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Ludopatía, un problema de salud pública y mental que aterriza en el Congreso

Un proyecto de ley pretende promover una atención preventiva e integral para aquellos colombianos adictos al juego, abordando además su entorno familiar. En el país, 19 % están en riesgo de ser adictos, y el año pasado había 2,5 millones de personas registradas para apostar en línea.

02 de septiembre de 2020 - 06:57 p. m.
En el proyecto se advierte que el juego patológico se engloba en los trastornos del control de los impulsos y reúne aspectos como preocupación creciente por jugar, necesidad de aumentar la apuesta para conseguir excitación, insistir para recuperar pérdidas anteriores y mentir a familiares, autoridades o terapeutas. / Getty Images
En el proyecto se advierte que el juego patológico se engloba en los trastornos del control de los impulsos y reúne aspectos como preocupación creciente por jugar, necesidad de aumentar la apuesta para conseguir excitación, insistir para recuperar pérdidas anteriores y mentir a familiares, autoridades o terapeutas. / Getty Images

Según un estudio de la Universidad Nacional, en Colombia una de cada cinco personas padecería “graves problemas de adicción” a los juegos de azar. Conocida también como ludopatía, juego patológico y hasta trastorno del juego, se trata de una problemática más común de lo que parece. Casos como el de Camilo Cortés*, quien con apenas 22 años ya era adicto al juego, lo ejemplifican con creces. Lo que empezó para él como una distracción, escaló hasta ser un drama que lo llevó no solo a empeñar electrodomésticos, perder su sueldo y hasta apostar la matrícula de su hermano menor. Para hacerle frente a este tipo de padecimientos, en el Congreso cursa un proyecto de ley.

La iniciativa –presentada por parlamentarios de la Alianza Verde, la U, Decentes y la FARC– busca promover una atención preventiva en materia de salud mental y cuidado psicológico para quienes sufren de ludopatía. Según sus autores, se trata de un mecanismo de protección integral para la persona y su entorno familiar y social.

La problemática no es de poca monta. De acuerdo con el estudio de la Nacional –que indagó entre 5.858 estudiantes de carreras técnicas y universitarias en las 32 capitales departamentales del país– el 13,7 % de personas tiene algún riesgo de hacerse adicto al juego, con el agravante de que, “a mayor grado de pobreza, mayor es la probabilidad de desarrollar un apego desmedido a esta actividad”. En tiempos de coronavirus las dificultades serían aún mayores.

Incluso, una investigación publicada en la Revista Colombiana de Psiquiatría en 2006 reveló que tres de cada cinco ciudadanos están acostumbrados a destinar una parte de sus ingresos mensuales a un juego de suerte y azar. Ahora, con el auge de internet, Coljuegos calcula que el año pasado había 2,5 millones de colombianos registrados para jugar en los 17 operadores de apuestas en línea que han sido autorizados en solo dos años.

Ante ello, el proyecto busca generar espacios de atención preventiva para los directamente afectados y crear espacios institucionales en los que la salud mental y el cuidado psicológico sean una herramienta para prevenir la afectación de la enfermedad en la persona y su entorno.

“La ludopatía es un trastorno caracterizado por la ocurrencia de reiterados, permanentes y sostenidos episodios de participación en juegos de apuesta presenciales y virtuales, los cuales terminan por dominar y afectar la vida de la persona enferma en detrimento de sus obligaciones sociales, laborales, económicas y familiares, afectando a su vez a su entorno familiar y social”, se argumenta en el texto de ley.

Dada la problemática, se pretende que el Ministerio de Salud, con el acompañamiento de Coljuegos, diseñe e implemente lineamientos, estrategias y programas tendientes a promover la atención en salud mental para personas con ludopatía y sus familias. “Dicha estrategia privilegiará criterios científicos avalados por la Organización Mundial de la Salud y se diseñará en conjunto con universidades, académicos y sociedad civil”.

Adicionalmente, se fija un plazo de seis meses para que el Gobierno diseñe dicha estrategia, sumado a un protocolo de salud mental enfocado en prevenir la ludopatía, el cual será aplicable a todos los operadores de establecimientos de juegos de azar y apuestas. De hecho, se propone que en tales establecimientos –en lugares visibles y verificables– se proyecten, a manera de avisos, mensajes tendientes a promover la salud mental, los riesgos de la ludopatía como enfermedad y consejos de juego responsable para los usuarios.

“En toda publicidad y actividad promocional, radiofónica y audiovisual, atinente a sitios de azar y apuestas tanto física como virtual deberá incluirse la siguiente leyenda: Apostar en exceso es nocivo y afecta la salud mental y la integridad”, agrega la iniciativa, que plantea también que el Ejecutivo difunda y promueva en medios de comunicación campañas de atención preventiva en salud mental en materia de ludopatía.

Según los autores, la idea es que dichos mensajes traten de calar en la mente de los afectados y les permita reconocer que están en peligro y que deben hacer algo por corregirlo. “Para el caso de los jugadores o apostadores, se ha encontrado que la fuente de estos mensajes disuasivos incide mayoritariamente en las conductas adictivas del juego cuando proviene de una fuente institucional reconocida, como un organismo en salud”, precisan.

La iniciativa reconoce que todo ciudadano tiene derecho al juego recreativo, como un mecanismo de “exaltar o transfigurar la realidad”. Sin embargo, advierte que es obligación del Estado protegerlo y garantizar que no se vea persuadido a hacerlo “como producto de una publicidad excesiva y agresiva, que estimula a que se apueste, sin advertir con el mismo énfasis sobre los posibles efectos en la salud, y que altera la capacidad de autocontrol en jugadores ocasionales y constantes”.

*Nombre cambiado por petición de la fuente

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