Ernesto Samper habla de su retiro de la política

El expresidente de la República revela, en diálogo con El Espectador, que se arrepiente de no haber expulsado al exembajador de Estados Unidos en Colombia, Myles Frechette, en la época del proceso 8000.

Joseph Casañas. Twitter: @Jcmentefacto
01 de agosto de 2017 - 10:05 p. m.
Foto: Gustavo Torrijos - El Espectador
Foto: Gustavo Torrijos - El Espectador

En su primer día como expresidente de Colombia, Ernesto Samper se fumó un habano que Fidel Castro le había regalado. Se lo fumó despacio. Con tiempo. Con ganas. “Es el tabaco que más he disfrutado en mi vida”.

Desde el centro de Bogotá, donde tiene la oficina a la que llegó después de su paso por la Unasur, Samper recuerda que con cada bocanada de humo se quitó un peso de encima. No fue una presidencia fácil.

La historia lo recordará como el presidente del proceso 8000, el proceso que le anunció al país que el poder del narcotráfico no tenía límites. Dineros del Cartel de Cali - 10 millones de dólares según William Rodríguez, hijo del capo Miguel Rodríguez - entraron a su campaña.  “Si entró dinero del narcotráfico a mi campaña presidencial, en todo caso fue a mis espaldas”, dijo en su momento. La frase quedó para la historia. La Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes lo absolvió y la fiscalía archivó el caso.

Ese hecho hizo que su mandato navegara en el mar de la incertidumbre y la polémica. Las capturas de Santiago Medina (tesorero de la campaña) y Fernando Botero Zea (ministro de Defensa y quien ofició como director de la campaña presidencial de Samper) sumieron al país en un estado de crispación constante. Estados Unidos no perdió detalle de lo sucedido; en un hecho sin precedentes le canceló al presidente de la República la visa americana y dejó en el cargo de embajador en Colombia a Myles Frechette, un hombre polémico de quien se decía, aceptó escuchar a algunos sectores políticos que buscaban darle un golpe de Estado a Samper. El diplomático siempre negó ese escenario.

Diecisiete años después, Ernesto Samper dice que se arrepiente de no haber expulsado de territorio colombiano al controvertido diplomático gringo.

"Me arrepiento de no haber sacado al embajador de Estados Unidos cuando fue claro que él estaba conspirando contra el gobierno. Frechette no se merecía ser representante de un gobierno que decía ser amigo de Colombia; lo he debido sacar cuando nos enteramos que estaba escuchando a la gente de la conspiración y que estaba tratando de desestabilizar al gobierno".

Como si aún se estuviera fumando aquel habano cubano, Samper suelta una bocanada de aire antes de decir la razón por la que no expulsó a Frechette.

"Porque en ese momento el país estaba muy dividido y polarizado. Pensé que cualquier decisión en ese sentido hubiera acabado de profundizar las grietas y no hubiera contribuido a solucionar nada".

Fugazmente recuerda la tarde del tres de marzo de 1989, la tarde que miró de frente a la muerte. Ese día, en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, hacia las tres de la tarde, esperaba, junto a José Antequera, el momento de abordar el vuelo que lo llevaría a Cúcuta. De repente sicarios abrieron fuego contra el integrante de la Coordinadora Nacional de la Unión Patriótica. Antequera recibió 13 disparos. Samper cinco. 

Haberse escapado de las garras de la muerte, dice, le fortaleció el espíritu. Le permitió resistir la tormenta política que le cayó encima después de la publicación de los 'narcocasetes' que reveló su contrincante político, Andrés Pastrana. 

"Cuando uno ha vivido una situación terminal como esa, la maquinita de valorar las situaciones cambia totalmente. Me ponía a pensar si eso que estaba pasando (el proceso 8000) era superior a lo que había tenido que afrontar. Llegué a la conclusión de que eso era algo que se podía manejar, soy una persona tranquila, no me dejo exasperar, y eso me ayudó a controlar la situación".

Entender si logró o no controlar la situación es relativo. Sin embargo, advierte: "Yo hubiera podido polarizar el país alrededor del tema del narcotráfico y meter a una cantidad de personas que a diferencia mía, sí tenían una relación directa con el narcotráfico, pero eso hubiera sido ensuciar la imagen del país en el exterior".

¿Samper tuvo una posición tibia con Venezuela?

En las últimas horas, y luego de que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro lograra sacar adelante el proyecto de la Asamblea Nacional Constituyente, el expresidente se ha mostrado crítico con el gobierno chavista. "La Constituyente es un peligroso salto al vacío que profundiza la polarización del país sin resolver los graves problemas sociales que lo afectan", dice. 

Algunos consideran que las críticas de Samper son tardías. Sectores políticos opinan que como Secreatario General de la Unasur, cargo que desempeñó hasta febrero de este año, pudo haber hecho algo más para impedir que Maduro siguiera aumentando su poder. 

"Los que dicen eso no entienden cómo funciona la dinámica en la Unasur. Funciona por consensos. Cualquier cosa que uno diga o haga, tiene que tener el consenso de 12 países. Cuando yo vi que era imposible conseguir el consenso de la región en torno al tema de Venezuela pensé que debía retirarme".

Según dice, para entender lo que pasa en Venezuela "hay que tener un conocimiento caribe para saber como se negocia en ese país. No hay que tomar en el sentido literal todo lo que se dice. Lo único cierto en Venezuela es lo que ya pasó".

Reacción tardía o no, lo cierto es que ahora el expresidente Samper considera que "la respuesta a la Constituyente no puede ser la imposición de sanciones que sufrirían millones de venezolanos afectados ya por la crisis social. El gobierno de Maduro aún tiene la posibilidad de utilizar el nuevo escenario de la asamblea constituyenye para tramitar un gran acuerdo nacional con la oposición".

Explica que en ese acuerdo nacional, Manduro debe "establecer un calendario electoral para las todas elecciones previstas para los próximos años, acordar una amnistía general para detenidos judiciales por razones políticas de tal manera que puedan ser protagonistas en los procesos electorales y devolver todos los poderes constitucionales a la Asamblea Nacional".

Samper habla de su retiro

Son dos libros los que por estos días lee Ernesto Samper.  'El viaje a la semilla', en el que Dasso Saldívar hace una impecable biografía de Gabriel García Márquez y otro que habla del viaje por América Latina de Alexander von Humboldt. También juega tenis, camina y cuida de sus nietos. 

"Ser abuelo es como ser miembro de la junta directiva del Banco de la República. Tengo todos los privilegios y ninguna responsabilidad. Al diccionario de la Real Academia Española le falta el verbo abueliar. Me la paso abueliando cuando puedo, pero quisiera abueliar más". Para hacerlo, Ernesto Samper piensa en el retiro. 

"Nadie le cree a un expresidente que se va a retirar. En mi caso no es un retiro de carácter laboral sino simpelemte lo haría para diversificar mis actividades; para pasar más tiempo leyendo con los nietos y tal vez atender una agenda internacional".

Ese escenario puede o no estar lejos. "Cuando pase este proceso electoral y cuando quede estabilizado el proceso de paz de Quito, y el proceso de paz con las Farc llegue a un punto de no reveresa, en ese momento pienso seriamente en mi retiro. Para retirarse se necesita ser valiente. En eso tengo un modelo que es mi hermano Daniel, él dijo que cuando cumpliera 50 años en El Tiempo, se iba a retirar y así lo hizo":

Samper: ¿Candidato presidencial?

En esa misma oficina, en la que tiene fotos con casi todos los presidentes y expresidentes de América Latina - menos con Andres Pastrana "porque es una egoteca decente" - un grupo de liberales disidentes que hacen parte del Movimiento de Recuperación Liberal, le pide a Ernesto Samper que sea candidato a la Presidencia. 

Samper los escucha. Juan Manuel López Caballero, vocero de los disidentes liberales, le explica al expresidente que el próximo congreso del Partido Liberal carece de legitimidad y legalidad porque "una sentencia del Consejo de Estado determinó que la dirección liberal es deshonesta y violó la moralidad administrativa. El presidente era Rafael Pardo y no ha cumplido la sentencia, eso es desmoralizante y muy grave. Usted debe ser nuestro candidato a la presidencia". 

La reunión deja ver que en el partido rojo hay división. "El presidente Samper tiene liderazgo en un sector progresista, en contraste con el sector neoliberal de Gaviria. Como la situación que estamos viviendo es que el Partido Liberal está atropellado por ese neoliberalismo, consideramos que la persona que puede ser candidato es el doctor Samper. Es para significar que es una división de fondo. De extrema derecha contra los sectores sociales", agrega López Caballero. 

Samper interrumpe y declina esa posibilidad. "Si alguna persona ha estado permanentemente opuesta a la reelección, aún cuando estaba permitida, fui yo, no creo que sea una buena idea porque de alguna manera establece una sombra sobre las posibilidades para que se renueve la política".

Por Joseph Casañas. Twitter: @Jcmentefacto

 

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