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“Llegaremos al Congreso a debatir, a escuchar, porque el ejercicio es de diálogo, es de construir conjuntamente, es de soluciones y no de agresiones, es de invitarlos a todos a examinar el reto de conseguir esos $14 billones que se necesitan para la población más vulnerable de nuestro país, para mantener los programas sociales”.
Es la respuesta del presidente Iván Duque a los pronunciamientos, muchos de críticas y preocupación, surgidos en el Congreso de la República, tras haber destapado las cartas de la denominada Ley de Financiamiento, en la que se incluye la propuesta de gravar con IVA a gran parte de la canasta familiar. Una decisión que incluso su partido, el Centro Democrático, le pidió reconsiderar y buscar otras alternativas para conseguir los recursos que se necesitan.
Y es que según explicó el jefe de Estado durante el taller número 14 realizado ayer en Quibdó (Chocó), cuando inició su mandato, el pasado 7 de agosto, tras un “detallado y minucioso empalme”, se encontró que muchas necesidades de los ministerios para 2019 estaban desfinanciadas: “El proyecto de presupuesto había reducido la inversión en más de $7 billones; se había aumentado en más de $15 billones el servicio de la deuda, razón por la cual se adelantó esa operación de sustitución de deuda, y teníamos que atender esta urgente necesidad”, afirmó.
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En este sentido, recalcó que con este panorama financiero, se estaban debilitando programas sociales como Familias en Acción, el de Alimentación Escolar, los subsidios eléctricos a más de 11 millones de hogares, y los subsidios de gas a más de cinco millones, así “como muchos programas para atender a la población vulnerable en regiones que habían sido golpeadas por la violencia”.
“Mi deber como presidente no es obrar como un demagogo, sino invitar con pedagogía a que todos los colombianos enfrentemos este debate y podamos encontrar la solución (...) lo que Colombia espera es que trabajemos con grandeza en pro de la equidad, de la eliminación de la pobreza extrema y de fomentar una gran cultura de emprendimiento”, enfatizó Duque.
El jefe de Estado explicó que la Ley de Financiamiento, presentada esta semana al Legislativo, hace parte del programa de reactivación económica para atender las necesidades de la población vulnerable. “Lo que se dará en el Congreso será un gran ejercicio de debate presupuestal para atender esas necesidades y, al mismo tiempo, enfrentar preocupaciones”, sostuvo.
Sin embargo, dijo, urge la necesidad de corregir obstáculos para el desarrollo, pues el país tiene niveles de informalidad de más del 50% y un desempleo juvenil superior al 15%, uno de los más altos de América Latina. Por lo que la Ley apunta a generar condiciones para generar empleo formal y pensar en la equidad y en la reducción de la pobreza.
“Para lograrlo es necesario que la micro, la pequeña, la mediana y la gran empresa, puedan ser esos agentes de formalización. Por eso se ha honrado la palabra de buscar reducir la carga a los generadores de empleo; se ha abierto un programa para la formalización de la pequeña y la mediana empresa en esta reforma, y se está buscando que ellos tengan las condiciones para invertir y generar puestos de trabajo, y que esos puestos de trabajo permitan, al formalizar nuestra economía, darles oportunidades a tantas familias”, reiteró el mandatario.
E indicó que se busca también más recaudo en los sectores de mayor ingreso individual de la población, explicando que no solo se han establecido tarifas graduales a partir de los montos más altos, sino que también se ha incorporado el impuesto a la riqueza, a patrimonios de más de $3.000 millones en cabeza de personas naturales.
“Uno de los principios de la iniciativa es que las personas que hoy no pagan renta, no paguen, y que las personas que declaran y no pagan, no paguen, y que tengamos un componente de gradualidad. Y se ha planteado corregir las inequidades que hay en algunos impuestos, porque no puede ser que los beneficios y las exenciones para ciertos artículos terminen beneficiando a las personas de más ingreso; por eso se ha pensado en un componente de compensación para las familias más vulnerables”, concluyó.
Estas últimas palabras, sin duda, hacen referencia al IVA para la mayor parte de la canasta familiar, con devolución para los estratos más bajos. Y ese el motivo de la tormenta que hoy atraviesa el gobierno Duque, pues todo indica que ni siquiera los partidos de la coalición que lo apoya están dispuestos a darse “esa pela” frente a la ciudadanía.
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Ya el senador Gustavo Petro, uno de los líderes de la oposición, le solicitó a las bancadas de los partidos Liberal, de La U, y Cambio Radical, “hundir de una vez el IVA a la canasta básica familiar”, según escribió en su cuenta de Twitter. Y hasta el mismo uribismo, agrupado en el Centro Democrático, en un comunicado público, reconoció que “se ha creado una justificada preocupación ciudadana, que si bien podría compensarse con la devolución a los compatriotas más pobres, persistiría la afectación a compatriotas de ingresos medios”, pidiéndole a Duque buscar otras alternativas para conseguir plata.
Como quien dice, al menos por ahora, el Gobierno no se baja de su propuesta de IVA para el 80% de la canasta familiar, y en el Congreso no se suben a ella. El debate de la Ley de Financiamiento, que arranca el próximo martes, estará al rojo vivo.
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