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Las voces de la minga en la Cámara de Representantes

La plenaria recibió a representantes de los pueblos indígenas, afro, campesinos y juventudes quienes dejaron constancia de su desacuerdo y descontento por no recibir respuesta del Gobierno ante sus peticiones.

21 de octubre de 2020 - 09:16 p. m.
El CRIC hizo presencia en la Cámara de Representantes para denunciar la crisis de derechos humanos que viven los territorios del suroccidente del país.
El CRIC hizo presencia en la Cámara de Representantes para denunciar la crisis de derechos humanos que viven los territorios del suroccidente del país.
Foto: Cámara de Representantes

Antes de comenzar formalmente la discusión de proyectos, este miércoles, la plenaria de la Cámara de Representantes le dio bienvenida a la minga indígena en el Salón Elíptico y les permitió hablar para dejar constancia de sus preocupaciones y exigencias que los llevaron a movilizarse desde el Cauca hasta Bogotá, esperando sin respuesta un encuentro personal con el presidente Iván Duque.

En principio, uno de los miembros del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) dejó una carta que construyeron para declarar al primer mandatario como persona ausente ante la demanda de un encuentro de cara a las poblaciones indígenas, afrodescendientes, campesinas y jóvenes. Así mismo, agradeció por el apoyo de los colombianos que los acogieron en los municipios por donde transitaron y a Bogotá, donde cientos de personas, el pasado domingo, les dieron la bienvenida.

“Cumplimos con la palabra que empeñamos antes de salir del departamento del Cauca, que la minga vendría a caminar de manera pacífica. Así lo hemos hecho y retornamos a nuestros territorios con el mensaje de que la minga apenas comienza. Retornamos al territorio con el fin de llegar al seno de nuestras comunidades para dar informe político de los logros y reorganizarnos para continuar nuestra minga nacional y volver con acciones políticas y jurídicas”, dijo Ferley Quintero, del CRIC.

Tanto él como los otros intervinientes dejaron muy claro los riesgos que corren las comunidades en los territorios, la crisis de derechos humanos y la proliferación de grupos armados. “Nos preguntamos si el Gobierno garantizará nuestra vida cuando retornemos al territorio, si nos garantizará que no seamos asesinados o amenazados”, cuestionó Laura Serna, del Congreso de los Pueblos, aduciendo a las estigmatizaciones que se recogieron durante la minga de supuestas infiltraciones de la guerrilla que generarían desorden y violencia en Bogotá, situación que no se presentó y que, por el contrario, la minga demostró la organización, limpieza y sentimiento pacífico con el que se movilizaron.

Sobre esto, el representante de las comunidades indígenas de Caldas, Carlos Gómez, pidió: No aceptamos que se nos quiera endilgar participación de actores de armados y a estos no le aceptamos que se nos quieran vincular a sus luchas, nuestras luchas son de frente, sociales y con respeto hacia la diferencia".

El representante de las comunidades negras, Diego Puerto Carrero, pidió que reconocieran a la minga no solo como una de carácter indígena, sino una diversa en la que participan campesinos, afrodescendientes y juventudes. “Dicen que se van a sentar con los indígenas, pero también se tienen que sentar con las comunidades negras, campesinos, jóvenes, con los que hemos liderado la minga por la vida y el pueblo”, acotó.

Las peticiones de todas las voces fueron reiterativas con los motivos de la movilización: la protección de la vida, de los territorios, del medio ambiente, del cumplimiento del Acuerdo de Paz. En ese sentido, exigieron que se le den los recursos apropiados para el Programa de Sustitución Voluntaria de Cultivos, la firma del Acuerdo de Escazú, que se declare una crisis humanitaria en los pueblos negros, el cumplimiento de las sentencias judiciales con relación a la protesta y la aspersión con glifosato.

“El único responsable que nos hayamos venido desde el Cauca hasta acá es el Gobierno que no nos quiso escuchar”, puso de precedente Hernán Ospina, representante la Juventudes. Igualmente, John Gil, de la Coordinación Nacional de Cultivos de Coca, criticó fuertemente al Ejecutivo al señalarlo de jugar a las dos bandas: “No sabemos cuál es su política, no sabemos cuál es la estrategia. Habla de paz, pero habla con mala fe, porque detrás de un televisor y a la comunidad internacional dice lo contrario a lo que sucede en los territorios”.

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Atenas(06773)21 de octubre de 2020 - 11:00 p. m.
¡Piden más estos desagradecidos! Esperaremos la minga del año próximo. Durante su paseo a Bogotá y encuentro con la candidata locata y alcaldesa, entre el Ejército y la Policía antinarcóticos fueron destruidos 63 laboratorios pa el procesamiento de cocaína. De alli su afán de regresar a los resguardos. Ignorancia manipulada q' igual no quedará en nada, como fue su marcha.
Periscopio(2346)21 de octubre de 2020 - 10:47 p. m.
El mayordomo del narcoparaco no quiere enfrentar a la minga porque sabe que no podrá convencer con bombones a los indignados manifestantes, como quiso hacer con los famélicos del Chocó. La presidencia le quedó grande al que dijo Uribe. Por su vanidad de ocupar el solio de Bolívar se metió en camisa de once varas, pero muy pronto terminará metido en camisa de fuerza en un manicomio.
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