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Casas y reelección, construcción progresiva

El presidente Juan M. Santos hizo entrega de las primeras 120 casas gratuitas en el Valle. La reelección fue un tema tácito y protagonista.

Natalia Herrera / Enviada especial a Pradera y Yumbo
11 de febrero de 2013 - 06:43 p. m.
 En el municipio de Yumbo, Santos entregó otras 120 viviendas para los damnificados por el invierno. / Presidencia
En el municipio de Yumbo, Santos entregó otras 120 viviendas para los damnificados por el invierno. / Presidencia

El presidente Juan Manuel Santos entregó este lunes en Pradera y Yumbo (Valle del Cauca) las primeras casas de las 100 mil gratis que prometió para los más pobres del país, en medio de la expectativa por los alcances políticos del evento. Porque aunque hay quienes sostienen que la reelección del primer mandatario no es un hecho y sencillamente está ejecutando su plan de gobierno, el ambiente que se vivió allí tuvo todos los elementos y símbolos para pensar que esta aspiración es real.

No hubo cabo suelto. En los dos escenarios dos personas mencionaron explícitamente la necesidad de la reelección del jefe de Estado. A Pradera, donde entregó 91 casas a igual número de familias, Santos arribó al son de una papayera a las 10:40 a.m. junto con su comitiva, integrada por la ministra de Educación, Maria Fernanda Ocampo; la consejera de Género, Cristina Plazas; el ministro de Prosperidad, Bruce Mac Master, y el ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, entre otros.

A su turno en el micrófono, el alcalde del municipio, Adolfo Escobar, dijo: “Estoy seguro que en diciembre de 2015, cuando entregue la Alcaldía, le voy a entregar una Pradera agradecida cuando usted vaya en la mitad de su segundo mandato”, en medio de los aplausos y vivas de los asistentes, cual campaña electoral.

El jefe de Estado no contestó nada y dedicó parte de su discurso a resaltar los logros de su mandato. “Estamos construyendo la paz a través de la política social, con la Ley de Restitución de Tierras, devolviéndoles a los campesinos las tierras de las cuales fueron despojados a punta de fusil. Estamos reparando a las víctimas, el año pasado reparamos 157 mil víctimas, un número mucho mayor del objetivo, de la meta, que nos habíamos puesto. Este año vamos a reparar a otras 150 mil víctimas (…) al mismo tiempo, estamos haciendo política social en todos los sectores que más requieren de la ayuda del Estado, donde la rentabilidad social es mayor, uno de esos sectores es el de la vivienda”.

Si bien Santos no habló de su ‘segundo tiempo’, sí aprovechó para tirar una que otra puya a su antecesor, Álvaro Uribe, dejando de lado aquello del mantra de no pelear con él. Al referirse a los rumores que corren en Pradera sobre un despeje militar en una de las fases de las negociaciones de paz que se adelantan con las Farc en Cuba, descartó tajantemente dicha posibilidad y, sin hacer alusiones directas, cuestionó actitudes pasadas, léase del expresidente Uribe.

“Ya la historia se encargará de señalar quiénes sí estuvieron a punto de despejar Pradera. La historia se encargará de señalar quiénes lo tenían listo y lo tenían comprometido y por hechos fortuitos, gracias a Dios no sucedió, pero tenga la absoluta seguridad de que unas de las razones por las cuales estamos nosotros discutiendo con esta gente en Cuba, es precisamente porque no vamos aceptar despejar ni un solo milímetro del territorio nacional”, enfatizó.

En concreto, Santos se refería a hechos sucedidos en 2006, cuando las Farc insistieron en el despeje de los municipios de Pradera y Florida, en el Valle del Cauca, para adelantar un intercambio humanitario de varios policías, militares, dirigentes políticos y dos ciudadanos estadounidenses que tenía en su poder, por guerrilleros presos. Fue entonces cuando durante el Congreso Nacional de Fenalco, realizado en Barranquilla en el mes de septiembre, Uribe abrió la puerta a dicho despeje.

Según el entonces jefe de Estado, las condiciones para un acercamiento con las Farc se podían acordar. El texto completo del mensaje de Uribe fue el siguiente: “El Gobierno tiene la voluntad de aceptar una zona de encuentro con las Farc, con condiciones propicias para la eficacia del acuerdo humanitario y de la paz, condiciones que se pueden acordar. No podrá ser una zona de refugio del delito, no podrá ser un campo de recuperación militar para el terrorismo, presionado por guerra política. Debe ser una zona de encuentro que pruebe a nacionales y a la Comunidad Internacional que existe buena fe para la paz”.

Al final no hubo despeje y en julio de 2007, durante una visita justamente a Pradera, Uribe habló fue de despejar la zona, pero de terroristas. “Sí despejaré a Pradera y a Florida pero del terrorismo y no de las instituciones del Estado (…) No entregaré ni un milímetro más de la patria a los criminales de las Farc”, expresó en un discurso en el que además calificó a Manuel Marulanda Vélez, alias ‘Tirofijo’, el ya fallecido máximo comandante de esa guerrilla, como “el criminal mayor del Caguán”.

De hecho, las palabras pronunciadas por Santos tuvieron la riposta del exmandatario, a través de su cuenta en la red social de Twitter: “Pradera: al presidente Santos le falla la memoria en exportaciones de lácteos, política de vivienda de nuestro gobierno y seguridad en Pradera, Valle”, escribió.

Pero la cosa no se quedó allí. En Yumbo, donde entregó otras viviendas para los damnificados por el invierno y desplazados, Santos volvió a la carga. “Unidos por un fin, unidos por un país. Todos somos Presidencia de la República”, dijo allí la presentadora al terminar la transmisión por televisión del evento, siguiendo el guión programado.

Curiosamente, minutos antes, el primer mandatario había dicho que quería enfatizar en la palabra “unidos”. Incluso, como si se refiriera a su antecesor, dijo: "Este país tiene que dejar los odios, las polarizaciones atrás, por eso estamos buscando la reconciliación, para que todos los que se salieron de ese rumbo vuelvan a ese camino”. Así lo entendió el auditorio cuando se escuchó a más de uno de los asistentes decir: “Como Uribe”.

Allí, los beneficiarios tenían camisetas que decían: “Gracias presidente, Yumbo está con usted”. Las cámaras de televisión poncharon varias veces el mensaje. Una de estas beneficiarias, con camiseta que agradecía a Santos, fue Jackeline, una afro que también tomó el micrófono para decir: “Tenemos que reeligir a nuestro presidente, Dios me lo guarde”. De nuevo las ovaciones y los aplausos se tomaron el recinto. El proceso de paz también fue protagonista y los mandatarios regionales saludaron la iniciativa. Santos se robó el protagonismo. El ministro del Interior, Germán Vargas, se quedó con los aplausos porque nunca le pasaron el micrófono para decir unas palabras.

Al final, el presidente explicó que con el proyecto de las 100 mil viviendas el Gobierno decidió pagar las casas a los constructores cuando estén terminadas para evitar que “se roben la plata”, como, según manifestó, sucedió en otros gobiernos. También habló de los principios de selección y transparencia del programa de vivienda y le dijo a los pobladores pobres que no fueron beneficiados con las casas, porque no ganaron el sorteo, algunas palabras mágicas: “Tranquilos, quienes no ganaron el sorteo igual quedan inscritos para la segunda fase que se hará”. Queda entonces una pregunta: Si según el programa, las 100 mil casas se entregarán hasta diciembre de 2013, ¿cuándo será esa segunda fase a la que se refiere Santos? ¿En un segundo mandato, quizás?

Por Natalia Herrera / Enviada especial a Pradera y Yumbo

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