Las dos posesiones del uribismo

Iván Duque asumió la Presidencia el martes pasado en tono conciliador, pero el Centro Democrático dejó clara la notificación a sus opositores: que está de regreso en el poder y piensa usarlo. 

-Hugo García Segura / @hgarciasegura
09 de agosto de 2018 - 12:40 p. m.
Ernesto Macías, presidente del Senado, e Iván Duque Márquez, presidente de Colombia.  / AFP y Archivo
Ernesto Macías, presidente del Senado, e Iván Duque Márquez, presidente de Colombia. / AFP y Archivo

“Una cosa es el Centro Democrático y otra, el Gobierno”. Fue lo que dijo la vicepresidente Marta Lucía Ramírez el domingo pasado en El Espectador y que quedó remarcado el martes pasado en los discursos pronunciados por el presidente de la República, Iván Duque y el presidente del Congreso, senador Ernesto Macías, los dos del mismo partido: el Centro Democrático.

Una frase que, por lo visto, caló en lo más hondo del uribismo ‘purasangre’, de acuerdo con el video divulgado por Noticias Uno, tras el acto de posesión del nuevo mandatario, en el que se ve a la senadora Paloma Valencia recordando entre risas las palabras de Ramírez, a su copartidaria María del Rosario Guerra diciendo que “Ernesto se merece un aplauso” y al expresidente Álvaro Uribe señalando: “El discurso de Ernesto, yo le digo, fríamente, sin emociones, es absolutamente necesario. Era necesario”.

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Son varias las interpretaciones que se han hecho de lo sucedido. Más allá de las posiciones en las redes sociales, siempre dominadas por la emoción y de acuerdo con la orilla desde donde se plantean, lo cierto es que el saliente gobierno de Juan Manuel Santos quedó notificado de que así Duque haya hecho un llamado a la unidad y a mirar hacia el futuro, la bancada uribista no está dispuesta a olvidar y buscará la manera de enjuiciarlo políticamente y, si puede, judicialmente. Hay que decir, eso sí, que en el detector de datos que le hizo el portal La Silla Vacía al discurso de Macías, de 42 afirmaciones verificables, encontró que 16 son ciertas (incluyendo nueve con salvedades significativas), tres debatibles, ocho exageradas, dos apresuradas, cuatro inchequeables (es decir que no hay datos para decir si son ciertas o no), seis engañosas y tres falsas.

“Queda la impresión que el 7 de agosto hubo dos posesiones: la de Duque como presidente de la República y la del uribismo de nuevo en el poder. Pero además de eso, aparentemente habría dos agendas: la del nuevo mandatario, que parece modernizante, de construir sobre lo construido, de consensos, de hacer algunos ajustes, siempre mirando hacia adelante, y otra, que sería la de la bancada del Centro Democrático, la regresiva, revanchista, con retrovisor y buscando responsabilidades políticas. Entiendo que en estos días radicaron una solicitud en el Senado para que Santos no pudiera salir del país. Mejor dicho, lo que quieren hacer es un corte de cuentas al saliente gobierno”, expresa Jorge Iván Cuervo, docente e investigador del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales CIPE, de la Universidad Externado.

La pregunta que muchos se hacen es si el presidente Iván Duque conocía previamente la línea en que iría el discurso de Macías. “No se sabe, pero parece que la vicepresidente Marta Lucía Ramírez no lo sabía, pues por ahí han divulgado un video en el que habla con el presidente del Congreso en tono de reclamo, donde parece que le expresa su inconformidad y se nota que está muy incómoda con él”, agrega Cuervo.

Lo claro es que el mandato de Iván Duque arranca con dos desafíos: el primero, sacar adelante su programa de gobierno y el segundo, alinear a la bancada del Centro Democrático que, como se sabe, sigue férreamente la voz de su máximo líder, Uribe. “El riesgo es que en el corto o mediano plazo haya un rompimiento, lo cual implicaría un nuevo escenario político. Hay que dejar pasar el tiempo y ver cómo se van desarrollando los discursos”, concluye el analista del Externado.

Otra lectura hacen en la oposición de la izquierda, donde creen que todo lo sucedido es una estrategia del uribismo para distraer al país de otros asuntos, sin que el presidente Duque haya planteado en realidad soluciones de fondo a los problemas sociales de la gente en educación, salud, empleo estable y seguridad ciudadana. “Macías hace un discurso fuerte, todo dedicado a Santos y a idolatrar a su jefe, Uribe, hablando como vocero de su bancada y no como presidente de un Congreso, demostrando que el objetivo es apoderarse de las instituciones y de los órganos de control, y eso se hace evidente con la manera como se han venido expresando de la Corte Suprema. Y Duque, se sabe, obedece a esas orientaciones. No es más que una estrategia”, asegura el senador Alexander López, vocero del Polo Democrático en el Capitolio.

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Ahora, es claro que una cosa es gobernar y otra hacer política dentro del Congreso. Y a la larga, el discurso de Duque fue acorde a lo que viene planteando desde la misma campaña electoral. Además se sabe que hay uribistas radicales y moderados, por lo que se dé una ruptura con la bancada en el Congreso es un escenario improbable. “Coincido con lo que dijo la vicepresidenta marta Lucía Ramírez. Hay separación de poderes, hay autonomía del Legislativo y del Gobierno. Nosotros seguimos como gobierno la línea prevista por el presidente Iván Duque, en el sentido de llamar a la unidad del país, a dejar de lado la confrontación ideológica de derecha e izquierda, y a trabajar por este paquete de proyectos que reflejan el pensamiento de su gobierno”, recalca Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del Interior.

De cualquier manera, van apenas unas pocas horas del nuevo gobierno y toca esperar. Se vienen varias pruebas de fuego para Duque: la elección de contralor general, el próximo 16 de agosto, y la consulta anticorrupción, donde ya se puede avizorar un pulso con Uribe, pues mientras el primer mandatario anunció su respaldo, el expresidente le dio la espalda argumentando que prefiere apoyar los proyectos que en esa materia piensa presentar el Ejecutivo.

El primer mandatario ratificó su respaldo, pero el expresidente le dio la espalda diciendo que prefiere apoyar el paquete de medidas que se piensan llevar al Legislativo en ese sentido. “El problema es que le queremos creer a Duque, darle un compás de espera, pero eso se hace muy difícil escuchando la andanada de Macías, que no habló en nombre de todo el Congreso sino de su partido. En lo de la consulta, así hablen de varias medidas que piensan presentar, ella lo que les da es un mandato ciudadano, pero no lo entienden así. Uno no sabe a qué juega el Centro Democrático: algunos son conciliadores y otros llenos de odio; deberían entender que, al final, representan lo mismo: el partido de gobierno. En sus actuaciones iremos viendo cual es el verdadero y veremos el talante de Duque”, concluye Catalina Ortiz, representante y vocera de la Alianza Verde en la Cámara. 

Por -Hugo García Segura / @hgarciasegura

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