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Dos de las principales apuestas del Gobierno con su acto legislativo de reforma política eran las listas cerradas que, a su vez, permiten garantizar la paridad y alternancia de géneros en las elecciones populares. Sin embargo, estas dos iniciativas fueron descartadas esta semana dentro del documento aprobado, en cuarto debate, del proyecto y del informe de conciliación entre Senado y Cámara.
El Gobierno sigue convencido de la importancia de generar más espacios de representación para las mujeres, por tanto, la vicepresidenta, Martha Lucía Ramírez, envió un mensaje a todos los presidentes de las bancadas para recordarles la importancia de la paridad y la lista cremallera.
“No podemos dejar que sigamos con los mitos del pasado, que las mujeres tienen que llegar de la mano de los hombres. Nosotras tenemos que llegar hombro a hombro con ellos para ejercer todos los roles de liderazgo en esta sociedad, pero particularmente necesitamos que haya más participación femenina en la política”, comentó Ramírez.
En la carta, lanzó un fuerte mensaje contra quienes, durante el debate de la reforma se mostraron reacios a la propuesta de paridad. “Pedir que la mujer participe más no significa pedir favores, sino pedir el derecho que tiene la sociedad colombiana a mejorar sus estándares económicos. Las empresas que cuentan con presencia femenina presentan mejores resultados económicos y políticas mucho más influyentes a favor de todos”, destacó.
Frente a las resistencias de contar con más mujeres en cargos de elección popular, el presidente del Instituto Nacional Electoral de México, Lorenzo Córdova, ha señalado que, evidentemente, las instituciones son las encargadas de promover la llegada femenina a estas.
“Son las entidades estatales las que deben estar encargadas de aplicar los instrumentos de garantía, en vez de entorpecerlos. Si las mujeres no tienen acceso al Parlamento, difícilmente van a tener experiencia en la moción parlamentaria”, recalcó.
Por ende, para él, la premisa paritaria refuerza los conceptos de democracia e inclusión, mas no garantiza una mayor calidad en los regímenes políticos.
Bajo este antecedente, la vicepresidenta hizo, entonces, un llamado a que se vean más mujeres en los cargos públicos. “No podemos permitir que el temor y el deseo de mantener el protagonismo político, en cabeza de los hombres, cierre otra vez la oportunidad de que haya igualdad de participación para las mujeres en el Congreso”, manifestó.
Aún el Gobierno guarda la esperanza de que esta iniciativa, junto a las listas cerradas, se reviva en el Congreso en la segunda fase. No obstante, todo depende de la votación que haga el Senado al informe de conciliación. De ser negado, la reforma política se hunde y el Ejecutiva, si continúa en concordancia con su bandera de paridad, deberá de presentar de nuevo un proyecto que comience desde cero todo el proceso legislativo.