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Buenaventura está empotrada en uno de los lugares más estratégicos del Valle del Cauca y el país. En ese municipio sus casi 500.000 habitantes comparten la vida diaria con el principal puerto de Colombia sobre el Pacífico que, además, funciona como un punto de interconectividad entre el país y la región, y cuyas exportaciones en 2017 fueron históricas. Según datos entregados por el entonces gerente del puerto, en 2017 se incrementó el 41 % las toneladas movilizadas respecto de 2016. Una prosperidad que contrasta con los altos índices de pobreza que, a finales del 2017, alcanzaba al 81 % de la población.
Ese lugar de privilegio geográfico convierte a Buenaventura, que tiene un potencial electoral de 228.069 votantes, en un lugar apetecido por actores de todos los tipos, tanto legales como ilegales. De hecho, durante los primeros tres meses de 2019, las autoridades incautaron 11 toneladas de cocaína y dejaron al descubierto cómo el puerto se ha convertido en uno de los principales puntos de embarque de droga con destino a Europa. Esos factores también juegan un papel importante en las elecciones de este domingo, como punto final de una campaña política que se desarrolló en medio de amenazas, acusaciones y participación de grupos armados al margen de la ley.
La disputa por la Alcaldía de Buenaventura está reñida. Víctor Vidal, uno de los líderes del Paro Cívico de 2017 que movilizó durante 21 días a miles de habitantes para pedir que el Gobierno cumpliera sus promesas y para reclamar mejores condiciones de vida y una distribución más justa de las riquezas que genera el puerto, es uno de los candidatos más fuertes. Aspira por el movimiento Buenaventura Digna y está apoyado por Colombia Humana, el movimiento de Gustavo Petro, así como otros congresistas cercanos a la izquierda en el Valle del Cauca, como el senador Alexánder López, del Polo Democrático.
El mismo paro cívico es una de las fortalezas de Vidal, quien, por supuesto, ha sido señalado de usar el movimiento popular con fines electorales. Y no cabe duda de que lo conseguido a través de esa movilización y la visibilidad que tuvo durante los días en los que Buenaventura se pausó le ha traído sido el motor de su candidatura.
Sin embargo, eso podría no ser suficiente porque, muy a pesar del apoyo popular, Vidal se enfrenta a grandes estructuras y candidaturas sobre las que hay graves cuestionamientos. En el puerto es vox populi que hay financiación de grupos del narcotráfico y se ha advertido de la presencia de grupos ilegales poderosos, como la Oficina de Envigado, la banda La Local, en cabeza de Diego Bustamante, La Empresa, Los Calvos o Los Pescaítos. Estos, además del apoyo de los pesos pesados de la política vallecaucana y la estructura burocrática y económica que se estaría moviendo desde la Gobernación del Valle del Cauca, hoy en cabeza de la gobernadora Dilian Francisca Toro.
Fuentes consultadas en Buenaventura, que han seguido de cerca la participación de estas estructuras en ese municipio y que pidieron la reserva de sus identidades por seguridad, han dicho nombres específicos de financiadores que estarían actualmente o habrían estado detrás de las campañas de los candidatos Jaime Oswaldo Marínez, Héctor Copete o Ligia del Carmen Córdoba.
“Su candidatura comenzó financiada por alias Pecueca y alias Hernán Culito. Estos movieron sus respaldos hacia el candidato Héctor Copete. Pero Marínez cuenta con el respaldo financiero de la Oficina de Envigado a través de William de la Cruz, quien es el apoderado de alias Tom”, comenta una de las fuentes en el puerto. Sobre la candidatura de Copete, aseguran que tiene apoyo tanto de La Empresa, como de los Bustamantes, Los Calvos y Los Pescaítos. “Él tiene el apoyo de Maximiliano Castro Arboleda, que estuvo involucrado en malos manejos de los dineros de la salud, y del exsenador condenado pormparapolítica Juan Carlos Martínez Sinisterra”, agrega.
Copete, consultado por El Espectador, negó cada una de estas acusaciones y aseguró que, por el contrario, él ha sido uno de los candidatos que ha recibido más amenazas. “Desde 2003 me había retirado de la política por amenazas. Hay un sector que no quiere que yo sea alcalde porque queremos poner la alcaldía al servicio de la gente. Ahora, Juan Carlos Martínez no dio ningún apoyo a la alcaldía, hay personas de la Alianza Democrática Afrodescendiente (ADA) que me apoyan. Yo a él le tengo mucho agradecimiento, pero nos distanciamos porque en la campaña pasada apoyó a quien hoy es el alcalde”, dice Copete. En ADA, partido que se formó luego de que el consejo comunitario La Mamuncia, en López de Micay (Cauca), ganó la curul de negritudes de la Cámara de Representantes, Martínez Sinisterra tiene influencia por vía de Paulino Riascos, representante legal de la colectividad uy un hombre cercano al exsenador, también oriundo de esta zona.
Según Copete, su campaña se ha financiado con recursos propios y de amigos que confían en su candidatura. “Yo no puedo decirte a quién están apoyando los grupos ilegales, pero a mí me han sacado de los barrios y mis reuniones las han levantado a punta de pistola. Pero eso ha hecho parte de todo este cuento siempre. No se sabe quién amenaza, simplemente llegan y uno abandona el territorio. A todos los candidatos nos ha pasado, pero no hay una prueba fehaciente para uno denunciar. Hacer política en Buenaventura es complicado y la vida de nosotros corre riesgo”, concluye el candidato.
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Alrededor de la candidata Córdoba también hay acusaciones de que su campaña tendría una dudosa financiación y que ilegales la estarían apoyando a través del control de territorios en Buenaventura, como los barrios Caldas, Unión de Vivienda, El Progreso, Nuevo Amanecer, El Bolívar, La Fortaleza o Nueva Granada. “Le han dado plata tanto a La Empresa como a los Bustamante a través de “Diego Optra”, “Julito” o “Gordo Lindo”" afirman en voz baja. En resumen, las estructuras criminales estarían jugando a tres bandas con las candidaturas que le hacen competencia a la de Vidal, no obstante, no es posible demostrar que los candidatos tengan conocimiento sobre la participación de estas estructuras en sus respectivas campañas. El Espectador intentó comunicarse, además de Copete, con Marínez y Córdoba a sus teléfonos, pero, hasta al momento de la publicación de este artículo, no respondieron al las llamadas.
Denuncias de fraude
Sobre la presunta participación de estructuras criminales en la campaña a la Alcaldía de Buenaventura, la candidata del Centro Democrático y Cambio Radical en ese municipio, Lucy Abonce, hizo serias denuncias. Expresó que en el puerto se estaría orquestando un fraude electoral. “Los ilegales haciendo campaña a favor de unas estructuras que son las culpables que Buenaventura esté como esté y una sociedad y muchas autoridades, como la Registraduría, que se hacen los de las gafas, se ponen el antifaz y ya sabemos que se están planeando robar la voluntad popular, pero los invito a derrotarlos”, comentó la aspirante.
Fue esa la razón que la motivó a enviar sendas cartas a la Registraduría, a la Procuraduría y al presidente Iván Duque en las que expresa la falta de garantías que sufre. “Le solicito de forma directa cambiar la persona a cargo de la Registraduría en nuestro Distrito. Esto constituiría un aporte fundamental a la democracia del puerto y es algo que está en sus manos”, le escribió Abonce al registrador Juan Carlos Galindo Vacha.
Según cuenta la candidata Abonce, ha tenido problemas para entrar en algunos barrios en donde, dice, se exige votar por Marínez o por Córdoba. “Pasa mucho por los barrios más vulnerables o de bajamar. Es difícil saber si los otros candidatos saben de ese apoyo, pero cuando la campaña estaba comenzando, a mí oficina llevaron a un tipo que decía que, si no era con ellos, yo nunca iba a ser alcaldesa. El hombre era apellido Bustamante. Lo saqué de mi oficina de inmediato”, contó Abonce a El Espectador.
Por su parte, el candidato Vidal también advierte que no tiene pruebas de ninguna de las acusaciones que se hacen en contra de los aspirantes que son sus opositores, pero no niega que en el puerto hay tensión armada. “Hemos hecho un llamado a las autoridades porque hay desconfianza. Aquí tenemos antecedentes de compra de votos y eso es evidente en los barrios, donde ya circulan listas de votantes. Hay actores armados, pero no se dejan ver. Están en los barrios, preguntan o restringen el acceso. Es evidente que están aquí. Siendo modestos, Buenaventura es el segundo territorio más importante del país, nadie le gana estratégicamente y a muchos les resulta incómodo que hoy, un líder popular, pueda ser alcalde”.
La estela de violencia que el conflicto ha dejado en Buenaventura se siente en el ambiente. Fue en en estas tierras donde sicarios motorizados le quitaron la vida al reconocido líder social Temístocles Machaco a finales de enero de 2018. Don Temis, como se le conocía, era uno de los principales denunciantes de la crisis humanitaria en el puerto y del papel silencioso, casi complaciente, que las grandes empresas que tienen sus operaciones en ese municipio, juegan para mantener esas condiciones. Buenaventura elige este domingo un nuevo alcalde y de él dependerá si el puerto empieza a limpiar sus aguas o mantiene la ruta donde los armados son los que tiene el timón.