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Entablar un diálogo directo con las comunidades y ofrecer soluciones de primera mano a problemas que se escapan de los escritorios es una de las finalidades de los talleres Construyendo País, de Iván Duque. La estrategia no es nueva y, de hecho, otrora le sirvió al expresidente Álvaro Uribe para ganarse el apoyo de la gente. Por eso, resulta una paradoja que —según la última encuesta Invamer—, el 70 % desapruebe su gestión y un porcentaje muy similar (67 %) considere que esos talleres contribuyen a solucionar los problemas en las regiones.
Con miras al reinicio de los encuentros el próximo viernes en Apartadó (Antioquia), la cabeza detrás del programa, Karen Abudinen, habló con El Espectador. Si bien la funcionaria es doblemente consejera de Duque, tanto para asuntos políticos como para las regiones, en esta entrevista se abstuvo de hablar sobre el primer frente y solo se centró en lo que concierne a los talleres. Eso sí, no dejó de mencionar que en las “regiones la gente quiere al presidente” y que hay que “valorar lo que está haciendo”.
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El 28 de febrero será el primer taller del año, ¿habrá cambios frente al segundo año de gobierno?
Hemos hecho 42 talleres, en los que suscribimos 1.605 compromisos. De esos, hemos cumplido 1.298. Empezaremos en el Urabá antioqueño, en Apartadó. Allí vamos a tener un diálogo franco, pero lo más importante es que iniciaremos con la entrega de obras y generando acciones.
En Urabá haremos todo lo posible por entregar un colegio y poner la primera piedra de un Centro Sacúdete (para la inclusión social y productiva de jóvenes). Así, mostramos que no solamente hacemos talleres, sino que también trabajamos para entregar obras, generando interacción y conexión entre ciudadanía, gobiernos locales y el Ejecutivo.
¿Cuál es el criterio para elegir los municipios que visitan?
Tratamos siempre de que sean los más pequeños, donde el presidente pueda llegar y llevar oportunidades, pero finalmente es un asunto regional. En este caso es Urabá, pero vamos a hablar de toda Antioquia. Es decir, no se excluye a ninguna población de participar o hacer una solicitud.
¿Qué balance hacen de ese diálogo y de los acuerdos?
Ha sido una experiencia enriquecedora, que también ha permitido tocar los corazones de los colombianos. El balance es positivo y muchos alcaldes y gobernadores han querido trabajar de la mano con el Gobierno para sacar proyectos de gran envergadura. Es decir, esto nos une no solamente con la ciudadanía, sino con los mandatarios. El presidente Iván Duque ha podido hablar con más de 1.100 personas directamente, interactuando también con las autoridades, lo que ayuda a conocer la problemática.
¿Por qué a pesar de ese diálogo directo, de los acuerdos, la imagen del presidente no repunta?
Todo el tiempo gobernamos para las regiones y para la gente, buscando progreso. A pesar de que el presidente tiene muchos retos, se ha avanzado en programas como Generación E (para que 80.000 jóvenes vayan a la universidad gratis); Jóvenes en Acción; la Ley de Punto Final (para sanear financieramente el sistema de salud) o el programa de alimentación escolar, que beneficia a 5,6 millones de niños.
Lo que hacemos todos los días es en función de tocar corazones. Lo que uno tiene que ver cuando está en estos cargos es qué impacto se genera para transformar y construir lo que soñamos y queremos para Colombia.
¿Cómo evitar que estos espacios no sean un comité de aplausos, sino que haya verdadero diálogo?
Es abierto. Aquí cualquiera puede ir. En ningún momento les cerramos las puertas a nadie. Por el contrario, pedimos que nos acompañen y hagan parte de la construcción juntos.
Todos tenemos que sumar para generar transformaciones y lo estamos haciendo. Mire no más el crecimiento económico: ningún país de Latinoamérica crece como Colombia y el presidente es el primero o segundo con mejor imagen en la región. Tenemos que valorar realmente —se lo digo con toda honestidad y cariño— lo que el presidente está haciendo todos los días.
¿Siente que la desaprobación de Duque no pasa de ser un asunto de Bogotá? Es decir, ¿en las regiones es diferente la percepción?
En las regiones la gente quiere al presidente y cree en lo que está haciendo. Como su funcionaria, creo en todo lo que hace todos los días. Es un mandatario que trabaja 24/7, que le pone pasión a lo que hace, que nunca está cansado y, adicionalmente, que le ha dado resultados de ejecución al país. Muestra de ello son las 1.500 obras del año pasado, entre ellas las de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), el metro para Bogotá, el Malecón del Río en Barranquilla o la vía 80 en Medellín. Realmente este gobierno está dedicado a las regiones.
¿Qué zonas planean visitar en 2020?
Tenemos una agenda que se conocerá muy pronto, pero lo importante es que vamos a ir a todas las regiones y después de ir a Apartadó visitaremos La Guajira. Estamos viendo si lo hacemos en Riohacha o en Manaure. Le vamos a mostrar a la región todo lo que hemos venido avanzado en el tema de agua, como que duplicamos el cubrimiento en los lugares más apartados.