La U, dividida en torno al presidente Santos

Hace un par de semanas, el jefe de Estado convocó a su bancada a una reunión en la Casa de Nariño. Algunos legisladores rechazaron la invitación para evitar rumores sobre supuestos apetitos burocráticos.

-Redacción Política
13 de noviembre de 2017 - 04:31 p. m.
El 20 de octubre se desarrolló la Asamblea de la U, con la presencia del presidente Juan Manuel Santos.  / SIG
El 20 de octubre se desarrolló la Asamblea de la U, con la presencia del presidente Juan Manuel Santos. / SIG

Desde que la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz comenzó a dar gritos de agonía en el Congreso, el Gobierno comenzó a mover cielo y tierra para evitar que, la que ha sido la columna vertebral de los acuerdos de La Habana, siguiera caminando rumbo al abismo. A partir de entonces, el presidente Juan Manuel Santos intentó reunirse con las distintas bancadas que, sorpresivamente, se mostraron preocupadas por varios aspectos que ellas mismas habían aprobado durante el Acto Legislativo de la JEP.

Fue el caso del Partido Conservador, por ejemplo, que anunció que se retiraría del debate si no se incluían asuntos puntuales sobre la participación en política de la hoy desarmada guerrilla de las Farc. Al final, sus preocupaciones -según dijeron los propios senadores de esa colectividad a este diario- tenían que ver con el apetito burocrático de los del trapo azul. Aparentemente, su intención era la de presionar al Ejecutivo para que les dieran los cargos que iba dejando Cambio Radical, a cambio de sus votos a favor del corazón del Acuerdo de Paz.

Un hecho que, para los congresistas de la bancada de la hoy resquebrajada Unidad Nacional -y sin el partido del exvicepresidente Germán Vargas Lleras- es bastante lamentable. Sin embargo, tanto la U, el partido del presidente Santos, como el liberalismo, también han sido convocados desde la Casa de Nariño con el objetivo de conversar sobre los principales aspectos de la ley estatutaria de la JEP, cuyo debate se retomará esta semana, en la plenaria del Senado. Y es allí donde también han surgido todo tipo de desacuerdos.

Hace dos semanas, la bancada de la U recibió una llamada desde la residencia presidencial. La invitación era para que los senadores fueran, al medio día, a dialogar con el jefe de Estado. Y no fueron pocos los que se rehusaron a asistir. En diálogo con este diario, un grupo conformado por quienes pretenden apoyar el transfuguismo en la discusión de la reforma política, comentaron que la convocatoria había sido para una cena, pero que no querían asistir para evitar rumores en torno a que la U también estaba pidiendo cuotas burocráticas.

En realidad, se trataba de una reunión usual entre el jefe de Estado y su bancada a la que otros, por el contrario, sí pensaban asistir, como los senadores Roosvelt Rodríguez, Mauricio Lizcano y Roy Barreras. Desde su perspectiva, era una “descortesía” rechazar una invitación proveniente del propio presidente Santos. Sorprendentemente, al final, todos los miembros de la bancada recibieron una llamada por parte de la Secretaría General de Presidencia, a cargo de Alfonso Prada, para cancelarles la invitación.

¿La razón? Según la explicación que dieron algunos congresistas a este diario, el motivo de dicha cancelación tuvo que ver con la negativa de varios senadores de asistir a la reunión, “para evitar el desaire al presidente”. Incluso, la molestia de quienes sí quería reunirse con el presidente Santos llegó al punto de cuestionar la “incoherencia” de quienes se rehusaron a asistir al encuentro en la Casa de Nariño, pues habrían sido ellos mismos los que solicitaron la reunión de bancada con el jefe de Estado.

Al final, tal y como lo sugirieron varios congresistas durante un diálogo informal con los senadores de la U, terminó yendo al encuentro el director único de la colectividad, el exministro Aurelio Iragorri.

Lo cierto es que este rifirrafe entre los integrantes del partido del presidente Santos demuestra que la U ya dejó de cerrar filas en torno a su jefe natural y cada quien está mirando hacia qué lado coge para garantizarse, de nuevo, un cupo en el Congreso. Especialmente, porque al primer mandatario le queda menos de un año de Gobierno y lo que podía hacer por sus legisladores, ya lo hizo.

Por -Redacción Política

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