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A Rodrigo Londoño, conocido en la guerra como Timochenko, le costó caro su apoyo al nombramiento de Jorge Tovar, hijo de Jorge 40, como coordinador interno del programa de víctimas del Ministerio del Interior. El rechazo vino de distintos sectores y hasta llevó a un sector de la FARC y a exguerrilleros reincorporados a pedir su renuncia como cabeza del partido originado de los acuerdos de la Habana.
A través de una carta -firmada por José Marbel Zamora, Fidel Rondón, Andrés Paris, entre otros-, los miembros del partido y simpatizantes ofrecieron “disculpas a las víctimas del conflicto armado colombiano, en especial a las víctimas del paramilitarismo por el reciente comentario del actual presidente del partido FARC (Fuerza Alternativa Revolucionario del Común)”.
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“Nos manifestamos en total apoyo a las víctimas que durante años han reclamado verdad, justicia y reparación al Estado colombiano y quienes manifiestan su descontento por este nombramiento”, declararon los firmantes de la misiva, que también sirvió para rechazar el nombramiento de Jorge Tovar como coordinador de un programa de víctimas.
De acuerdo al texto, posición asumida por Londoño fue inconsulta y no representa la posición del partido FARC y aseguraron que “los mata políticamente”. En la carta, los participantes de los acuerdos asegura que “Con sus comentarios fuera de todo decoro político, no solo afecta el proyecto político del partido FARC sino nuestras propias estrategias colectivas de reincorporación que en muchas ocasiones andan de la mano de colectivos de víctimas y defensores de derechos humanos con quienes trabajamos mancomunadamente en la construcción de la paz”.
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Además del caso del nombramiento del hijo de Jorge 40, los exmiembros de las Farc se manifestaron frente al supuesto atentado en contra de Timochenko a principio de 2020 y que habría contado con la participación de desmovilizados. Según los autores de la carta, todo se trató de un montaje en el que asesinaron a los exguerrilleros Carlos Andrés Ricaurte Rodríguez, alias Guamby, y Gerson Moises Morales Torres, alias Conejo, ambos señalados por el gobierno de haber sido comisionados para asesinar al exlíder guerrillero.
“Claramente -Guamby y Conejo- víctimas de un falso positivo (acción típica del régimen colombiano) y que desatinadamente Timochenko calificó como cierto dando credibilidad a la versión que las entidades de seguridad Colombianas, famosas por sus falsos positivos, ofrecieron a los medios pero esta versión hasta el momento no se ha verificado como cierta”, reza la carta.
Para los firmantes, los dos hechos mencionados anteriormente solo hacen parte de “una larga cadena de desatinos políticos” con los cuales no están de acuerdo. “Sentimos vergüenza y lástima por la lucha de miles de camaradas, campesinas y campesinos que dieron sus vidas en la larga lucha fariana, para que ahora vengan unos líderes con poco pudor político, a destruir todo el legado de lucha y resistencia por el solo hecho de congraciarse, en busca de unos intereses personales, con la derecha que tanto odio y muerte han dejado en nuestra patria”, concluyeron los más de 25 firmantes de la misiva.
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El salto de la FARC a las lides políticas dejó entrever diferencias y bandos que la guerra ocultaba. En medio de estas diferencias, varios exguerrilleros han abandonado el partido, sobre todo por choques con las políticas designadas por Rodrigo Londoño y otros miembros de las directivas. Está el caso de Tanja Nijmeijer, conocida como la holandesa. Esta aseguró en su carta de despedida que no podía asimilar en lo que se había convertido el partido.