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Se cumplieron dos años de la visita que realizó el Papa Francisco a Colombia, cuyo motivo fue respaldar el Acuerdo de Paz con las Farc. En conmemoración a ese hecho y en el Día Nacional de los Derechos Humanos, el movimiento Defendamos la Paz (DLP) le envió este lunes una carta en la que expresamente solicita no solo su bendición al proceso de construcción de paz, sino su seguimiento a lo pactado.
“Creemos necesario, Santo Padre, solicitar sus buenos oficios para velar por el Acuerdo y el proceso de paz, amenazados hoy desde distintos flancos y su observación del cumplimiento o incumplimiento de la implementación de lo pactado”, manifestaron los integrantes de DLP en la epistolar. De igual forma, solicitaron su apoyo a “las labores de protección de las personas que lideran la defensa de la Paz y los derechos humanos en los territorios, así como de quienes dejaron las armas”, se lee en la carta.
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En ese sentido, el movimiento pacífico reiteró el deseo que lo mueve: la continuidad de la paz en los territorios de Colombia y la consolidación del diálogo entre las fuerzas políticas de gobierno y la oposición para lograr dicho propósito. “Deseamos la conformación de espacios entre el Gobierno y las fuerzas populares y organizaciones sociales y étnicas que anhelan acuerdos humanitarios y procesos participativos e incluyentes hacia una paz común”, expresó LDP.
Los más de 530 firmantes de la carta afirmaron que un clima social democrático es el ambiente ideal para garantizar la implementación del Acuerdo Final que, con el respaldo de la comunidad internacional -que incluye a la santidad católica-, encaminará al país a tener “solidez interna”.
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Además, reconocieron como “un primer paso” el Acuerdo de Paz con la extinta guerrilla, firmado hace casi tres años, En esa línea, consideraron que la iglesia católica como institución presente a lo largo de América Latina y el Caribe “tiene la fuerza espiritual de vida victoriosa y reconciliada para jalonar y acompañar procesos, con pasos concretos, hacia la paz común, el bien común y el cuidado de la “casa común””. Sobre todo, en la coyuntura actual de violencia exacerbada que vive el país, con asesinatos sistemáticos y selectivos de líderes, exguerrilleros, soldados y policías, el organismo que él lidera es uno que “facilita el encuentro, el diálogo y los pactos”.
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DLP recordó las palabras del Papa Francisco en Cartagena hace dos años: “Las heridas hondas de la historia precisan necesariamente de instancias donde se haga justicia, se dé posibilidad a las víctimas de conocer la verdad, el daño sea convenientemente reparado y haya acciones claras para evitar que se repitan esos crímenes”.
Mediante ellas, el movimiento aseguró que una paz completa en el país es la que incluya negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) “que sincronice las voluntades y articule los espacios en esas dinámicas territoriales y estatales, sin desconocer, también, el apoyo y acompañamiento permanente de la comunidad internacional, y las relaciones pacíficas con todos los países de la región”.
Esta es la carta completa:
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