Sin algún antecedente reciente, constituyentes, asesores y organizaciones sociales que participaron en el diseño y construcción de la Constitución se juntaron para escribirle al presidente Iván Duque y hacerle un llamado a que tome como ejemplo el proceso constituyente de 1991, de un verdadero consenso entre todos los sectores de la sociedad en ese entonces, para sentarse a conversar en el marco del paro nacional.
“Nos permitimos con todo respeto hacerle un llamado para que las conversaciones deriven en un verdadero escenario de participación democrática, que permita rescatar el espíritu de diálogo y logros de consenso que caracterizó dicha Asamblea, pese a las diferencias ideológicas, políticas, de historias de vida, de origen, profesiones y oficios”, se lee en la misiva.
Insistieron, en ese mismo sentido, que se “reivindique el espíritu que reinó en la Asamblea Nacional”, reconociéndolo un espacio democrático, en donde pocos temas lograron las mayorías absolutas, animando a que, pese a las diferencias entre unos y otros, lo importante es llegar a puntos intermedios, eso sí, partiendo “del mandato constitucional del derecho a la paz contenido en el artículo 22, que obliga a gobernantes y a gobernados al trámite de sus diferencias y conflictos de manera pacífica”.
Los y las constituyentes no dejaron de lado la situación de violación a los derechos humanos contenidos en la Carta Política y en tratados y convenciones internacionales suscritas por el Estado colombiano y exigieron la protección del derecho constitucional a la protesta y que el primer mandatario “ejerza con rigor la función de dirección de la Fuerza Pública”.
“Dentro de la filosofía de la democracia participativa que inspira la Constitución, uno de los instrumentos que tiene la ciudadanía para dar a conocer sus reclamos es el derecho de manifestarse pacíficamente, derecho que ha sido vulnerado por actos brutales de algunos agentes de la policía con resultados desastrosos de pérdidas de vidas, personas heridas o desaparecidas y hasta abusos sexuales”, reconocieron, rechazaron y le reiteraron en la necesidad de que como jefe supremo de las Fuerzas Armadas impida la repetición de estos actos.
Manifestaron, así mismo, que la conversación debe instalarse sin condicionamientos de un lado y otro, pero le recalcaron al jefe de Estado la situación social que volcó a la gente a las calles. “Es deseable conseguir de inmediato una pausa, sin desistir de los justos y legítimos reclamos de la protesta por la situación de pobreza acrecentada por la pandemia y la incertidumbre de millones de jóvenes sobre su presente y su futuro”.
Por último, también hicieron un llamado para que se levanten los bloqueos que perjudican a los campesinos y las personas en las ciudades, así como el acceso a productos médicos necesarios para la atención de la pandemia.
Entre los firmantes están Antonio Navarro Wolff, Juan Carlos Esguerra, María Teresa Garcés, Aída Avella, Iván Marulanda, Jaime Fajardo, Álvaro Echeverri Uruburu, Rosemberg Pabón.