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Así le fue a la Cámara en su primera sesión presencial durante la pandemia

Si algo hay que decir es que no fue una jornada de la que se puede sacar una conclusión definitiva sobre el futuro de la presencialidad, pero plantea varias tareas para desarrollarla en su totalidad.

14 de agosto de 2020 - 11:51 p. m.
La mesa directiva durante la sesión presencial en la Cámara de Representantes. Los representantes eran llamado a pasar al Salón Elíptico, que aparece en la imagen, para votar.
La mesa directiva durante la sesión presencial en la Cámara de Representantes. Los representantes eran llamado a pasar al Salón Elíptico, que aparece en la imagen, para votar.
Foto: Cortesía

La decisión estaba tomada. El recién posesionado presidente de la Cámara de Representantes, Germán Blanco, había informado a la plenaria de la corporación que la elección del defensor del Pueblo, realizada este viernes y en la que resultó electo Carlos Camargo, se iba a hacer de manera presencial. Eso movió una inmensa logística, no solo dentro del Capitolio, en donde se debían adoptar las medidas de bioseguridad para garantizar distanciamiento físico entre los congresistas, sino que muchos de los que asistieron se movilizaron desde sus regiones hacia Bogotá. Incluso, hubo quienes llegaron a ras del inicio de la votación.

En la noche del jueves se conoció la circular que definía todo el protocolo de la primera sesión presencial en el Congreso, luego de que la Corte Constitucional se pronunciara y manifestara que, si bien la virtualidad o el trabajo remoto se podía realizar por propia determinación del Legislativo, lo ideal era que los congresistas, en la medida de lo posible, sesionaran en el Capitolio.

Quedó estipulado en el papel que al ingreso se tomaría la temperatura de todas las personas y se entregaría un kit de bioseguridad, compuesto por tapabocas, alcohol y gel antibacterial. De igual manera se distribuyeron todos los representantes, en orden alfabético, en seis salones que se desinfectaron para su ocupación: el Salón Elíptico, donde sesiona normalmente la plenaria de la Cámara; el salón Boyacá, el salón Luis Carlos Galán, el recinto del Senado, el salón de la Constitución y la Comisión Primera de Senado. Allí se mantendría la distancia y se limitaría el número de personas para que en ningún momento hubiera más de 50.

La metodología fue la siguiente: el presidente Blanco llamaba a lista y los representantes se movilizaban hasta el Salón Elíptico para cumplir al llamado en cuatro momentos: registro, aprobación del orden del día, votación y declaración de la elección. Así fue. Sin embargo, hubo mucha molestia por parte de congresistas que consideraron que era innecesario hacer una sesión dentro del Capitolio cuando lo que realmente estaba sucediendo era que se estaban desarrollando sesiones remotas, pero desde los salones del mismo Congreso. Uno de ellos fue César Lorduy, de Cambio Radical, quien se desplazó desde Barranquilla hacia Bogotá.

“Se hizo una sesión presencial para los que podían estar en el Capitolio, pero había cinco sesiones remotas. En diferentes salones estábamos los congresistas que habíamos concurrido. Por las medidas sanitarias no nos dejaban estar todos, teníamos que conformarnos con una pantalla para ver a los representantes hablar. Elogiaban la presencialidad cuando no estábamos ahí. Eso es lo mismo que no estar en las instalaciones del Congreso”, dijo Lorduy, quien calificó de manera jocosa el asunto como la inauguración de las “sesiones remotas presenciales”.

Para el representante, la jornada fue improductiva porque solo se podía mirar el celular y asegura que hubo muy poco respeto del distanciamiento físico. “Puede ser positiva frente a depositar un voto y creer que se está haciendo algo jurídicamente correcto. No dejo de resaltar que había gente con medición de temperatura y entregando gel y tapabocas”, dijo, pero para él quedó demostrado que lo que ocurrió este viernes está lejos de ser el modelo para sesionar de manera presencial.

De hecho, varios congresistas manifestaron su inconformidad con el hecho de permanecer la mayor parte del tiempo sentados esperando solo a escuchar su apellido para dirigirse al Salón Elíptico. En algunos salones habilitados sólo había sillas y unas pantallas, es decir, una sesión plenaria en la que no solo se fuese a votar sino a debatir, a hacer proposiciones o dejar constancias o votar con huella digital, hubiese sido imposible porque tampoco estaban habilitados los computadores.

“No fue una sesión para sacar conclusiones de cómo debería de sesionar la Cámara de forma permanente. Empezamos desde las 9 de la mañana y terminamos a las 3 de la tarde. Seis horas para votar un funcionario. Es claramente una locura, sin embargo, da gusto ver de nuevo a compañeros, que el Congreso se reactive presencialmente. Es normal el nerviosismo y la prudencia al principio, al final uno terminaba hablando en grupos de dos o tres”, comentó el representante Juan Carlos Losada, del Partido Liberal, quien puso de presente que cuando Camargo, el defensor del Pueblo elegido, estaba dando su discurso había más de 50 personas en el Salón Elíptico y no hubo respeto del distanciamiento físico en ese momento.

Para Losada, si las sesiones serán presenciales de ahora en adelante, se debe considerar un lugar distinto al Congreso, algo parecido a Corferias, en donde puedan estar presentes todos y que los procesos no sean tan lentos: “Imagínate estar votando un proyecto que requiera la mayoría calificada, necesitaríamos tres días para sacar un artículo adelante. O cómo hacer en medio de la controversia cuando alguien haga una moción de orden, una réplica o una moción de procedimiento. Esperar que la persona lo haga, se salga del recinto para no desajustar el aforo de 47 representantes en el recinto”.

En ese sentido, también hizo críticas a algunos representantes que asistieron cuando, según los lineamientos que se han dado por parte del Ministerio de Salud, no debieron hacerlo, ya sea por su edad o por condiciones médicas que presentan.

Lo que opina la representante Ángela María Robledo, de Colombia Humana, va mucho en el sentido de lo que dice Losada y señala que, aunque se hizo un intento para cumplir con lo dispuesto por la Corte Constitucionalidad en cuanto a la presencialidad, la jornada realmente puso sobre el tapete los retos que tiene la mesa directiva de Cámara, y también de Senado, para continuar con las sesiones en el Capitolio. “Hay que reconocer la enorme tarea y el trabajo que hizo la mesa directiva. Empezamos la sesión a las 9 de la mañana y terminamos a las tres de la tarde; horas y horas para una sola elección. Hubo bastante bioseguridad y protocolos de cuidado y los congresistas respetaron la distancia social, pero es un enorme reto lo que representa pasar de la virtualidad a la presencialidad, que es una urgencia para la democracia”.

El representante Jaime Felipe Lozada, del Partido Conservador, dio un parte positivo y señaló que hubo una “organización impecable” desde el ingreso del Capitolio hasta la ocupación de los salones. “Se pudo evidenciar que cuando se adoptan los protocolos de bioseguridad con rigurosidad se puede asistir al Congreso”, opinó.

El representante Wilmer Leal, de la Alianza Verde, coincidió con Lozada. “Hoy se demostró lo que nosotros venimos diciendo hace mucho tiempo, y es que el Congreso, evidentemente, puede sesionar de forma presencial o semipresencial. Con esta sesión se le envía un mensaje al país desde la Cámara de Representantes y esperamos que lo replique el Senado y las demás instituciones, porque el país lo necesita. Insisto en que el Congreso no puede ser un invitado de piedra en la crisis”, manifestó Leal.

Desde el Centro Democrático, si bien se subrayó que todo el proceso de votación fue muy lento y que la virtualidad parece funcionar más, se cumplió con el deber de asistir al Capitolio acatando la disposición de la mesa directiva. “Muy lento todo. Creo que es más eficiente la virtualidad, pero bueno, aquí estamos cumpliendo. Me tocó en el recinto del Senado, pero no tenemos computadores habilitados. A nosotros nos llaman, uno hace una fila y luego se vota. El tema de bioseguridad ha estado muy bien, muy fuerte con el distanciamiento físico”, señaló el representante uribista Edward Rodríguez.

Sesionar de manera presencial o remota (virtual) ha sido el debate constante en el Congreso desde que se inició la pandemia del nuevo coronavirus en el país, una discusión que todavía, en la nueva legislatura, aún no se ha saldado. No hay dudas de que la jornada de este viernes, a la que asistieron muchos congresistas, deberá dejar una lista de tareas que permitan a las mesas directivas tanto de Cámara como de Senado idear un plan y de ahí tomar una decisión que se pueda implementar pronto.

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