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Aumentó la violencia letal contra las lideresas sociales

De 10 asesinatos en 2019, a corte de 31 de octubre de 2020, se registran 12 casos, según reporta la Misión de Observación Electoral en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

25 de noviembre de 2020 - 01:34 p. m.
Desde el inicio de la pandemia, la violencia contra las mujeres se ha disparado en todo el mundo.
Desde el inicio de la pandemia, la violencia contra las mujeres se ha disparado en todo el mundo.
Foto: Gustavo Torrijos - Gustavo Torrijos Zuluaga

Quizá uno de los espacios en donde la violencia contra la mujer es más silenciosa e invisibilizada es en el marco del ejercicio de la política. Sobre esto, un reciente informe de ONU Mujeres y la Comisión Interamericana de Mujeres apunta a que los ataques, que pueden reconocerse desde comentarios sexistas, chistes, insultos, hasta ascender a otros niveles de violencia, son reconocidos como parte de la dinámica política.

Este miércoles, que se celebra un Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer inédito por cuenta de la situación de pandemia que vive el mundo entero, la cual ha exacerbado las situaciones de inseguridad de la población femenina por las medidas para contener la propagación del virus, la Misión de Observación Electoral (MOE) sacó un informe sobre las violencias que viven mujeres con liderazgo político, social y comunal.

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“Para la MOE resulta importante visibilizar la situación particular en que se encuentran las lideresas y resaltar el rol que las mujeres cumplen en distintos escenarios de participación y representación. Ya que la participación de las mujeres en la política no se reduce a los espacios político-electorales, sino también en las organizaciones sociales, indígenas, afros, ambientales, comunales, entre otras. En todos estos ámbitos son víctimas de hechos de violencia y afectaciones que derivan no solo de su papel como lideresas, sino, también, de forma diferenciada de su condición de género”, explica la MOE.

La violencia, explica la organización que hace veeduría a lo electoral, puede ser física (agresiones o asesinatos), psicológicas, simbólicas (basada en los estereotipos sobre las mujeres) y económicas (falta de recursos que promuevan los liderazgos).

Bajo ese entendido, la preocupación recae en cuanto a que este 2020 no ha terminado y se contabilizan más asesinatos contra lideresas sociales. De 2019 a este año se pasaron de 10 casos a 12 (hasta el 31 de octubre). También se incrementaron las amenazas contra las mujeres en este ámbito, de 25 a 39, hasta ahora.

“Las lideresas sociales son las que han sufrido más vulneraciones, puesto que concentran el 63.5% de los hechos. A través de estos hechos no solo se ataca a las lideresas, situación que de sí ya resultaría grave, sino que impacta a la organización misma de las comunidades y a los proyectos o causas que ellas defienden”, alerta la MOE.

Las preocupaciones recaen principalmente en que desde 2019, comparado con años anteriores (2018), se incrementaron en un 57% las afectaciones y vulneraciones contra las mujeres en todos los ámbitos. Esto pese a que ambos períodos fueron electorales. “Confirmado la creciente de violentar a las mujeres que ejercer roles de liderazgo y representación. Lo anterior sugiere que cada vez más, los actores que ejercer violencia están interesados en afectar este ejercicio de defensa de derechos humanos y representación política encabezado por mujeres, así como un crecimiento en la importancia de estos roles”.

Las lideresas sociales más vulneradas son las que defienden causas de las poblaciones indígenas (25%), de las mismas mujeres (20%), de las víctimas (15%), comunitarias (11%), campesinas (8%), sindicales (8%), ambientales (5%), afro, derechos humanos y comunidad LGBTI (3%).

Las amenazas son la afectación principal que tienen las mujeres con liderazgo. Tanto en 2019 como en los 10 meses analizados de 2020 se contabilizan 68 intimidaciones. “Estas tienen un tinte particular en el caso de las lideresas, pues al ejercer este mecanismo de presión sobre ellas, quien las realiza recurre también a estereotipos y simbolismos que extienden la afectación a sus familiares y allegados, afectando así la integridad psicológica de quienes las rodean”.

Lo que precisa la MOE es que dichas amenazas “hacen referencia a la condición de mujer, que se convierte en una medida de disuasión contra otras mujeres a participar en esos mismos espacios (de liderazgo)”.

Otro elemento que la MOE pone en alerta es lo que ocurre en los espacios PDET, donde encontraron que 13 de los 27 hechos letales (atentados y asesinatos) ocurrieron en las zonas priorizadas tras la firma del Acuerdo de Paz. “Las medidas implementadas no están teniendo impacto”, apunta la organización sobre la labor del Gobierno.

“De los datos expuestos se desprende que la violencia contra las lideresas es un fenómeno que ha ido incrementando de forma constante a lo largo del tiempo, por lo que requiere de una atención urgente”. Las recomendaciones que hace la MOE al Gobierno y los entes territoriales es que “se establezcan rutas de prevención y protección para atender la violencia contra las lideresas, sin importar el tipo de rol ejercido, pero tomando en consideración sus condiciones y contextos específicos, a partir de políticas diferenciales”.

Sobre la violencia política

La MOE reconoce que este tipo de violencia hace parte del entramado de violencia estructural de género, “centrada en la estigmatización, amenazas y presiones dirigidas tanto a ellas como a sus familiares, con repercusión en el ejercicio de sus derechos políticos”.

Cuantificar las discriminaciones que reciben las mujeres en este ámbito es muy difícil, en cuanto a las violencias psicológicas, simbólicas/culturales y económicas. Sin embargo, desde lo cualitativo la MOE ha encontrado que “los estereotipos de género han sido usados para amedrentar y desincentivar la participación política de las mujeres”.

Entre situaciones que se cuentan, está el discurso con todo lo relacionado a las cuotas de género y la paridad, en las que se consideran a las mujeres como los “rellenos” para cumplir con la cuota del 30% en las listas de los partidos a las circunscripciones que eligen cinco o más representantes.

“Esto se traduce en falta de apoyos a sus campañas, que no las consideran de manera competitiva, que no las toman en serio y que esto afecta su propia convicción y la del electoral en su liderazgo”, apunta la MOE.

Otro elemento que se ha identificado es el doble rasero que hay con relación al ejercicio que debe ejercer la mujer. Es decir, mientras al hombre se le pide hablar fuerte, con convicción y otras características, a la mujer se le critica cuando es ella la que encarna esas cualidades. En esta situación también se suman los dilemas que deben enfrentar entre familia y trabajo, “dando cuenta del poco respaldo con el que cuentan y la presión que se les ejerce al interior de sus núcleos familiares para abandonar los espacios de liderazgo”.

En cuanto a lo económico, el principal factor es la imposibilidad de acceder a financiamiento para sus campañas: “se les niegan recursos y otros financiadores no quieren darles préstamos al considerar que sus carreras políticas pueden ser exitosas”.

También se contabiliza el acoso y la violencia sexual que viven muchas mujeres por su aspiración política. “Este tipo se presenta al encontrarse en posiciones de poder frente a líderes hombres de sus partidos, quienes aprovechan sus posiciones para condicionar la entrega de apoyos y recursos”.

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Otras situaciones, son la misma estigmatización con relación al ejercicio del liderazgo social, lo que genera cierto temor o distanciamiento a la labor política, o en casos en que las mujeres no ceden ante peticiones del partido, por lo que hay prácticas para invisibilizarlas y amedrentarlas.

“Si la política sigue siendo un escenario exacerbadamente hostil y violento para las mujeres, y hacer de este un lugar libre de violencia contra ellas pasa por tener más mujeres lideresas, nos queda la pregunta aún de cómo lo vamos a lograr.

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-(-)25 de noviembre de 2020 - 07:55 p. m.
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