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Cartagena está que arde

El alcalde Campo Elías Terán volverá a su cargo luego de cinco meses de ausencia por padecer cáncer de pulmón.

Carlos Ardila González / Especial Cartagena
01 de febrero de 2013 - 07:26 p. m.
Cartagena está que arde

Cuando el pasado 24 de diciembre el alcalde titular de Cartagena, Campo Elías Terán, en ese entonces sometido a un tratamiento médico para combatirle el cáncer que padece, anunció que regresaría a la Alcaldía, muy pocos tomaron en serio sus palabras. Y cuando dijo que, una vez esté otra vez al frente del gobierno, el alcalde designado, Carlos Otero, “me debe presentar un informe de cómo marcha la ciudad”, algunos lo tomaron únicamente como la expresión de un deseo. La última vez que los cartageneros habían tenido contacto con el mandatario lo vieron demacrado, con la mirada perdida, con una voz muy diferente a aquella que durante más de veinte años llegó nítida, potente, a las barriadas de una ciudad donde es un verdadero ídolo. Terán padece de cáncer en un pulmón con metástasis al mediastino y al cerebro, y eran notorios los estragos que a su humanidad le habían causado las frecuentes y prolongadas sesiones de quimioterapia a las que era sometido.
Hoy, cuando la clínica Santa Fe ha certificado que el alcalde de La Heroica “presenta una importante mejoría funcional (90%) y cognitiva, sin mayor déficit residual”, por lo cual “podrá reincorporarse a la vida laboral”, y luego de escuchar las declaraciones de Terán a varios medios diciendo que “está listo para retomar el gobierno y corregir lo que haya que corregir”, en Cartagena no se habla de otra cosa que del eventual regreso del gobernante.

Para que ello se produzca —sin embargo— deben alinearse otros astros. Antes del 11 de febrero, la Presidencia de la República deberá corregir el Decreto 2248 del 31 de octubre de 2012, mediante el cual se suspendió a Terán, a pesar de que sobre este pesaba una incapacidad que venció solo el pasado 29 de enero; ya la Contraloría, desde mediados de enero, le hizo la petición al ministro del Interior, Fernando Carrillo. Pero, además, el ente de control fiscal deberá levantar la solicitud de suspensión que realizara el 30 de octubre de 2012. Para evitar que tales hechos se retarden, el abogado Abelardo de la Espriella —apoderado del alcalde— interpuso una acción de tutela.

Mientras todos esos hechos se dan, Cartagena está que arde. Sin haberse convocado a elecciones, sus barrios son visitados permanentemente por Dionisio Vélez, Miguel Navas, María Bustamante, Jorge Mendoza, Rosario Romero y otro puñado de ciudadanos que dicen no ser candidatos pero señalan, particularmente a través de las redes sociales, que están dispuestos “a sacrificarse por la ciudad” si se declara la vacancia absoluta del alcalde titular. Hoy, tras el eventual regreso de Terán, se adelanta anónimamente otra campaña: en carteles murales, en los foros virtuales de unos medios y en la radio local, lo que se busca es dar a entender que la ciudadanía ya no quiere a Campo. Que está feliz con la evidente mejoría del popular comunicador, que le agradece a Dios por el milagro, pero que no regrese.
Por su parte, el grupo de líderes políticos y barriales que apoyó la llamada ‘campaña mandarina’ de Terán, orientado por unos exfuncionarios —entre ellos el exsecretario del Interior Nausícrates Pérez— organiza una marcha que acompañaría el ingreso del alcalde al Palacio de la Aduana, la sede del gobierno distrital.

En los círculos gremiales hay expectativa por lo que pueda suceder. La vocera del comité intergremial, Mónica Fadul, conceptuó que “la ciudad necesita mantener una estabilidad institucional; es intolerable que en un año haya tenido cinco alcaldes; ninguna empresa ni entidad del Estado puede funcionar así; ojalá el alcalde, antes de decidirse a regresar a la Alcaldía, consulte primero el bien común y lo sobreponga luego a cualquier interés personal”. En otros ámbitos se dice que la retoma del poder político local por parte de reconocidos clanes, como el que lideran el exsenador Juan José García y su esposa, la senadora Piedad Zucardi, han movido a analistas a manifestar que el regreso del alcalde elegido por el voto popular le convendría a la ciudad.

Según estos, a la gente hay que creerle, y Terán ha dicho que, si hubo algo de positivo durante su tratamiento médico, fue que tuvo tiempo para apreciar “quiénes entraron a la campaña solo para satisfacer sus intereses particulares”. Cuando se le indagó por nombres concretos, respondió que “la ciudadanía sabe claramente lo que está ocurriendo”.

En Cartagena hay una humedad del 84%, el viento está en calma y la temperatura promedio es 30° centígrados. Sin embargo, en los corrillos políticos, el ambiente está enrarecido y cada día se calienta mucho más.

Por Carlos Ardila González / Especial Cartagena

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