Cartagena es un botín y quienes financian candidatos a Alcaldía son sus piratas, según Germán Ruiz

El próximo 6 de mayo, los cartageneros elegirán a quien será su noveno alcalde en seis años. Analistas políticos, académicos, candidatos y ciudadanos manifiestan su inconformidad por las condiciones en las que se desarrollan las votaciones.

Redacción Politíca
11 de abril de 2018 - 05:48 p. m.
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Cartagena se acerca a una fecha trascendental para su presente político. Estas elecciones atípicas de alcalde, las terceras de ese tipo en su historia, que se celebrarán el próximo 6 de mayo, se dan luego de seis años en que la capital del Bolívar ha estado sumida en una crisis institucional. Esta situación, según algunos analistas políticos, responde a que quienes llegan al poder gobiernan de acuerdo a los intereses de las fuerzas financieras y políticas, y no de los ciudadanos.

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 “Candidatos, gobernantes, los mal llamados líderes comunales y comunitarios, reciben recursos en un consenso (electoral) que desvirtúa completamente la democracia y lo único que logra es que los que financian los procesos electorales nunca pierdan porque su modus operandi y su modus viviendi es vivir de los recursos públicos, de los recursos del Estado, saqueándolos como los antiguos piratas cuando robaban los recursos públicos de la Corona Española”, explica el analista político Germán Ruiz Páez.

Así es como Cartagena, tras más de cuatro siglos de historia, sigue siendo presa de aquellos que desean apropiarse de sus tesoros. En el pasado, eran los piratas franceses, ingleses y holandeses los que llegaban al territorio para apoderarse de lo ajeno. Hoy, esos personajes ya no navegan en embarcaciones clandestinas para hacer esos despojos.

De acuerdo con Ruiz Páez, Cartagena de nuevo se convertirá en ese botín de piratas para el candidato que gane la Alcaldía, junto a sus refuerzos políticos y financieros que lo respalden.

Seis años, nueve alcaldes

La crisis política en la que está sumida Cartagena comenzó cuando el alcalde electo para el período 2012-2016, Campo Elías Terán Dix, enfermó. Tuvo que separarse de su cargo para concentrarse en el tratamiento para el cáncer.

A partir de ese momento las designaciones interinas dieron lugar a que por el Palacio de la Aduana pasara un número significativo de alcaldes transitorios.

Entre ellos se encuentran Felipe Merlano, Óscar Brieva, Bruce Mac Master y Carlos Otero Gerdts.

Con la muerte de Terán Dix, se convocaron a las segundas elecciones atípicas de Cartagena en 2013, las primeras fueron en 2001. Para los comicios de 2013 resultó victorioso Dionisio Vélez Trujillo.

Luego de un período corto y de aparente calma, en 2016, la ciudad vivió de nuevo las elecciones regulares y Manuel Vicente Duque llegó a la cabeza de la administración municipal. Sin embargo, se le criticó de su gestión la influencia de su primo, José Julián Vásquez. De acuerdo con el diario El Universal, Vásquez es considerado “el rey de las licitaciones en Cartagena y la voz de mando oculta de la Alcaldía”

Continuó su mandato hasta que en mayo de 2017 la Procuraduría lo suspendió disciplinariamente de su cargo por un período de tres meses por irregularidades en permisos y licencias de construcción. Mientras cumplía con este castigo, en septiembre de ese mismo año, lo capturaron por un proceso penal que le abrieron por la elección ilegal de la contralora distrital Nubia Fontalvo Hernández.

Una vez en la cárcel, renunció a su cargo. Esto dio paso al nombramiento de Sergio Londoño como nuevo alcalde interino mientras que la ciudad espera darse cita en las próximas elecciones atípicas.  

Cartagena se prepara para un nuevo alcalde

Son nueve candidatos que están en la carrera por llegar al Palacio de la Aduana, en el que las aspiración de uno de ellos, Antonio Quinto Guerra, está pendiendo de la decisión del Consejo Nacional Electoral de inhabilitar su candidatura.

Sin embargo, este candidato representa para muchos ciudadanos la continuidad política que ha tenido la ciudad desde 2012, o sea, una atención a los intereses de quienes financian las campañas para obtener favores una vez el aspirante llega al poder.

“Hoy está funcionando una gran mafia de políticos y empresarios que tienen secuestrada a la ciudad y a los alcaldes. Ellos ponen al alcalde o financian al que tiene el poder popular y, al final, obtienen prebendas del ejercicio gubernativo”, manifiesta una fuente consultada por El Espectador que pidió no revelar su identidad. 

Esos políticos y financistas, que en palabras de Germán Ruiz Páez son los nuevos piratas, que apoyan a Guerra están en proceso de investigación por presuntos nexos con el paramilitarismo o corrupción, o hacen parte de los concejales arrestados por el nombramiento ilegal de la contralora distrital.  

“Es muy probable que Quinto Guerra quedé habilitado como candidato a la Alcaldía. De hecho, la demora en la convocatoria de la elección ha sido para que él pueda participar en las elecciones porque él es el aspirante de la clase política de Bolívar que lo necesita para que en los 18 meses que va a estar en el poder, no cambien las tendencias que están en términos de manejos de la ciudad”, opina Ruiz Páez.

Ruiz Páez, junto a los candidatos por la Alcaldía, Germán Viana y David Múnera, cree que Quinto Guerra logró posicionarse como la principal opción sobre Andrés Betancourt, el otro aspirante con fuerza en la disputa por llegar a la administración distrital por 18 meses.

La carrera por la Alcaldía

Los 18 meses que tendría en el poder el nuevo alcalde son un período marcado por grandes proyectos millonarios que debe de responder la ciudad, algunos de ellos con una adjudicación de 30 años.

Entre ellos se encuentran el traslado de la base naval con una inversión de US$2.500 millones, las concesiones de alumbrado público, basuras y los peajes Mercabastos y Circulemos, entre otros.

“Toda la clase política y todos los financistas de la ciudad están apoyando a Quinto Guerra porque él les garantiza a ellos mantener ese statu quo de poder que les da entrada a los proyectos que están en marcha”, comenta la misma fuente citada anteriormente que pidió no ser revelada.

De acuerdo a palabras de Ruiz Páez, son entonces estos los piratas contemporáneos -clanes políticos, financistas y candidatos - los que convierten a Cartagena en un botín, que para este período de admnistración distrital tiene la responsabilidad de adjudicar, en año y medio, dos de los diez billones en portafolio de inversión de la ciudad. 

Por Redacción Politíca

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