dirección de la igualdad religiosa y del respeto por los derechos de creencia y de conciencia de cada persona en el país. .

La realidad hoy, sin embargo, muestra no solamente que la propuesta inicial de libertad religiosa y de cultos en nuestro país se ha quedado más en el discurso y en la letra que en la aplicación de lo propuesto, sino también una tendencia de claro retroceso en los asuntos que se pretendieron: los guardianes mismos de la Constitución se han convertido en algunos de los principales mutiladores de esos derechos, el Estado colombiano a través de algunas de sus instituciones también, y poco a poco la fe y la conciencia se vulneran en Colombia como resultado de la entronización de una especie de fanatismo laico, y de la liberalización desbalanceada del pensamiento en quienes orientan la opinión, o detentan el poder político.

Hoy necesitamos una retoma del espíritu y de la letra de la Constitución del 91, una que permita que la fe tenga voz en la vida pública, una que no censure el pensamiento espiritual por ser distinto, una que proteja a las instituciones educativas que difunden la fe de los intentos de apropiación de su filosofía por parte de quienes desestiman, o incluso aborrecen, la moral y los valores extraídos de la espiritualidad genuina, una que restituya la dignidad de un creyente y su derecho a ser respetado en su fuero interno, y en su aporte, a la construcción de la Nación. www.lacasa.co

Fabián Salazar. Profesor de la Universidad Santo Tomás. ¿Qué desafíos enfrenta hoy el diálogo y la cooperación interreligiosa?

Bueno lo primero que debo decir es que las religiones no son simplemente ritos sino que también son actores vivos de cambios estructurales. Son varios los desafíos hoy en el contexto de la libertad religiosa y de cultos, voy a mencionar algunos: uno, es caminar en la solidaridad y en el compromiso social, las organizaciones religiosas a través de sus programas benéficos ayudan a la población desfavorecida, incluso, en algunos casos supliendo el deber del Estado. Lo que se propone es realizar acciones conjuntas y articulados, donde se interactúe con las entidades políticas y gubernamentales hablando su mismo lenguaje.

Otro desafío es la visibilidad en espacios públicos, se requiere la participación de las diferentes denominaciones religiosas en la toma de decisiones públicas. Un tercer reto es el trabajo en red, un cuerpo común que trabaje por las problemáticas humanas de nuestro contexto nacional. Un diálogo que debe extenderse con honestidad a aquellas personas que se declaran no confesionalmente religiosas.

Un cuarto reto es integración con la base, este es un ejercicio de humildad y de reconocer un verdadero diálogo de libertad religiosa. Integrar la base popular y eclesial, llegar a las bases para que la solidaridad sea una realidad en la vida cotidiana y local. Por último,  es urgente la formación de nuevos cuadros de agentes de gestión, acompañamiento y evaluación de la Responsabilidad Social de las Religiones. www.fundacioninterfe.org

 

Por Laura Muñoz/ Especial para El Espectador

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