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"Mujeres a la vanguardia del quehacer social, económico y político"

Fernando Carrillo Flórez, ministro del Interior, escribió la siguiente columna sobre el papel de la mujer en la sociedad.

Fernando Carrillo Flórez, ministro del Interior
08 de marzo de 2013 - 06:37 a. m.

De manejar imperios en el Renacimiento a ser portadoras del preciado estandarte de la libertad; de haber sido acalladas por regímenes patriarcales que en aciagas tinieblas negaban algún derecho a irrumpir con fuerza y ser protagonistas de los movimientos sociales de las últimas décadas; de las luchas por la igualdad de género al empoderamiento, el rol de las mujer ha estado en una constante mutación en pro de la sociedad y su transformación. Ellas son las centinelas que orientan con sus luces y nos llevan con cautela por las oscuras fauces de la noche.

Un reciente estudio del Banco Mundial señalaba que en Colombia la participación laboral femenina es más alta comparada con el índice regional. El estatus de la mujer ha mejorado considerablemente no sólo en nuestro país sino en América Latina. Ellas hoy están a la vanguardia de la acción política y progresos recientes como la Ley de Cuotas o la Ley Estatutaria 1475 de 2011 son esfuerzos para seguir garantizando una participación real y efectiva que dista mucho de la realidad e invisibilidad de hace unos años. Muestra contundente de ello es tener tres presidentas en la región, cinco mujeres a la cabeza de importantes carteras ministeriales en nuestro país, cinco altas consejeras presidenciales, una mujer presidenta de la Corte Suprema de Justicia, una contralora, una exfiscal y dos generales de la Policía.

En Colombia hemos entendido que la articulación de normas e instituciones para la defensa de la mujer es prueba de su relevancia, importancia e ímpetu transformador. La justa adquisición del derecho al voto en 1954, el énfasis que dimos en la Constitución del 91 al reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres, la aplicación de la equidad de género como principio rector de los partidos políticos, la creación de la Alta Consejería y la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer, la intención del Presidente Santos de expedir una política integral en contra de la discriminación de género mediante el Plan Nacional de Desarrollo, así como una normativa jurídica internacional que vela por sus derechos nos permiten decir que las mujeres y en especial las cabeza de familia son las verdaderas agentes de cambio y como tal debemos seguir en la inagotable lucha de la materialización de sus derechos.

En un país que hoy por hoy se enlista en el debate de la paz para frenar el desangre crónico de más de cincuenta años, la mujer está llamada a jugar un rol protagónico en el post-conflicto. Fueron ellas las víctimas de la brutalidad de quienes les despojaron sus tierras, otras se vieron forzadas a empuñar a la fuerza los rifles de sangre, muchas otras vieron morir a sus seres queridos por las balas de la infamia y en esa colcha de retazos, sentimientos y recuerdos es que la mujer ha acudido al lamento, al perdón y a la rabia para construir la historia colectiva de nuestro país. Un país que está en camino de transformarse y saldar con ellas una deuda histórica. Una vez más, reafirmamos que la mujer es nuestra motivación, nuestra esperanza para ganar otra batalla: aquélla de la paz.

Si bien aún tenemos muchos retos por delante, nuestra brújula es seguir construyendo políticas públicas para la equidad de la mujer. Una equidad donde los adultos, hombres y niños entiendan de una vez por todas que la causa femenina es una causa global de y para la sociedad. Atrás está esa página resquebrajada de la victimización de la mujer. Hoy estamos abriendo la de la interlocución, la del liderazgo femenino.

Conmemorar su día es reconocer su intuición y sensibilidad, su persuasión y pragmatismo. Su capacidad para hacer de la política una mejor Política, esa de la "P” mayúscula. Tal vez el tener cuatro mujeres en mi vida es otro motivo para seguir siendo su principal defensor. Y es por ello que desde el Ministerio del Interior, estamos anudando esfuerzos para poner punto final a la desigualdad y discriminación que siguen impidiendo a las mujeres gozar de una justa equidad. Estoy convencido que en una época donde los nuevos liderazgos son los protagonistas, las mujeres tienen un rol protagónico que cumplir. Cultivar el liderazgo femenino es un reto capital para hacer de esta década, la década de la globalidad de la mujer.

Por Fernando Carrillo Flórez, ministro del Interior

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