“Un estado de excepción como este es prácticamente una dictadura blanda”: Ángela María Robledo

Después de una batalla jurídica en el Consejo de Estado, una tutela a su favor le devolvió su curul en la Cámara. Esta semana, la representante Robledo regresa oficialmente al Congreso y desde allí impulsará materializar el Sistema Nacional de Cuidado, dignificar el trabajo de las enfermeras y hacer control político a los decretos de la emergencia por el COVID-19.

Laura Angélica Ospina Herrera - @LaurisOspina
13 de mayo de 2020 - 07:42 p. m.
Ángela María Robledo, representante por la Colombia Humana, vuelve al Congreso en medio de la pandemia del COVID-19.  / Óscar Pérez - El Espectador
Ángela María Robledo, representante por la Colombia Humana, vuelve al Congreso en medio de la pandemia del COVID-19. / Óscar Pérez - El Espectador

Después de 13 meses de una batalla jurídica en el Consejo de Estado, el fallo de una tutela le devolvió, finalmente, su curul en la Cámara de Representantes. Y aunque se suponía que su regreso estaba programado para marzo, los tiempos se desajustaron por procedimientos legales y por la crisis desatada por el virus SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus. Así, dos meses después de la decisión a su favor, oficialmente la parlamentaria Ángela María Robledo retoma esta semana su trabajo en la rama legislativa. Vuelve con sus metas de siempre: la defensa de la paz y de los derechos de las mujeres. Y añade nuevos objetivos: dignificar el trabajo de las enfermeras, revisar la transparencia de la Registraduría Nacional y lo que pasó en el proceso electoral de 2018. Además de hacer control político en este momento, pues considera que el Gobierno está tomando ventaja de la situación.

Además de la coyuntura por el COVID-19, ¿por qué se demoró tanto su regreso al Congreso? 

El fallo de una tutela, por ley, se debe de acatar de inmediato. Sin embargo, el presidente de la Cámara, Carlos Cuenca, consideró que él necesitaba el fallo de providencia de la Sala Quinta del Consejo de Estado, que fue la que anuló mi credencial de congresista. Ahora, a mí me amparó la tutela en la Sala Segunda de ese organismo, una sala que, además, protege el derecho fundamental de la oposición a ocupar esa curul, y reconoce que frente a la doble militancia hay aún muchísimos vacíos. Pero esos vacíos no podían resolverse sin que hubiesen precedentes anteriores. En el proceso la Sala Segunda le pide a la Sala Quinta que haga una nueva providencia. 

(Para contexto: "El Congreso recupera la voz de una feminista": Ángela María Robledo)

Ahora, en términos sustantivos, mis abogados me explicaron que yo debí volver al Congreso el 11 de marzo, un día después del fallo de amparo de tutela. Pero otros decían que el Consejo de Estado es un ente que, además de amparar derechos fundamentales, tiene una serie de procedimientos, por lo que también tenía razón el presidente Carlos Cuenca de esperar la providencia de la Sala Quinta. En principio, se suponía que ese trámite se demoraría 20 días, pero fue más. Yo fui notificada el lunes en la noche por parte del Consejo de Estado. Con eso, procedí a enviarlo a Carlos Cuenca y él anunció en la plenaria mi regreso. 

¿Debe posesionarse de nuevo?

No. A mí se me devuelve a la situación en la que estuve hace 13 meses. El primer elemento del fallo de la tutela es negar las peticiones de la demanda, es decir, se deshace y, cumpliendo el requisito de Cuenca —que algunos consideran innecesario y otros necesario— regreso a la curul de la paz. Fue largo, pero ganamos. Mis abogados y yo aspiramos a que la Corte Constitucional seleccione esta tutela para llenar los vacíos jurídicos en este tema. Ha sido muy complejo el proceso y pues esta curul recuperada es una pieza de la democracia. 

¿Entonces usted está oficialmente reintegrada desde hoy? 

Desde la Cámara me dicen que hay una resolución de tipo administrativo que debe firmar Carlos Cuenca. Yo espero que la firme hoy y ya mañana que hay sesión en la Comisión Primera a la cual pertenezco pueda estar presente. Con este desenlace me siento reparada política y éticamente. Para mí, la decisión del Consejo de Estado fue muy dura porque yo tomé la decisión de acompañar a Gustavo Petro, después de muchas consultas con constitucionalistas sobre las inhabilidades y la doble militancia. Entonces, que esto hubiera pasado fue difícil, teniendo en cuenta el precedente del caso de Marta Lucía Ramírez a quien, en un caso similar al mío, le mantuvieron su investidura. Eso me generó muchas preguntas sobre si hubo o no un sesgo político en la decisión.

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Cuando le avisaron de la decisión en favor suyo, usted comentó que se reuniría con Gustavo Petro para conversar sobre los distanciamientos entre ambos y retomar el proyecto político. ¿Al fin tuvieron la oportunidad de dialogar? 

Este ha sido un año con muchas turbulencias. Gustavo Petro se fue a Costa Rica a las audiencias con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, porque demandó al Estado colombiano. Después se fue a Cuba a valorar su salud y vinieron luego las medidas de aislamiento para enfrentar la pandemia. Entonces, no ha habido momento para conversar. Pero, aclaro, sí me sentaré a hablar con él porque esa es mi convicción a la hora de hacer política, que es dialogar con las personas de todas las orillas. 

Pero mi gran esfuerzo político es gestar una gran alianza que tenga una agenda feminista de primera línea. A mí me ha servido este tiempo para trabajar. Desde tiempo atrás comparto con un grupo de mujeres con las que hemos estado moviendo una propuesta que movilice, en palabras generales, una concepción de sociedades de la guerra a las sociedades del cuidado. Si algo ha puesto en evidencia esta pandemia, es el valor del cuidado de la vida y la necesidad de tener estados sensibles a ese asunto, a la urgencia de reconocer el trabajo del cuidado, que lo hacen en gran parte las enfermeras, las mujeres que están en las casas, en los supermercados. Son ellas las que han sostenido prácticamente la vida en las ciudades. 

Usted menciona un proyecto de su corazón, que es el Sistema Nacional de Cuidado. Concretamente, ¿qué se ha avanzado para materializarlo? 

Formular el Sistema Nacional de Cuidado fue una propuesta mía como congresista hace seis años. Esta quedó en el segundo Plan Nacional de Desarrollo de Juan Manuel Santos e incluso fue recogida en el de Iván Duque. Sin embargo, esa articulación de infraestructura para la vida, para cuidar los niños, los viejos, los enfermos, los jóvenes pero también, para redistribuir la carga de cuidado que ha estado en los hombros de las mujeres, y para transformar la vida en las casas, ha sido muy poco lo que ha avanzado a nivel nacional. 

La responsabilidad la tiene el Departamento Nacional de Planeación, pero un gobierno que no tiene sensibilidad respecto a las mujeres y no las reconoce por ser mujeres, es difícil que esto avance. No obstante sí se ha avanzado en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali. Pero más que el Sistema, necesitamos una sociedad que entienda que hay que cuidar la vida. El COVID-19 desnuda lo salvaje que es el capitalismo y el neoliberalismo que ponen por encima de la vida el consumo.

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Ahora que vuelve al Congreso, ¿en qué temas va a trabajar? 

Voy a seguir trabajando por la paz, porque están ocurriendo atropellos a ella, como por ejemplo la situación actual en el Cauca y en Tumaco, en Putumayo, en el Catatumbo, es como si quisieran devolvernos a la guerra. Y no solo por defender el Acuerdo de Paz con las Farc, sino por una paz completa. Continuaré también trabajando por una agenda de las mujeres, ahí entra el Sistema Nacional de Cuidado. 

Ahora, he tenido mucho tiempo de trabajar con enfermeras y conocer que no les reconocen su valor. Entonces, como lo hicimos en su momento con Angélica Lozano con el tema de trabajadoras domésticas, enfocar el esfuerzo en que a las enfermeras se les reconozca su trabajo. 

Un tema que es importante para usted y para Gustavo Petro es el posible fraude electoral que se puso sobre la mesa con los audios del Ñeñe Hernández, pero que con la llegada de la pandemia quedó relegado. ¿Qué opina de eso y qué seguimiento le harán? 

Seguramente las denuncias de fraude electoral en la campaña del presidente Iván Duque será uno de los puntos en la conversación con Petro. Cada vez en más evidente que no solo fue lo que denunció Aida Merlano, sino la compra de votos en la Ñeñepolítica, que va más allá de lo que pasó en La Guajira. Ahí hay que entrar en forma a preguntar qué fue lo que pasó en esas elecciones. 

Porque hay otra alerta en torno a millones de cédulas de muertos que están encontradas en la Registraduría y que aparecieron ahora con el Ingreso Solidario a los más vulnerables por la pandemia. Lo que hay que trabajar también con fuerza es la transparencia de la Registraduría Nacional y en las regiones. Acá uno empieza a preguntarse si efectivamente los resultados de las votaciones de 2018 son válidos...son preguntas que hay. Pero, hay que reconocer que en este momento los tiempos no ayudan. Pero es indispensable revisar ese asunto, sobre todo de cara a 2022, porque sino, va a ser muy difícil que las fuerzas progresistas lleguen al poder. 

Justo el 12 de mayo los representantes a la Cámara aprobaron trabajar de manera semipresencial…

Que me parece razonable. Quienes puedan estarán en el Congreso, lo harán y quienes no, participarán de manera virtual. Creo que le da al poder legislativo más control. 

Sobre ese tema: ¿usted cómo ha visto esa extensa discusión y el resultado de un modelo mixto? ¿Cree que ha habido desgaste en ese diálogo?

Creo que en el fondo ha habido una intención del Gobierno y de los partidos que le apoyan, de que el Congreso no funcione. Y eso se refleja en frases como el congresista antioqueño del Centro Democrático que pidió que Duque interviniera el Legislativo. Creo que eso es lo que hay porque no les interesa el control de los congresistas. Un estado de excepción como este que hemos vivido es prácticamente una dictadura blanda. La rama Judicial está operando lento, un Congreso con reuniones que uno no sabe si son audiencias, conversaciones, no control político, y un presidente en la segunda declaratoria de emergencia...eso es lo que hay. 

Y sobre lo que ha pasado en el Congreso, creo que es un desgaste que le sirve al Gobierno porque el Legislativo, al final, no se está ocupando de las tareas de las que se debería ocupar. Es decir, el control político sobre decisiones como las medidas bancarias, los 20.000 afiliados que pasan de fondos privados y Colpensiones, los contratos irregulares, quiénes son los dueños de la empresa Du Brands. 

¿Estará en las sesiones semipresenciales? 

Tengo más de 60 años, pero no tengo problemas de otras condiciones médicas. Estaré allá con todos los cuidados a los que me he comprometido conmigo misma y con mi familia. 

En esta cuarentena se ha acentuado la violencia de género. La vicepresidencia, por medio de la Consejería para la Equidad de la Mujer, ha dispuesto para la protección de las mujeres casas resguardo en esta coyuntura. ¿Qué opinión le merece ese trabajo? 

Es insuficiente. La ley 1257, que se trabajó para erradicar las formas de violencia, tiene 10 años, decretos reglamentarios y no se cumple. No es suficiente tener una línea de atención. Hay que hacer trabajo en terreno, fortalecer las comisarías de familia, y erradicar el concepto de que las mujeres son unas mantenidas. Entonces, que se abran líneas, casas resguardo y demás sirve, pero hace falta. Entre otras cosas, hay una gran tarea pendiente, y es la cultural, que es salir del patriarcado. Pero en términos generales, es muy poco lo que se ha hecho. La problemática es enorme, estructural, y no se agota. ¿Una mujer que está siendo sometida, violentada o violada, a qué hora va a poder llamar?

Por Laura Angélica Ospina Herrera - @LaurisOspina

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