“Macías dedicó su presidencia a violar la ley”: Jorge Robledo

El parlamentario opositor asegura que el senador Ernesto Macías saboteó la réplica al discurso presidencial con la complacencia de la Casa de Nariño, y aprovechó para hacer un balance de la gestión del senador uribista al frente del Congreso de la República.

Alfredo Molano Jimeno - @AlfredoMolanoJi
22 de julio de 2019 - 11:00 a. m.
El senador Jorge Robledo fue el encargado para ejercer el derecho de réplica por parte de la oposición durante la instalación de la legislatura. / Óscar Pérez
El senador Jorge Robledo fue el encargado para ejercer el derecho de réplica por parte de la oposición durante la instalación de la legislatura. / Óscar Pérez

¿Cuál es su lectura de lo que ocurrió el sábado en la instalación del Congreso, cuando al senador Macías se le quedó abierto el micrófono y se le oyó decir que su última “jugadita” como presidente será sabotear el discurso suyo?

Lo que hace Macías es una agresión contra las fuerzas de oposición. Es una violación del Estatuto de la Oposición y, obvio, es una violación de la legalidad, con un propósito político muy claro: evitar que la oposición sea escuchada. El principio de ese estatuto es que nosotros podamos estar en los medios de comunicación. Y lo del sábado tenía la importancia de que terminaba el presidente Duque y arrancábamos nosotros. Entonces el tipo lo que hace es ingeniárselas para crear un hueco de media hora entre la intervención de Duque y la nuestra, de forma tal que los medios se dispersan, pierden la atención y muchos se van detrás del presidente.

Está sugiriendo que la “jugadita” de Macías fue concertada con el presidente Duque?

Mire, la ley dice que nosotros tenemos derecho a salir por los mismos medios que el presidente, pero cuando Macías rompe la continuidad de la sesión, pues crea una confusión en los medios. Es evidente que había cuadrado con la Casa de Nariño para que Duque se fuera en ese lapso a presentar un proyectico de ley. Eso provocó que, por ejemplo, el canal institucional se fuera detrás de Duque. Es decir, el primer propósito es romper la continuidad del acto, dejar a los medios confundidos, al punto que muchos transmitieron tarde y mal nuestro discurso. Tengo información de que el canal institucional transmite solo un pedazo de mi intervención.

Pero en el momento usted lo que pidió fue silencio en el recinto para poder intervenir...

Pues claro, porque además de la “jugadita”, varios congresistas estaban saboteando mi intervención. Eso no se percibe bien en la televisión, pero allá adentro es muy difícil. Hablar con un poco de gente parada, manoteando, hablando, gritando, jugando. Por eso es que inicialmente lo único que pude fue pedir silencio y respeto. Pero ahora, viendo todo en perspectiva, lo que uno se da cuenta es que fue una cosa montada para impedir la libertad de expresión. Porque, ¿cuál es el derecho que nos da el Estatuto de Oposición? Poder hablar, eso es todo. Pero lo grave es que esto parece que hubiera sido cuadrado con la Casa de Nariño. No veo a Macías haciendo eso por su cuenta. Entonces me preguntó: ¿de qué democracia hablamos en Colombia si a la oposición, que habla cada mil años, nos niegan el ser escuchados?

¿Usted se dio cuenta cuando Macías dijo lo de la “jugadita”?

No, no me di cuenta, porque en ese momento había un bullicio tremendo. Estaba preocupado por poder leer lo mío, tratando de pedirles a mis colegas que me escucharan y que no se me fuera el tiempo de la intervención pidiendo respeto. La verdad, en ese momento, no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

No es el primer incidente que usted tiene con el senador Macías...

Pues digamos que, en términos generales, Macías dedicó su presidencia a violar la ley para evitar los derechos que nos otorgó el Estatuto de la Oposición. Y el episodio más grave, a mi juicio, fue la manera como nos negó la posibilidad de tramitar la moción de censura contra el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. Después vino el sabotaje en el debate de Néstor Humberto Martínez. Ese día levantan la sesión sin permitir nuestra intervención, además de varios hechos graves ocurridos. Esto me recuerda que cuando hice el debate de Agro Ingreso Seguro, Javier Cáceres, quien era el presidente del Congreso en ese momento, levantó la sesión apenas terminé de intervenir. Y hace poco también ocurrió que al secretario del Congreso, Gregorio Eljach, se le quedó abierto el micrófono en el momento en el que le sugiere al senador Antonio Correa que: “No le dé más papaya a Robledo, levante la sesión, marica”. Es la cuarta vez que me sabotean. Y lo que ocurrió hace unos días, lo que evidencia es el talante y la actitud personal de Macías.

¿Cree que el senador Macías puede haber incurrido en una falta grave, digamos, un prevaricato?

No me he puesto a observar la legalidad del asunto, pero lo que sí es evidente es que Macías saboteó una ley de la República, cuyo único propósito el día de la instalación era permitir la libertad de expresión. Lo que hizo el presidente del Congreso fue un ataque bárbaro al derecho de la libertad de expresión. Eso solo para hablar de lo que ocurrió el sábado, pero eso mismo hizo Macías durante todo el año con los derechos de réplica.

¿Usted por qué cree que la “jugadita” de Macías estaba concertada con la Presidencia de la República?

Pues porque si usted se fija, la Casa de Nariño, por ejemplo, ha intentado quitarles el carácter de alocuciones presidenciales a otras intervenciones de Duque solo para no darnos el derecho de hablar. Con el cuento de que si de fondo no hay bandera, entonces no es una alocución. O sea, hay un propósito de la Casa de Nariño de estorbar nuestra posibilidad de expresarnos.

¿Siente que el Gobierno y el Centro Democrático han tratado de desnaturalizar el Estatuto de la Oposición?

Es evidente. Se han dedicado a violarlo de manera flagrante, a atropellar nuestros derechos. Además, con métodos muy bajos, como montar una guachafita en el momento en que uno va a hablar. Eso no es un asunto menor para un orador, porque lo que montaron fue un sabotaje de ruido, para desconcentrarme, para dificultarme la lectura de un discurso. ¿Qué tal que la oposición le montara una gritería mientras Duque hablaba? ¿Qué pasaría? Y en verdad está no es la única vez que Macías construye estrategias para desnaturalizar el Estatuto de la Oposición, recuerde el episodio en el que dice que la oposición sí tiene derecho a poner el orden del día, pero que el presidente del Congreso es quien define el día en el que se puede hacer efectivo ese derecho. Con el agravante de que la ley señala que ese día la oposición es la que preside la sesión, pues no, a Macías no se le dio la gana y decidió mantenerse en la presidencia. Estoy seguro de que si ese día nos dejan terminar el debate, hubiéramos tumbado al fiscal Néstor Humberto Martínez.

¿Cómo es eso de que Macías manejó los derechos de réplica a su antojo?

El episodio que ejemplifica el manejo que les dio Macías a las réplicas fue en el debate contra Néstor Humberto Martínez. En esa sesión hubo un ataque muy duro contra Gustavo Petro, pero no le dieron el derecho a responder. Todo su período Macías manejó los derechos de réplica como se le dio la gana. La norma dice que el derecho de réplica es inmediato, pero con la excusa de que lo dejaba hablar después, pues se burla de los derechos. Eso es inaudito. Macías se dedicó en el Congreso a sabotear a la oposición. Además, como si eso fuera un chiste, como dijo: “Hay les voy a hacer otra jugadita”. Eso es abuso de poder. Se dedicó a abusar del poder para evitar que hablaremos, solo porque para él es crimen que pensemos distinto a ellos.

Por Alfredo Molano Jimeno - @AlfredoMolanoJi

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