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El último Estudio Epidemiológico Andino sobre Consumo de Drogas en la Población Universitaria entregó preocupantes resultados sobre la situación en Colombia que se sigue ubicando como el país con mayor número de consumidores de la Comunidad Andina (Colombia Ecuador, Bolivia y Perú).
El 33,9% de los estudiantes universitarios declararon haber usado alguna droga lícita o ilícita en algún momento de la vida y un 16,4% ha usado una droga recientemente.
La marihuana sigue siendo la droga más utilizada por los jóvenes entre los 18 y los 25 años, pero a diferencia del último estudio de este tipo (realizado en 2009), ya no es la cocaína sino el LSD (Dietilamina de Ácido Lisérgico) la sustancia que ocupa el segundo lugar de consumo: mientras un 2,3% de los estudiantes ingieren cocaína, el LSD pasó de ser consumido por el 1 % en 2009 al 3,1% en 2012.
El LSD, conocido en la calle como ácido o papel, es una droga psicodélica semisintética que se obtiene de algunas plantas, hongos, y animales. Es conocida por sus efectos psicológicos, entre los que se incluyen alucinaciones, sinestesia, percepción distorsionada del tiempo y disolución del ego.
Según el médico toxicólogo Jairo Alonso Téllez, especialista en farmacodependencia y director del grupo de sustancias psicoactivas de la Universidad Nacional, los LSD son “sustancias sintéticas que tiene una connotación muy especial y es que son muy destructivos, produce unas alucinaciones muy fuertes. Además producen algo que se llama despersonalización, que quiere decir que le permite al joven salirse de sí mismo y estar observándose. Son unas imágenes terroríficas que pueden llevar incluso al suicidio”.
Aunque el incremento en el consumo del LSD en el país prende las alarmas, según Francisco Cumsille, director del observatorio Interamericano de Drogas de la OEA, y quien lideró la presentación del informe, el problema que merece mayor atención es la ingesta de alcohol al ser el indicador más preocupante.
Un 95,6 % de los estudiantes lo ha probado en algún momento de su vida y un 84,8% declararon haberlo tomado en el último año. Lo que más preocupa es que entre estos últimos, 1 de cada 3 hombres y 1 de cada 4 mujeres registran un uso perjudicial, lo que evidencia serios síntomas de dependencia.
El estudio se realizó entre mayo y diciembre de 2012 a 9.876 estudiantes de 12 universidades colombianas públicas y privadas a través de un cuestionario vía internet.