En su libro "La batalla por la Paz", el expresidente y Nobel de Paz Juan Manuel Santos comparte y revela varias anécdotas de su trabajo y el de su equipo para lograr el acuerdo firmado en La Habana con la extinta guerrilla de las Farc. Sin embargo, en esa pieza también recopila otros momentos de su vida relacionados, de alguna forma, a la compleja realidad del país durante los más de 50 años de conflicto armado interno.
Entre otras, se lee en las páginas de su libro la descripción de la vez que Alan García, dos veces expresidente del Perú y quien se suicidó el pasado 17 de abril por las investigaciones en su contra por estar vinculado al caso Odebrecht, e Iván Duque Escobar, padre del presidente Iván Duque, lo salvaron de ser víctima de secuestro.
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El exmandatario anota que García estuvo asilado en Colombia entre los años 1992 y 2000, por la persecusión política que el régimen de Alberto Fujimori tuvo en esa época. Durante ese tiempo, García logró varias amistades, entre las cuales figura la que consolidó con Iván Duque Escobar, “un político antioqueño que había sido gobernador de Antioquia, ministro de Minas, buen amigo de mi familia y mío también. ¡Quién se iba a imaginar entonces que su hijo, Iván Duque Márquez, se convertiría en mi sucesor en la Presidencia de la república”, registra Santos en su obra.
“Por diversas circunstancias, Alan García se enteró de que las Farc tenían un plan para secuestrame cerca a Anapoima. La guerrilla me venía haciendo seguimiento y había detectado que yo montaba en bicicleta por un camino rural. En ese entonces, García no era amigo mío pero me mandó razón con Iván Duque Escobar de que dejara de hacer esos paseos solitarios en bicicleta”, escribe el expresidente mientras recuerda, también, que por esa época él se perfilaba como precandidato a la presidencia por el Partido Liberal.
Seguidamente, recuerda que luego de hacerle caso a las razones mandadas por García pudo verificar la importancia del recado. “Tuve la oportunidad de verificar, por información de inteligencia, que su advertencia había sido no solo verídica sino oportuna. De manera que García y Duque me salvaron de vivir la tragedia de un secuestro”, dice en la página 422 de "La batalla por la Paz".
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Alan García vivió en Colombia hasta el 2001, año en el que regresó al Perú para lanzarse nuevamente a la presidencia. Sin embargo su candidatura no tuvo éxito. Volvió a su país luego de que prescribieran los delitos por soborno entre su gobierno y un consorcio italiano para la construcción del Metro de Lima.