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La caldeada discusión que protagonizaron en la plenaria de este martes congresistas del Centro Democrático y del partido FARC –en desarrollo del debate del proyecto que busca que los delitos sexuales contra menores sean investigados por la justicia ordinaria y no por algún tipo de justicia ordinaria, como la JEP– podría escalar más allá del enfrentamiento político y les podría terminar costando a sus autores.
Este miércoles, el presidente del Senado, Lidio García, anunció que pedirá a la mesa directiva de la corporación que, por un periodo que puede ir de uno a 30 días, se suspenda el uso de la palabra a los senadores que incurrieron en indisciplina. Según el congresista, sería “un precedente de respeto y cordura”, en cumplimiento del reglamento del Parlamento.
El agarrón se inició tras la intervención de la senadora Victoria Sandino, de la FARC, quien advertía que la mayoría de casos de abuso eran perpetrados por familiares (45 %) y conocidos (20 %). Ante ello, replicó el senador Fernando Nicolás Araújo, del Centro Democrático, quien alegó que la parlamentaria tiene investigaciones por “reclutamiento de menores, denuncias por asistir abortos inducidos e implicaciones por acceso carnal abusivo”, por lo que la criticó que hablará del tema “con todo cinismo”.
En respuesta, el senador Carlos Antonio Lozada, del partido FARC, alegó que desde el uribismo pretenden acallarlos e instó a no utilizar menores con fines ideológicos. “No sean cínicos, no sean descarados, no sean sinvergüenzas”. La discusión subió de tono cuando los senadores Benkos Biojó y Carlos Felipe Mejía se trataron de “asesinos y criminales”. Mientras que Mejía le recriminó: “45 niños mataste en Bojayá”, Biojó le gritó “criminal, criminal”.
Por todo esto, el presidente del Senado sostuvo que podrían imponerse sanciones para los congresistas de las bancadas del Centro Democrático y la FARC: “El comportamiento que han venido presentando los senadores que conforman las dos bancadas, en los distintos debates de control político, es inaceptable”, sostuvo García, quien calificó el altercado como inadmisible.
“Es un acto bochornoso que también es irrespetuoso hacia sus propios colegas, con el país y el templo de la democracia, donde se viene es a legislar por parte de los senadores que conforman los diferentes partidos con asiento en el Congreso de la República”, precisó.