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La paradoja es evidente. Aunque el respaldo del empresariado colombiano al proceso de paz entre Gobierno y Farc en La Habana (Cuba) ha caído en el último año, la mayoría del sector considera que de llegar a un acuerdo final bastaría con confiar en lo acordado entre las partes, sin necesidad de que se dé la refrendación.
Esa es una de las principales conclusiones que arrojó la más reciente encuesta de percepción de seguridad empresarial, realizada por la Cámara de Comercio de Bogotá, que además concluye que el 47% de los empresarios están de acuerdo con las negociaciones, una reducción de ocho puntos porcentuales con respecto a las cifras reveladas en 2014, cuando el 55% de los entrevistados se mostraron a favor de los diálogos.
El bajo apoyo del sector al proceso se deriva de dos situaciones particulares. En primer lugar, la encuesta refleja que en el empresariado existe una gran desconfianza por la falta de conocimiento sobre lo que ha sido pactado en La Habana, e incluso solo el 35% dijo estar al tanto de cuáles eran los acuerdos existentes hasta el momento. El otro aspecto que explica el escaso respaldo, de acuerdo con Mónica de Greiff, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Bogotá, está relacionado con la coyuntura del momento en que se realizó la encuesta, que coincidió con la muerte de los 11 militares durante un ataque guerrillero en el municipio de Buenos Aires, Cauca.
Pero, más allá de las cifras generales, la encuesta deja ver otras particularidades sobre la percepción de los empresarios en temas tan polémicos como la justicia transicional, que tanta polvareda ha levantado en las últimas semanas. Por ejemplo, la gran mayoría de los encuestados (63%) concuerdan con que los miembros del Secretariado de las Farc y los máximos comandantes deben pagar cárcel e incluso se les debe imponer la máxima condena en Colombia. Asimismo, consideran que los mecanismos de justicia transicional que se vayan a implementar de cara a los acuerdos deben convocar a todos los actores del conflicto, incluidos los funcionarios públicos y los empresarios.
Los límites de tiempo también fueron abordados en el sondeo y los resultados son alentadores. Aunque desde muchos sectores se ha hablado de la necesidad y la urgencia de que se dé un acuerdo antes de finalizar el año, para los empresarios el límite de tiempo no debe preocupar. El 65% aseguró que seguirían apoyando el proceso el tiempo que sea necesario para alcanzar la paz, mientras que el 23% se mostró dispuesto a hacerlo hasta 2016.
Lo cierto es que, a pesar de la desconfianza, en el imaginario del sector permanece con fuerza la idea de que el diálogo es la mejor alternativa, sobre todo si se tiene en cuenta que un acuerdo final de paz tendría un impacto potencial en aspectos vitales como la inversión extranjera. A su juicio, los grandes problemas derivados del conflicto armado, como las acciones terroristas y la extorsión, que históricamente han afectado al sector, tendrían una importante reducción que se reflejaría directamente en el crecimiento económico del país.