Andrés Felipe Arias, otro motivo para la discordia

La extradición al país del exministro de Agricultura del gobierno Uribe para pagar una condena de 17 años por el escándalo de Agro Ingreso Seguro atiza el choque entre uribismo y santismo. El Congreso definiría su futuro.

Redacción Politíca
14 de julio de 2019 - 02:00 a. m.
Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura, y su mentor, el expresidente Álvaro Uribe.  / Presidencia
Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura, y su mentor, el expresidente Álvaro Uribe. / Presidencia

Los resultados del plebiscito por la paz del 2 de octubre de 2016 marcaron un antes y un después en la historia de una nación que, en teoría, estaba haciendo tránsito hacia la reconciliación; pero en la práctica, lo único cierto es que, a lo largo de estos casi tres años, la Colombia que surgió de aquel entonces se ha dedicado a llenarse de argumentos para arreciar aun más la polarización y hacer del tan mentado “gran acuerdo nacional” un camino cada vez más lejano. A los intentos del Centro Democrático para modificar los acuerdos con las hoy desmovilizadas Farc, las objeciones del presidente Iván Duque a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), un referendo en marcha para tumbarla y la burla del exjefe guerrillero Jesús Santrich a la justicia, se suma la extradición al país del exministro Andrés Felipe Arias, un ingrediente que servirá para seguir en el juego de la enconada pelea entre santismo y uribismo. Especialmente, porque mientras unos insisten en la tesis de que hubo persecución política, otros tienen la certeza de que el exministro era un prófugo de la justicia y debe pagar por el escándalo de Agro Ingreso Seguro (AIS).

Para no ir más lejos, el viernes pasado, tan pronto aterrizó Arias en territorio colombiano, las autoridades migratorias se cuidaron de que no existiera registro alguno de su llegada. Así, los enemigos del uribismo se quedaron esperando la imagen de un exministro vestido de sudadera gris, con la cabeza gacha y escoltado por policías norteamericanos, al estilo de David Murcia, quien llegó deportado a Colombia hace apenas un par de semanas. La noticia, sin embargo, sí constituyó un duro golpe a los sectores afines al expresidente y hoy senador Álvaro Uribe. El caso Arias era punto de honor para él, que fue su mentor, quien se confesó “triste” e insistió en que no existe ningún tratado de extradición bilateral con Estados Unidos, culpando al expresidente Juan Manuel Santos del trágico escenario de Arias. “No se robó un peso y condenado a 17 años. Justicia muy ‘eficaz’ contra los inocentes e indulgente con los criminales”, escribió en Twitter. Y anticipó el camino que se abre para hacerle frente a la determinación judicial: un proyecto que le garantice la segunda instancia a quien fuera su más cercano alfil.

De hecho, Juan David Vélez, representante a la Cámara por el Centro Democrático, quien ocupa la curul de los colombianos en el exterior, tiene listo un proyecto que bien podría denominarse la “ley Andrés Felipe Arias”. Una iniciativa que será radicada el próximo 20 de julio y que surgió a raíz del llamado que hizo la Corte Constitucional al Congreso para que reglamente un mecanismo que permita que todas las sentencias condenatorias dictadas por primera vez puedan ser apeladas. “Aunque va a beneficiar a Andrés Felipe, lo que estamos haciendo es garantizar un derecho fundamental que tienen todos los colombianos. Bautizarla así es aprovechar el momento político de lo que está pasando”, le dijo Vélez a El Espectador. Lo que sí está claro es que los amigos de “Uribito”, como le dicen al exministro por su cercanía e inocultables similitudes con su mentor, se están preparando para aterrizar en el Capitolio una idea que, para el legislador, no puede ser cuestionada, ya que garantizaría el principio de favorabilidad penal de los colombianos, que está en la Constitución política.

Sin embargo, los más suspicaces tienen la certeza de que esto va más allá de garantizar la segunda instancia, particularmente a personalidades como Arias, quien al ser condenado no contó con dicho beneficio, ya que no aplicaba para los aforados sino hasta el 2018, cuando el Congreso aprobó la ley. “Sería más fácil que propusieran un proyecto específicamente para Andrés Felipe Arias. ¿Por qué nunca se preocupó el expresidente Uribe, ni el Centro Democrático, por las decenas de condenados de su partido que nunca tuvieron doble instancia, incluyendo parientes de él? Que se sincere, que presente una reforma para Arias, es más posible que pase porque es un solo individuo y que convoque una especie de estado de opinión, de excepción, para poder apoyar una norma exótica como esa. Yo la apoyaría, pero que sea sincero”, señaló Roy Barreras, senador de la U. Entre tanto, expertos juristas afirman que el proyecto con intenciones retroactivas (es decir, que permita revisar sentencias del pasado) pondría en riesgo el principio de cosa juzgada.

La iniciativa, básicamente, abriría la puerta a que las sentencias emitidas entre 1991 (cuando surgió la nueva Constitución) y 2018 (cuando se aprobó la segunda instancia para aforados) sean revisadas, siempre y cuando hayan sido condenatorias por primera vez en segunda instancia o aquellas que fueron de única instancia, como la de Arias. “Queremos garantizar el derecho a la doble impugnación y a la doble instancia”, agregó Vélez. Ahora, mientras llega el 20 de julio y las puertas del Capitolio se abren para la batalla campal que se avecina, los ojos del país político seguirán observando al presidente Iván Duque, quien, en el pasado y en calidad de candidato, se refirió así a este caso: “Lo que se cometió con Andrés Felipe Arias fue una gran injusticia. A uno le da dolor ver a una persona que nunca se robó un peso con 17 años de condena y uno ve criminales de lesa humanidad ahora llegando al Congreso de la República. Esas son las cosas que uno no entiende de la justicia colombiana. Es una persona que ha sido excesivamente perseguida”, dijo en una entrevista con Canal Capital.

Sin duda, el Centro Democrático estará vigilante a que el primer mandatario mantenga esta misma postura, una que lo pondría en serios aprietos con las altas cortes, las mismas con las que se ha venido enfrentando por cuenta de las determinaciones que han adoptado alrededor del Acuerdo de Paz y del mismo caso Santrich. Si no lo hace, los dardos de su partido serían apenas un abrebocas de lo que le significaría a Duque tomar distancia del caso Arias: una eventual enemistad con quien le sembró el camino para convertirlo en presidente de la república: Álvaro Uribe. Lo paradójico, en todo caso, resultó siendo que quienes tomaron la decisión sobre el exministro y su responsabilidad en el escándalo de AIS son hoy funcionarios del Gobierno: Viviane Morales, actual embajadora en Francia, y Alejandro Ordóñez, embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en su momento fiscal general y procurador, respectivamente.

El escenario político para Duque no está fácil y su respeto a la institucionalidad será evaluada por lo que diga del “que dijo Uribe” en 2010.

Por Redacción Politíca

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar