Los partidos tomaron partido para las elecciones presidenciales

La decisión del Partido Conservador de dejar en libertad a sus militantes de cara a la primera vuelta presidencial se dio para no generar mayores divisiones entre sus militantes. Duque y Vargas se siguen disputando esos votos.

-Lorena Arboleda Zárate / @LorenaArboleda8
26 de abril de 2018 - 11:00 a. m.
Iván Duque cenó en la noche del martes con varios congresistas conservadores en el hotel Dann Carlton.  / Cortesía
Iván Duque cenó en la noche del martes con varios congresistas conservadores en el hotel Dann Carlton. / Cortesía

Sólo faltaba la decisión de uno de los partidos con verdadera capacidad de mover el tablero electoral para que, por fin, comenzara la campaña a toda máquina de cara a la primera vuelta presidencial. En una decisión sin mayores confrontaciones y con muy pocos “peros”, el Partido Conservador decidió dejar ayer en libertad a sus militantes frente a los apoyos presidenciales del 27 de mayo, y éstos, a su vez, se fueron con dos de las cartas más fuertes con posibilidad de disputarse la Casa de Nariño en la segunda vuelta: Germán Vargas Lleras e Iván Duque.

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Todo se concretó en unos pocos minutos, durante una reunión entre los miembros del Directorio Nacional de la colectividad azul que oficializó, sin más, la división en el interior de los “godos”. Unos le perdonaron a la fórmula presidencial de Duque, Marta Lucía Ramírez, sus drásticas posturas contra la bancada en el Congreso (a la que no ha bajado de “enmermelados”) y le devolvieron el apoyo que le quitaron cuando ella quiso conquistar la primera magistratura del Estado a través de firmas, tras renunciar al partido. Otros, más cercanos al corazón del presidente Juan Manuel Santos, se reafirman en que no comulgan con las posiciones contra el Acuerdo de Paz y prefirieron irse al lado del exvicepresidente, el aparente ganador en todo este tejemaneje político.

¿Cómo se llegó a la decisión? Lo primero que hay que decir es que el Partido Conservador venía sosteniendo reuniones con ambos candidatos desde hace varias semanas. Tras bambalinas, se rumoraba que estaban haciendo preacuerdos, o sea, poniendo los huevos en dos canastas, buscando ganar con cara o con sello, en caso de que uno u otro resulte triunfador en las elecciones presidenciales. Pero para el senador Hernán Andrade, director de la colectividad, atreverse si quiera a insinuar que su partido se acomoda al mejor postor “es una falta de respeto. Somos un partido serio y de opiniones diversas que, al menos, las decimos públicamente, no como otros partidos”. Pero lo cierto es que, si no se les permitía a los conservadores salir a hacer campaña por Duque o Vargas Lleras, la implosión azul iba a ser mucho más notoria, como ocurrió con la U.

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Ayer, durante la reunión del Directorio Conservador, varios de sus miembros sacaron debajo del brazo un sondeo, cuya fecha de realización es el 18 de abril. Ese día se indagó a las bases de la colectividad sobre su preferencia política y fueron consultadas unas 440 personas, entre diputados, concejales, militantes activos y directorios regionales y, sorprendentemente, el 86 % de los apoyos se fueron del lado de Duque. Es decir, en contravía de la posición mayoritaria que, aparentemente, quedó en evidencia durante la reunión de bancada de la semana pasada, en donde salió favorecido Germán Vargas Lleras, luego de una votación informal y no vinculante en la que se disputó el apoyo con Duque.

No obstante, para el presidente del Congreso, el senador Efraín Cepeda, quien acompaña la candidatura del exvicepresidente, lo que ha venido ocurriendo es una situación de prácticamente un empate en el que cada quien tendrá la posibilidad de irse con quien mejor los identifique. “Hay un grupo mayoritario —10 miembros del Directorio sobre 7—, que firmamos el acuerdo programático con Germán Vargas. No es vinculante y habrá libertad, pero queda claro que la mayoría avanzó en ese sentido y vamos a votar por él, porque creemos que es el presidente que requieren los colombianos”, señaló Cepeda. En últimas, lo que habrá será un tire y afloje entre los dos sectores azules, uno liderado por Efraín Cepeda y, el otro, el que está con Duque, por el senador Juan Diego Gómez.

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Entretanto, Vargas Lleras sigue tratando de consolidarse en otros partidos donde, en efecto, como lo dice Andrade, manejan un discurso sólido ante la opinión pública, pero otro muy distinto “debajo de cuerda”. Como la U, con quien el candidato tuvo un almuerzo ayer en un hotel cercano al Capitolio Nacional, pues aunque de dientes para afuera le ha ratificado el apoyo, es innegable que integrantes con un caudal electoral a nivel regional fuerte quieren acompañar a Duque. Es el caso, por ejemplo, de Eduardo Pulgar, Miguel Amín, José David Name, Sandra Villadiego, John Moisés Besaile, Berner Zambrano y Maritza Martínez.

Por los lados del Partido Liberal las cosas no son tan distintas. También a regañadientes, los rojos asumieron la decisión que se dio en la consulta liberal a finales del año pasado, en el que resultó electo el exnegociador de paz Humberto de la Calle, como su candidato único. Un aspirante que pareciera estar caminando solo hacia la Casa de Nariño y quien, paradójicamente, sólo tuvo la lealtad del exministro Juan Fernando Cristo, con quien se disputó esa nominación. En cambio, el director del partido, el expresidente César Gaviria, no se atreve a cerrar puertas ni siquiera con el candidato uribista para una futura alianza en segunda vuelta, a pesar de que no haya acompañado el proceso de paz y de que De la Calle descartó desde un inicio diálogos con Duque.

Lo que ocurre en la Alianza Verde y el Polo tampoco está fácil. La rebelión alrededor de la candidatura de Sergio Fajardo, el avalado oficialmente por la denominada Coalición Colombia, se mantiene en algunos sectores. Este mismo mes, unos 100 militantes del Polo pidieron libertad para votar porque quieren acompañar al exalcalde Gustavo Petro. Entre ellos, los congresistas Iván Cepeda, Alirio Uribe, Senén Niño y Alexánder López. Disyuntiva que comparte la Alianza Verde, porque la fórmula vicepresidencial de Petro, Ángela Robledo, militó en esa colectividad. ¿Y el MIRA? Es el único partido que falta por definir su apoyo para la primera vuelta presidencial. Cerca de 600.000 votos tras de sí, sumados a la disciplina con la que sus militantes acuden a las urnas, son dos elementos que, a estas alturas, ningún candidato puede darse el lujo de desperdiciar.

De momento, los seis aspirantes han llamado a la Dirección del MIRA para concertar apoyos, pero la decisión fue la de no recibir a ninguno y, más bien, irse con el que mejor los represente. “Estamos evaluando los programas de gobierno de cada uno. Pero los temas que nos interesan son: libertad religiosa, reforma electoral, generación de empleo y protección, y apoyo a la mujer, la niñez y la familia”, dijo una persona allegada al partido. Falta en este panorama Cambio Radical, pero ahí no hay líos de divisiones o disidencias, pues es el partido cuyo jefe natural es Germán Vargas Lleras y, de hecho, es el que le sirve de base para afianzar los votos en muchas regiones.

Por -Lorena Arboleda Zárate / @LorenaArboleda8

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