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“Visión de la economía circular y la innovación en América Latina”. Fue el título de la conferencia que dio el presidente electo, Iván Duque, en su participación este sábado en la Primera Cumbre de Innovación Tecnológica y Economía Circular, realizada en Madrid, España. Y en su exposición, el futuro mandatario de los colombianos deja entrever la que será su línea de acción frente a los retos sociales, económicos y ambientales actuales del país.
De hecho, Duque reafirmó una de las tesis que esgrimió durante la campaña electoral que lo llevó al poder: que la llamada “Economía Naranja”, aquella que integra los sectores del entretenimiento, la tecnología, la cultura, las artes, la alimentación, entre otros, tiene un inmenso potencial y produce más empleo que cualquier otro renglón tradicional.
“Esos grandes sectores, en un país como Colombia, son más grandes que el aporte del café a la economía, y más grandes que el aporte del sector minero. Representan en nuestro país el 3,4% del Producto Interno Bruto (PIB) y generan más de un millón de empleos”, dijo. Además de ser industrias limpias, agregó, estas serán “las grandes fuerzas económicas de nuestro país para los años que vienen”.
El presidente electo recalcó igualmente que su apuesta para Colombia tiene que ver con la cultura, vinculada a la propiedad intelectual, a la tecnología, a la capacidad de transmitir conocimientos rápidos: “Para mí, tiene que ser uno de los nuevos fundamentos de la construcción de la paz”, precisó.
Y es que, en su concepto, la reducción de la violencia es otro de los beneficios que trae el modelo propuesto, en el entendido de que una sociedad en la que los niños crecen con amor por la cultura, por la música o por la danza, es una sociedad que tiene edificado un mayor antídoto contra cualquier forma de violencia. Y a partir de ahí, son siete las ideas a desarrollar: información, instituciones, infraestructura, industria, integración, inclusión e inspiración.
“Tenemos un país con reservas limitadas de petróleo, pero con reservas ilimitadas de talento. Quiero ser el presidente de Colombia que le dé a la cultura el papel que nunca ha tenido en la agenda de desarrollo, porque es con cultura como generamos ese nuevo ciudadano del siglo XXI”, enfatizó.
En otro aparte de su exposición, escuchada por cerca de 300 líderes del mundo, el mandatario electo describió la inmensidad del territorio colombiano, el segundo país con mayor biodiversidad del mundo, advirtiendo que el medio ambiente “no puede seguir siendo visto como muchos lo pensaban, como un costo o como un pasivo. Es un activo”.
Por eso, reiteró, como lo hizo muchas veces en campaña, que la protección de los ecosistemas será una de sus principales políticas y tendrá la prioridad en su agenda de gobierno. “Lo ambiental lo tenemos que incorporar a nuestra agenda de desarrollo, porque cualquier desarrollo a costa de la destrucción del ecosistema y del medio ambiente no es desarrollo”, anotó.
Y en esa concepción de “crecimiento verde” que quiere promover, se trazó un objetivo bastante ambicioso frente a la reducción de los gases contaminantes: “Quiero fijar esa agenda de futuro en Colombia donde sea el presidente que a partir del 7 de agosto le plantee a los colombianos que para el año 2030, el parque automotor particular esté dominado por vehículos eléctricos”.
Duque habló también de la generación de energías limpias, de la transformación de los botaderos de basura como generadores de energía para las ciudades y de la necesidad de crear una nueva conciencia ambiental ciudadana para disminuir los niveles de contaminación.
“Quiero promover esa cívica, esa urbanidad del siglo XXI, que también empieza por reducir sustancialmente la ‘huella’ individual de carbono, saber reciclar, reducir, reutilizar y que los hogares colombianos crezcan con esa nueva responsabilidad”, añadió.
Finalmente, concluyó su conferencia diciendo que en los próximos cuatro años trabajará por un país “donde la ética por lo ambiental y el valor por lo cultural, nos permita ser una sociedad donde palabras como el hampón, el cabecilla, el terrorista, el comandante de frente, cambien y nos lleven a ser el país de los pintores, los escultores, los ingenieros ambientales, los diseñadores, los poetas. “Ese país es posible y ese es el país por el que voy a trabajar todos los días de mi vida”, concluyó.