“El peor mandado es el que no se hace”: Santos sobre Simón Trinidad

El presidente explica los alcances del desminado acordado con las Farc y de su decisión de suspender los bombardeos, por un mes, contra los campamentos guerrilleros. Niega que haya un disfrazado cese del fuego bilateral, paso del que aún es prematuro hablar.

Camilo Segura Álvarez - Alfredo Molano Jimeno
15 de marzo de 2015 - 01:59 a. m.
“El peor mandado es el que no se hace”: Santos sobre Simón Trinidad

El martes pasado, el presidente Juan Manuel Santos anunció la decisión de suspender los bombardeos contra campamentos de las Farc durante un mes, con el fin de impulsar el desescalamiento del conflicto y como un gesto de reciprocidad ante el cumplimiento por parte de la guerrilla del cese del fuego unilateral e indefinido declarado desde el 18 de diciembre. Una decisión que generó reacciones de todo tipo en el país —a favor y en contra— y que muchos leyeron como el paso previo a la declaratoria de un cese del fuego bilateral.

En entrevista vía correo electrónico con El Espectador, el primer mandatario, sin embargo, aclara que aún falta mucho por acordar en ese aspecto, por ejemplo, como se podría a verificar. Asimismo, defendió el acuerdo de desminado que se alcanzó hace ocho días con las Farc y, ante las críticas, enfatizó que la paz se trata de que la Fuerza Pública coopere con combatientes enemigos. También adelantó que la limpieza de minas antipersonal no se hará en zonas donde opera el Eln. En este sentido, señaló que el Gobierno espera seguir dando pasos para terminar la guerra, es decir, que se vienen nuevas medidas para bajarle intensidad al conflicto.

Para el presidente Santos, a la negociación de La Habana le falta aún lo más difícil y aunque prefiere no ponerle fechas a la firma de un acuerdo, casi que reconoce que lo más probable es que a octubre —cuando se realizan las elecciones de autoridades locales y regionales, que muchos han fijado como el límite, al menos para intentar la refrendación o un apoyo popular al proceso— no se llegará con un documento definitivo. De todas maneras, reconoce que ha faltado hacer buena pedagogía, sobre todo en la medida en que se han logrado avances en las negociaciones.

Las muestras de desescalamiento (los gestos unilaterales de las Farc, el acuerdo del desminado y la suspensión de bombardeos) parecen ser las condiciones para un cese bilateral, ¿qué pasos hacen falta para llegar a ese punto?

Una cosa es el desescalamiento y otra el cese del fuego bilateral y definitivo. Si las cosas funcionan, esperamos poder seguir desescalando y paralelamente avanzando en cómo será el cese del fuego bilateral y definitivo en la subcomisión que acabamos de poner en marcha en La Habana.

¿Qué aportó el encuentro entre oficiales activos y jefes de las Farc a las decisiones sobre desminado y suspensión de bombardeos?

Todas estas decisiones han sido compartidas con los comandantes de las Fuerzas Militares y de la Policía, y el encuentro entre oficiales activos y jefes de las Farc resultó muy positivo, como lo han manifestado las dos partes.

Sectores críticos del proceso han dicho que ya hay un cese bilateral disfrazado y que la suspensión de los bombardeos puede conducir a un fortalecimiento de la guerrilla y a la desmoralización de la tropa. ¿Qué peso les dio a esos argumentos al tomar la decisión que anunció el pasado martes?

No les di ninguno, porque esos argumentos carecen de toda veracidad. Ni hay un cese al fuego disfrazado, ni mucho menos la tropa está desmoralizada. Son cuentos de los enemigos del proceso. Dije con toda claridad: no vamos a ceder un centímetro del territorio nacional. Igualmente, reitero que esta medida será evaluada a los 30 días en función del progreso frente a los gestos de confianza y desescalamiento, incluyendo el cese unilateral de las Farc.

¿Qué fue lo más difícil a la hora de suspender los bombardeos? ¿Por qué tomar esa decisión ahora y por tan solo un mes?

Lo que hay que entender es que si vamos a terminar la guerra, tenemos que ir dando pasos para terminarla. Y después del compromiso de no secuestrar, del cumplimiento del cese del fuego unilateral e indefinido, el no reclutamiento de niños y ahora el compromiso para colaborar en el desminado, consideré que era el momento de hacer un gesto de esta naturaleza. Lo hice por un mes prorrogable, para ver cómo sigue evolucionando el cese del fuego unilateral de las Farc.

En la práctica, el desminado exige un cese de hostilidades en un nivel micro entre el Estado y las Farc. ¿No es un problema para las Fuerzas Armadas cooperar con combatientes del enemigo o tener que suspender el control de área?

No hay ningún problema en que las Fuerzas Armadas cooperen con combatientes del enemigo. De eso se trata la paz. No entiendo por qué suponer que habrá suspensión del control militar de área. No lo habrá en ninguna parte del territorio nacional, como no lo ha habido para sacar a los miembros de la delegación de las Farc a La Habana.

¿Cómo blindar las operaciones de desminado del accionar del Eln o de las bandas criminales, e incluso, cómo brindar seguridad a los civiles que den información sobre minas?

Las acciones contra las bandas criminales y el Eln seguirán con toda la contundencia. Los civiles que quieran dar información sobre minas serán escuchados. Las autoridades continuarán brindándoles toda la seguridad a los ciudadanos. Ahora, lo más probable es que el desminado se lleve a cabo en zonas donde no está el Eln.

El Estado ha suscrito convenios que le prohíben utilizar minas antipersonal y ha erradicado miles, pero durante años las usó. ¿El Estado puede declararse libre de culpa de la siembra de minas durante la guerra?

El Estado colombiano ha cumplido fielmente con la Convención de Ottawa. Busquen en el mundo otro país con un conflicto interno que haya firmado y haya cumplido con la Convención. No lo van a encontrar.

Durante su gira a España, usted planteó que “en su momento” podría interceder ante Estados Unidos para evitar la extradición de combatientes guerrilleros. ¿Estaría dispuesto a pedir la repatriación o la participación de “Simón Trinidad” en la mesa de conversaciones?

El peor mandado es el que no se hace. Pero no lo veo fácil en un futuro próximo.

Sectores ajenos a la Unidad Nacional han dicho que si el Gobierno hubiera dedicado la mitad de los esfuerzos que ha hecho en lo internacional para convencer a los colombianos, el proceso de paz gozaría de mayor aceptación. ¿Está de acuerdo? ¿Qué ha hecho falta para lograr mayor consenso alrededor de la paz?

Reconocemos que ha faltado pedagogía y tenemos que trabajar más en ello, sobre todo en la medida en que vamos logrando avances. Muchos escépticos, cuando conocen la realidad, apoyan el proceso con entusiasmo porque se dan cuenta de que no es cierta la información que han divulgado los que se oponen a lo que estamos haciendo.

¿Por qué considera que el cese bilateral aun es prematuro?

Porque apenas estamos comenzando a negociar los términos de un cese del fuego bilateral definitivo y para que funcione y sea definitivo hay que resolver y acordar muchos puntos, en especial un sistema de verificación serio y creíble para todos, que probablemente será internacional. Cuando terminemos de diseñar el esquema decidiremos en qué momento y cómo se empieza a aplicar.

¿El proceso de paz seguirá vivo si no se firma en octubre?

Queda lo más difícil. Nadie puede cantar victoria sino cuando lleguemos a la meta final. Entre más pronto logremos los acuerdos, más vidas salvaremos y más víctimas, más dolor y más sufrimiento nos vamos a ahorrar, pero no es conveniente poner fechas fatales.

 

Por Camilo Segura Álvarez - Alfredo Molano Jimeno

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