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“El Congreso es una alcantarilla”

Los ex columnistas de El Espectador y candidatos al Legislativo controvierten desde sus orillas políticas. Nietos de Laureano Gómez y Alberto Lleras, reconocen la labor de sus abuelos en la historia del país.

Ricardo Gutiérrez Zapata
23 de enero de 2010 - 08:59 p. m.

Política e ideológicamente son como el agua y el aceite, pero se consideran amigos y eso se percibe al escucharlos hablar. El Espectador reunió a Miguel Gómez y Felipe Zuleta para que conversaran de sus aspiraciones políticas, el primero a la Cámara por Bogotá y el segundo al Senado, y en la charla mezclaron otros asuntos, como pensamientos sobres sus abuelos, dos ex presidentes de la República.

El ingreso a la política

Miguel Gómez Martínez: Felipe, pienso que hace tiempo venía evadiendo la responsabilidad de meterme a la política, muchas veces me han dicho “hágale,  métase”, y no lo había hecho, y ahora lo decidí porque el Congreso está en una crisis sin antecedentes y únicamente si llegan personas que tengan carácter e independencia podrá irse enderezando.

Felipe Zuleta Lleras: Lo hago, porque durante los últimos 20 años he venido ejerciendo el periodismo, criticando, criticando, criticando, pero creo que es el momento de meterse en la alcantarilla, que es en lo que se ha convertido el Congreso, y la única forma de limpiarla es desde adentro. ¿Pero por qué  está en la U?

M.G.M.: Porque no pude estar en el Partido Conservador.

F.Z.Ll.: ¿Pero por qué?

M.G.M.: Cuando Álvaro Gómez quiso hacer una propuesta renovadora tuvo que montar el Movimiento de Salvación Nacional, porque en el Partido Conservador no había espacio para esa idea. O sea, a una persona como Álvaro Gómez, hijo de Laureano Gómez, le tocó salirse del partido para hacer política y para hacerla en Bogotá con el conservatismo es prácticamente imposible, por la camarilla que existe.

El uribismo

F.Z.Ll.: Pero claramente el Partido de la U es el partido del gobierno de Uribe, y ¿cómo puede uno identificarse con cosas como los falsos positivos?

M.G.M.: No, yo no me identifico con eso, ¿cómo se la va a ocurrir?

F.Z.Ll.: Pero ese es un tema que el Gobierno no ha explicado, o Agro Ingreso Seguro, o los negocios de los hijos del Presidente o temas de corrupción. Esto se lo digo con afecto y con respeto, yo no vería al doctor Laureano Gómez en el Partido de la U, porque era un adalid contra la corrupción.

M.G.M.: Yo sí, porque nadie está diciendo que el Partido de la U ni que el gobierno del presidente Uribe sean perfectos. Se han cometido errores, algunos son graves, como el de los falsos positivos, pero el hecho de que el Gobierno no haya sido perfecto no quiere decir que no hayamos avanzado muchísimo en los últimos siete años en temas que son fundamentales. No hay libertad sin orden y este país ha recuperado el orden.

F.Z.Ll.:  ¿Pero a usted no lo sorprende que el propio Zar Anticorrupción salga a decir que en los últimos años se han robado $4 billones y no pase nada?

M.G.M.: ¿Y cuántos se robaban antes o es que antes no había corrupción, todo es Uribe? Y le devuelvo la pregunta: ¿Qué hay bueno en Uribe?

F.Z.Ll.: Le reconozco una cosa fundamental y es el tema de la Seguridad Democrática, pero no soy capaz de mencionarle nada nuevo porque el sistema de salud colapsó, la educación pública está como antes, sin recursos.

M.G.M.: Le voy a decir una vaina. Uno de los temas que pasa, cuando uno no ha estado sino en la prensa, es que cree que los problemas no se resuelven porque alguien no quiere.

F.Z.Ll.: Me permito recordarle que tengo más experiencia en el sector público que usted: fui director de Inravisión, consejero presidencial, viceministro de Comunicaciones. Entonces yo tampoco soy novato y no nací para la vida política ayer.

M.G.M.: Cuando uno pasa por el Gobierno se da cuenta de que muchos problemas son estructurales, otros culturales... Lo que quiero decir es que es muy fácil tirar piedras.

F.Z.Ll.: Como me mamé de tirar piedras es que voy para el Congreso.

M.G.M.: Volviendo a Uribe, hay que reconocer que es un fenómeno político que no conoce la historia reciente de Colombia. Es un personaje sin paralelo.

F.Z.Ll.: Pero le jala a una segunda reelección, usted que es un demócrata o que al menos lo era cuando éramos jóvenes y amigos hace 20 años.

M.G.M.: Creo que si Uribe se lanza, él sale. Me llama la atención que un liberal radical como usted no escuche la voz de siete millones y medio de colombianos que quieren a Uribe otra vez.

F.Z.Ll.: Fujimori se cayó con 74% de popularidad y Hitler tenía encuestas de 100%, ese es un argumento joseobduliesco.

M.G.M.: No es joseobduliesco, son votos. Si Uribe se presenta, yo voy con Uribe. Cambian las normas porque la gente quiere que cambien las normas, resulta que las normas no son más importantes que la gente y la gente firmó sin presiones.

F.Z.Ll.: Lo que no sabemos es cuánto pagaron.

M.G.M.: No, Felipe, no diga eso, que no es cierto. Que el contrato de los camiones fue hecho con la firma que no era, es otra cosa.

F.Z.Ll.: ¿Usted hubiera visto a su abuelo o al mío cambiando la Constitución para quedarse en el poder? Yo no los hubiera visto.

M.G.M.: Eran otros tiempos.


F.Z.Ll.: Otros tiempos no, la democracia es la misma desde Montesquieu.

M.G.M.: Olvídese de que era lo mismo, no sea tan retrógrado.

F.Z.Ll.: Claro que sí, balance de los poderes, tres ramas del poder público...

M.G.M.: Hoy en día la democracia es completamente mediatizada, usted parece tener una imagen de la democracia colombiana de los años 30 ó 40 como si fuera perfecta, pero acuérdese de qué era la democracia del bolígrafo.

F.Z.Ll.: ¿Y usted y yo no somos del bolígrafo? Si usted fuera Homero Gachancipá y yo Nelson Urrego no estaríamos en las listas de Senado y Cámara. No señor, lo somos porque usted es nieto de Laureano Gómez y yo de Alberto Lleras.

M.G.M.: Pero somos una minoría. Antes nuestros abuelos decidían las listas en el país.

F.Z.Ll.: Le voy a hacer un pronóstico: Uribe se queda, con o sin referendo; todas la normas que le molestan se las salta. Es más, voy mucho más allá: de aquí a mayo va a haber hecatombe. Ojalá yo esté equivocado.

M.G.M.: Uribe es un misterio, y eso es parte del arte de la política, que consiste en no dejarse leer las cartas, en eso es un mago. Estoy absolutamente seguro de que si la Corte dice que no, Uribe no va a hacer nada, y si pierde el referendo, no va a forzar las cosas.

Consejos mutuos

M.G.M.: Felipe, yo lo veo muy destructivo. Recuerde que el espíritu positivo es el único que es creativo y le noto un ángulo de ataque negativo sobre las cosas. Lo negativo tiene un poder destructor. Lamentablemente uno debe tener en la vida el balance entre creer que hay cosas que se pueden hacer y cosas a las que uno tiene que oponerse. A usted le gusta oponerse a todo, no lo he visto hacer muchas cosas, no lo he visto proponer cosas, lo he visto destruir cosas, la mayoría de las veces con razón, pero no lo he visto positivamente.

F.Z.Ll.: Miguel, mi consejo es que me acompañe en batallas tan importantes como la adopción y el matrimonio entre homosexuales, el aborto, la legalización del aborto, la repartición gratis de la píldora del día después. Pero me parece fundamental, que me acompañe en que no volvamos  delito todo lo que para la Iglesia es pecado.

M.G.M.: No, en esas que mencionó no lo acompaño.

El legado

F.Z.Ll.: Volviendo al tema familiar, definitivamente jugar un partido después de que se acabe es muy fácil. A veces se trata de que yo diga, o Miguel, que el Frente Nacional no sirvió, pero no nos van a poder llevar por ahí porque era lo que había que hacer en ese momento. Las consecuencias después de 40 ó 50 años son las que estamos viendo, eso es otra cosa.

M.G.M.: Creo que los abuelos tuvieron la grandeza de enfrentar ese problema y cuando diseñaron el Frente Nacional no estaban pensando en los defectos que después aparecieron, sino esencialmente en cómo lograr unas reglas para lograr la paz pública. De todos modos, creo que mi abuelo era un hombre dogmático y doctrinario, para el cual la doctrina era su vida. Doctrina y coherencia eran para él una especie como de bloques absolutamente monolíticos.

F.Z.Ll.: ¿Pero por qué se está pegando tantos lapos con los errores de sus antepasados? A mí no me pasa esto.


M.G.M.: Cada cual carga sus pesos, yo cargo los míos y usted los suyos. Yo sí creo que la herencia en general es más bien un problema, porque la gente aspira o espera que uno haga cosas, eso lo condiciona. Esta semana salieron a la luz pública unas declaraciones de Rasguño sobre el crimen contra Álvaro Gómez (tío de Miguel Gómez), lo que yo pienso es que durante 15 años ha habido todo tipo de gestiones encaminadas a desviar la investigación, ha habido toda clase de hipótesis absurdas, ninguna ha podido ser probada judicialmente, no hay personas que estén investigadas y estén presas por ese crimen. Lo que ha habido es un evidente complot por confundir la investigación hacia callejones sin salida. Ahora hay una declaración de Rasguño que es sospechosa. Lamentablemente creo que en cinco años, el Fiscal General de turno va a decir que el crimen de Álvaro Gómez  es un crimen de lesa humanidad para que no venzan los términos como sucedió en el caso de Galán. Es una miseria de justicia la que tenemos aquí. Yo, la verdad, lamento que en el caso que me involucra a mí personalmente, llevemos 15 años persiguiendo fantasmas.

F.Z.Ll.: Le doy una respuesta más corta. Asumir que Samper y Horacio Serpa tuvieron que ver en la muerte del doctor Álvaro Gómez, sería también asumir que el doctor Álvaro Gómez estaba, en su calidad de demócrata, liderando un golpe de estado contra Samper. Tiene lo mismo de absurdo esa teoría como la otra.

M.G.M.: Finalmente, Felipe, ojalá que usted salga elegido.

F.Z.Ll.: Yo le diría lo mismo, porque mire: para sacar el país adelante se necesitan personas como Miguel, y vuelvo y le digo, personas como Rodrigo Lara.

M.G.M.: Sí. Además, hay un sentido de urgencia.

F.Z.Ll.: Y en eso nos vamos a unir, no me cabe la menor duda.

Laurean o Gómez, el dogmático

Laureano Gómez Castro es recordado como uno de los mayores exponentes de la derecha en Colombia. Apegado a las enseñanzas católicas, llegó a la Presidencia de la República en 1950 y, tras retirarse por enfermedad, retornó en 1953 para ser derrocado por Gustavo Rojas Pinilla. Desde el exilio, siguió al mando del Partido Conservador y en calidad de jefe de esa colectividad creó con Alberto Lleras el Frente Nacional.

Murió el 13 de julio de 1965 en Bogotá.

Alberto Lleras, el aperturista

Se convirtió en el presidente más joven de Colombia en 1945, cuando a los 39 asumìó el cargo ante la renuncia de Alfonso López Pumarejo, para retornar 13 años después al ser elegido popularmente en representación del Partido Liberal.

 Fue uno de los creadores de la Organización de Estados Americanos en 1948 y posteriormente su secretario. Como periodista trabajó en El Espectador, ‘El Independiente’, ‘El Tiempo’ y fundó la revista ‘Semana’.

Murió en Bogotá en 1990.

Felipe Zuleta, el provocador

Desde la columna que mantuvo en El Espectador por más de una década, Felipe Zuleta se convirtió en uno de los críticos más ácidos de la actualidad.

Ha buscado defender los derechos de los grupos vulnerables y su más reciente cruzada es a favor de las víctimas de los mal llamados falsos positivos.

Por este caso solicitó a la Fiscalía que investigue a los ex ministros Juan Manuel Santos y Camilo Ospina.

Es candidato al Senado por el liberalismo.

Miguel Gómez, el mesurado

Tras pasar por la Subcontraloría General de la República y la Embajada de Colombia en París, Miguel Gómez decidió presentar su nombre a las urnas.

Ante la renuncia de Luis Carlos Restrepo a la lista a la Cámara del Partido de la U por Bogotá decidió liderarla, lo que lo obligó a renunciar a su columna en El Espectador y a su cargo como presidente de la Cámara Colombo-Americana.

Quienes lo conocen lo califican de mesurado y de tolerante con las ideas ajenas.

Por Ricardo Gutiérrez Zapata

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