Gobernación de Antioquia, un panorama casi despejado

Aunque no hay encuestas patrocinadas por medios de comunicación, Aníbal Gaviria se va perfilando como la opción más viable para reemplazar a Luis Pérez Gutiérrez. La puerta sigue abierta para las alianzas.

Natalia Tamayo Gaviria - @nataliatg13
01 de octubre de 2019 - 11:00 a. m.
Aníbal Gaviria es el candidato favorito en las encuestas para ser el próximo gobernador de Antioquia.  / Cortesía
Aníbal Gaviria es el candidato favorito en las encuestas para ser el próximo gobernador de Antioquia. / Cortesía

Al finalizar mayo, cuando quedaban dos meses para que los candidatos se inscribieran ante la Registraduría para las elecciones del 27 de octubre, el nombre de Aníbal Gaviria como aspirante a la Gobernación de Antioquia le dio un vuelco al sonajero de personajes que quieren reemplazar a Luis Pérez en La Alpujarra. Las encuestas que para ese entonces valoraban la prematura intención de voto en el departamento, lideradas por Andrés Guerra, del Centro Democrático, revelaron un nuevo panorama político en la lucha por el poder regional. Y no en vano, Gaviria es el único de los ocho candidatos que tiene experiencia en la administración pública como alcalde de Medellín 2012-2015 y gobernador 2004-2007, un punto a su favor en el imaginario colectivo de la gente.  

Esa situación se ve reflejada en la última encuesta de Invamer, aun cuando ésta fue financiada por la campaña de Guerra y aplicada en 16 de 125 municipios que, según medios locales, son mayoritariamente uribistas. Gaviria, quien se lanzó por firmas por el movimiento “Es el momento de Antioquia” y que cuenta con el apoyo de los partidos Liberal, de la U, Alianza Verde, Cambio Radical y, por debajo, la bancada conservadora, repunta con un 39.6 % de intención de voto, mientras que el candidato del Centro Democrático tiene 30.1 %, y los demás aspirantes en la baraja no logran ascender al segundo dígito; entre ellos, Iván Mauricio Pérez, de Compromiso Ciudadano, ficha de Sergio Fajardo. 

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La situación del fajardismo se ve reflejada igualmente con su candidata a la Alcaldía de Medellín, Beatriz Rave. Ni ella ni Pérez han logrado endosar los votos de Fajardo debido a las divisiones al interior de la Alianza Verde, y también porque la figura del excandidato presidencial es personalista. El representante a la Cámara León Freddy Muñoz confirmó, antes del cierre de inscripciones, que los verdes respaldarían la aspiración de Gaviria, por encima de Juan Felipe Palau, quien pidió el aval y que por dicha inclinación recibió la credencial del Polo y la Unión Patriótica. La decisión con respecto a Gaviria, liderada por Muñoz, la disintió el senador Iván Marulanda, con el argumento de que no era coherente apoyar como movimiento de oposición a un aspirante que le dio su respaldo al presidente Duque. 

A luz de la encuesta y de la realidad política del momento, Pedro Piedrahita, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Medellín, señala a Gaviria y Guerra como las únicas fichas viables para la Gobernación. “Para estas elecciones, no solo en Antioquia sino en todo el país, lo que va a haber es un enfrentamiento en contra del uribismo. Por eso los partidos están coavalando directa e indirectamente al exgobernador, por lo que el aspirante del Centro Democrático va quedando como algo inviable”, dijo el académico. 

Su lectura de la contienda coincide con la del representante uribista César Eugenio Martínez, quien sostiene que “Antioquia ya tiene la foto de la final electoral que es entre Aníbal y Andrés”. En este sentido, afirma que al interior del partido no se habla de un apoyo colateral a Gaviria, pese a que fuentes en el departamento hablan de “aspirantes del Centro Democrático en los municipios que respaldan sin asco al exgobernador”. Eso sí, el parlamentario señaló que Gaviria tiene reconocimiento “para bien y para mal”. “Guerra tiene más cercanía con la gente, es un político que entra a hacer renovación, en cambio, Aníbal tiene desgaste por su misma condición de dirigente con temas como Hidroituango y Parques del Río, que lleva convulsionando  la movilidad en Medellín desde hace cuatro años”, esbozó el congresista.

Para Piedrahita, la aspiración de Guerra tiene un problema adicional con respecto al auge de los movimientos antiuribistas y es su continuación en campaña luego de perder contra Luis Pérez en 2015. “Su permanencia ha generado lo contrario. Lleva muchos años y todavía el mensaje que transmite no es de una persona para gobernar el departamento, no se le nota la misma contundencia política que ha tenido su familia”, dijo sobre la casa Guerra Serna.

¿Y las alianzas?

Expertos en temas electorales creen que renunciar ahora a las candidaturas no es viable, en cuanto a que ya no hay chance para salir del tarjetón del próximo 27 de octubre. Por esa razón, Piedrahita cree que no serán significativas las alianzas que surjan en este último mes. “El resto de los aspirantes marcan menos del 5 % en las encuestas; por eso, en cuanto a lo financiero, es muy probable que busquen unirse a Gaviria o Guerra. De acuerdo con los discursos, ubicaría a Mauricio Tobón (del movimiento “Tú puedes”) con el exgobernador, y a Rodolfo Correa (ASI) con el uribismo. La pregunta es qué aportarían”, explicó. 

El uribismo ve en Juan Camilo Restrepo, del Partido Conservador, un mejor aliado “por una vieja guardia conservadora”, no obstante, su aspiración se ha convertido más en una puja de honor dentro de la colectividad por el inconformismo de la bancada con su postulación. Es más, los parlamentarios azules hicieron la solicitud de revocatoria de su aspiración ante el Consejo Nacional Electoral al considerar que su nombramiento no cumplió con los estatutos del partido. Esa demanda no cuajó y Restrepo continúa con su campaña. “No estoy dispuesto a aliarme con ningún candidato. Seré el próximo gobernador de Antioquia, vamos a derrotar a quienes ya tuvieron la oportunidad de gobernar. Ni Gaviria ni Guerra han ganado”, dijo el expresidente de la Asociación de Bananeros. 

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Los demás candidatos continúan con su aspiración, pero desde ya hay conversaciones por debajo de la mesa para unir fuerzas. Rodolfo Correa, Mauricio Tobón y Juan Esteban Mejía (Colombia Justa-Libres) están explorando quién de ellos podría representarlos ante una eventual unión de campañas. “No vemos posibilidad de incorporarnos a Gaviria o Guerra. Todavía no hay elementos de fuerza en las mediciones de intención de votos. Una encuesta la pagó una minera con solo 400 muestras y la otra la hizo la campaña del Centro Democrático. Estamos a ciegas todos”, aseguró Correa. 

Desde la oposición, Juan Felipe Palau confirmó que en conversación con Iván Mauricio Pérez se descartó en definitiva una alianza. “Insistiré en que soy la única candidatura de oposición y que no podemos seguir a los mismos”, manifestó la ficha del Polo y la UP. Solo hasta el próximo 27 de octubre habrá una respuesta a esa premisa adoptada en los discursos de los siete aspirantes que le quieren hacer contrapeso a Aníbal Gaviria. 

Las dinámicas de la violencia en Antioquia

Antioquia tendrá elecciones regionales en medio de diferentes dinámicas, en las que se conjugan los negocios ilegales y la disputa de territorios por parte de grupos armados al margen de la ley, que podrían tener algún tipo de incidencia en los comicios. Las estructuras predominantes son las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocidas como Clan del Golfo, y Los  Caparrapos.

De acuerdo con Fernando Quijano, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades), los primeros podrían estar debilitados por fricciones internas, pero los segundos han mostrado fortalecimiento y se han sentido en el occidente antioqueño y el Bajo Atrato. Incluso, en esas dos estructuras armadas, dice, podría haber colaboración de miembros de carteles mexicanos del narcotráfico.

Verónica Tabares, coordinadora de la Misión de Observación Electoral (MOE) en Antioquia, alerta por el nivel de estigmatización, en donde a los candidatos se les acusa de pertenecer a bandos criminales, o paramilitares o guerrilleros, y hay candidatos que, si bien no están amenazados, no hacen campaña por miedo. De igual forma, cuanto más pequeño es el municipio, mayor es la desconfianza en la institucionalidad y la ciudadanía no percibe garantías para denunciar.

Por Natalia Tamayo Gaviria - @nataliatg13

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