Hacia una seguridad farmacéutica en Colombia

Columnista invitado
06 de mayo de 2020 - 11:37 a. m.

Por: Iván Darío Agudelo*

El 2020 será recordado como el año en el que los seres humanos comprendimos la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación para la protección de nuestra salud y vida. La pandemia vino a demostrarnos la fragilidad de lo que somos y lo lejos que estamos de poder garantizar condiciones de vida para todas las personas.

Debemos asumir nuestra responsabilidad histórica por el olvido que hemos tenido sobre la ciencia, con infraestructura precaria y limitación de recursos muy lejos de alcanzar el 1% del PIB, lo que condujo a la consecuente limitación para producir lo mínimo necesario para atender a nuestra sociedad.

Ahora debemos plantearnos un cambio drástico. Siguiendo la historia, las abreviaturas A.C. (antes de Cristo) y D.C. (después de Cristo) se han empleado para expresar una importante división en la historia de la humanidad. Hoy, vemos nuestra vida partirse de nuevo en A.C., antes del coronavirus, y D.C., después del coronavirus. Es en consecuencia, el momento de enfrentar nuestros  problemas y transformar el país y de salir mejor preparados de esta experiencia, para que llegado el momento podamos plantearnos un nuevo D.C.: después de que Colombia crea en la ciencia, para que a partir de esta estemos fortalecidos, con una suficiencia farmacéutica, energética y alimentaria.

¿Y cómo hacerlo? No tenemos una respuesta definitiva, pero sí es seguro que el camino pasa por reivindicar el papel de la ciencia en la sociedad, estableciendo una infraestructura nacional para la producción de bienes públicos esenciales, que ante la nueva realidad y el riesgo siempre presente de nuevas emergencias, nos deje mejor preparados para proteger nuestra frágil existencia.

Por eso, desde el Senado de la República venimos promoviendo que se diseñe e implemente una verdadera política de ciencia, tecnología e innovación, no solo para hacer frente a la situación actual, sino para garantizar una seguridad farmacéutica que dé respuesta a las necesidades del país en el campo de la salud.

Este 8 de mayo vamos a emprender de forma decidida este camino, sumando esfuerzos con el Gobierno Nacional y de la mano de más de 50 científicos y expertos provenientes de una decena de países, incluyendo Colombia. Buscaremos construir un documento que sirva de punto de partida para avanzar hacia una seguridad farmacéutica como parte de una política pública de ciencia, tecnología e innovación orientada a producir bienes públicos esenciales.

La organización de este primer ejercicio ha estado lleno de bellas sorpresas. Hemos encontrado una comunidad científica receptiva y con claras expectativas de que se generaran estos espacios; una respuesta masiva de apoyo a la iniciativa, tanto de nuestros científicos en las diferentes regiones, como de las mentes fugadas (“la calle del frente”) que, por falta de un ecosistema científico en el país, han emigrado en busca de mejores y mayores oportunidades. Hoy junto con ellos, vamos a promover un camino distinto para las futuras generaciones que se interesan por la Ciencia.

Nuestro papel no puede ser de lamentos. Debe ser de acciones. De emprender el camino para contar con grandes institutos de producción de ciencia, con universidades fortalecidas para que puedan liderar procesos de investigación con la mejor tecnología, y con suficiencia de recursos económicos para obtener resultados perdurables en el tiempo.

Somos conscientes de que contar con nuestros propios medios de producción de medicamentos. Es un camino muy largo, que en todo caso debemos comenzar a recorrer a la mayor brevedad. Esta ruta trae consigo generación de empleo, dinamización de la economía y fortalecimiento de nuestras capacidades científicas. Pero sobre todo, trae la seguridad farmacéutica para que dejemos de depender, así sea parcialmente, de terceros países a la hora de atender una necesidad tan básica como es el acceso oportuno a los medicamentos. Sin ellos, la salud y la vida de nuestra población se pone en permanente riesgo.

¡Este es el camino! 

*Senador por el Partido Liberal. 

 

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