“No reconozco enemigos, mi deseo es gobernar para todos”: Iván Duque Márquez

Dijo que su gobierno será el del Bicentenario y anunció que el proceso con el Eln será evaluado en los próximos 30 días para definir si sigue adelante, con cese de acciones criminales y tiempos definidos. Anunció reforma política y a la justicia, entre otras.

-Hugo García Segura / @hgarciasegura
07 de agosto de 2018 - 11:52 p. m.
Iván Duque dio su discurso de posesión como nuevo presidente de los colombianos bajo una pertinaz llovizna en Bogotá. / Cristian Garavito - El Espectador
Iván Duque dio su discurso de posesión como nuevo presidente de los colombianos bajo una pertinaz llovizna en Bogotá. / Cristian Garavito - El Espectador

“Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes”, dijo ayer Iván Duque, hacia las 3:32 de la tarde, al tomar juramento como nuevo presidente de Colombia 2018-2022, levantando su mano derecha ante el presidente del Congreso, senador Ernesto Macías, y bajo la mirada de unos 5.000 invitados congregados en la Plaza de Bolívar —entre ellos 10 jefes de Estado, exmandatarios, diplomáticos, congresistas y, por supuesto, su mentor, el expresidente Álvaro Uribe—. Un minuto después se puso la banda presidencial y media hora más tarde se dirigió al país y a los presentes en un discurso con el que comenzó a marcar los lineamientos de su mandato, con una que otra pulla, y en el que reveló las primeras decisiones e iniciativas a acometer.

“Hoy llega a la Presidencia de Colombia una nueva generación, motivada por el servicio y no por el ejercicio vanidoso del poder, comprometida con el futuro y sin anclas en prejuicios del pasado, inspirada en la justicia social y en la seguridad como el cimiento de nuestras libertades, y dedicada a promover el entendimiento, el trabajo en equipo y la construcción de consensos. Es una generación llamada a gobernar libre de odios, de revanchas, de mezquindades y con el mandato de millones de compatriotas de hacer de nuestro país una tierra grande, donde los símbolos de nuestro tricolor retomen su significado”, arrancó diciendo.

Le puede interesar: Discurso del senador Macías desató la primera tormenta política de la era Duque

Para posteriormente reafirmar el que fue uno de sus postulados de campaña y que piensa aplicar ahora en el poder, pese a que algunos miembros de su partido, el Centro Democrático, insistan en lo contrario: “Quiero gobernar a Colombia con valores y principios inquebrantables, superando las divisiones de izquierda y derecha, superando con el diálogo popular los sentimientos hirsutos que invitan a la fractura social. Quiero gobernar a Colombia con el espíritu de construir, nunca de destruir”. Duque recordó que el próximo año será el del Bicentenario de la Independencia, que, más allá de las celebraciones tradicionales, debe servir para hacer reflexiones sobre el pasado y un nuevo futuro.

“No puede haber egoísmos. Gobernar a Colombia requiere grandeza para mantener todo lo que funcione, corregir todo lo que sea necesario y construir nuevas iniciativas, instituciones y programas que le aseguren a nuestro país un futuro de justicia social”, dijo, no sin antes hacer un reconocimiento a la labor de las Fuerzas Armadas y mencionar las amenazas que hoy se enfrentan por el abandono de muchas regiones, “con el narcotráfico, con la corrupción, con el clientelismo y con la falta de acceso a bienes públicos en muchas comunidades”. Y pese a su promesa de no mirar por el espejo retrovisor, enfatizó que recibe un país convulsionado, con más de 300 líderes sociales asesinados en los últimos dos años, con unos cultivos ilícitos que se han expandido, con unas bandas criminales que han aumentado su capacidad de daño y con promesas y compromisos hechas a organizaciones sociales sin asegurar su financiamiento.

También se refirió a lo que para él ha sido un manejo erróneo de la economía, “con una política tributaria motivada por la expansión del gasto que ha llevado a que se tengan cargas asfixiantes y que se afecten el ahorro, la inversión, la formalización y la productividad”. Aun así, invitó a construir un “gran pacto por Colombia”, por encima de las diferencias: “No se trata de pensar igual, no se trata de unanimismos, no se trata de eludir las sanas discrepancias de ideas que enriquecen la democracia. Se trata de ser capaces de darles vida a los consensos necesarios para que seamos una nación grande, sólida y segura. Siempre he dicho y lo seguiré diciendo: soluciones y no agresiones”.

Hubo palabras para la paz, recalcando su postura de no impunidad y de garantías de verdad, justicia, reparación y no repetición para las víctimas. Con un mensaje, sin nombrarlas, a la desaparecida guerrilla de las Farc y a la del Eln. “Creo en la desmovilización, el desarme y la reinserción de la base guerrillera. Muchos de ellos fueron reclutados forzosamente o separados de su entorno por la intimidación de las armas”, le dijo a la primera, excluyendo así a sus líderes. Y frente a la segunda, anunció: “Durante los primeros 30 días de nuestro gobierno vamos a realizar una evaluación responsable, prudente y completa del proceso de conversaciones que durante 17 meses se ha adelantado con el Eln”.

Lea también: Histórico: Así se posesionó Marta Lucía Ramírez como la primera vicepresidenta de Colombia

La idea es reunirse con Naciones Unidas, la Iglesia católica y los países que han venido apoyando los diálogos en La Habana, para analizar si se sigue en la negociación, eso sí, con parámetros claros: cese total de acciones criminales, estricta supervisión internacional y tiempos definidos. “Queremos avanzar, pero el pueblo colombiano no tolerará que la violencia sea legitimada como medio de presión al Estado”, dijo. Duque reveló además que presentará al Congreso un proyecto de ley para que el narcotráfico y el secuestro no sean delitos conexos al delito político, uno de los lunares que el uribismo ve en el Acuerdo con las Farc.

También anunció la radicación de un paquete de leyes anticorrupción para endurecer las penas y acabar con el beneficio de casa por cárcel. Y prometió sacar adelante la ley del veterano en favor de las Fuerzas Armadas, así como trabajar por la seguridad ciudadana; imponer cadena perpetua a los proxenetas, violadores y asesinos de menores y de mujeres, y promover una reforma a la justicia para hacerla más eficiente, cercana al ciudadano y confiable. “La reforma a la justicia no da espera, porque la mora judicial, el hacinamiento carcelario, los procesos interminables, la precaria tecnología con la que operan nuestros despachos, los riesgos de corrupción y, en muchos casos, la falta de transparencia y coherencia procesal y probatoria se van carcomiendo la esperanza colectiva”.

Obviamente, hizo mucho énfasis en hacer de Colombia un país de emprendimiento, donde micro, pequeñas, medianas y grandes empresas progresen de manera sostenible para generar empleos de calidad. Y durante los 52 minutos de discurso habló además de legalidad, de equidad, de bienestar social, de mejor educación, de gestión cultural, de mejor salud, de atención al adulto mayor, de las reformas pensional y política, de trabajar desde las regiones, de ciencia y tecnología, y de un crecimiento económico del 4 %. Y algo de lo que será su política internacional, en clara alusión, sin nombrarla, a Venezuela: “Haremos respetar la Carta Democrática Interamericana, promoveremos la libertad de los pueblos de la región y denunciaremos en los foros multilaterales, con otros países, las dictaduras que pretenden doblegar a sus ciudadanos. Lo haremos con palabras y argumentos, sin ninguna actitud bélica”.

Para terminar como comenzó, con un llamado a la unidad: “No reconozco enemigos, no tengo contendores políticos, mi único deseo es gobernar para todos y con todos (...) esa es la Colombia del futuro, que se construye desde este presente. Vamos todos a trabajar por ese pacto que nos permita construir el país que nos merecemos. No dejemos que el odio interfiera en este propósito, no dejemos que nada nos distraiga del camino de la unión. No más divisiones de izquierda y derecha: somos Colombia. No más falsas divisiones entre neoliberales y socialistas: somos Colombia. No más divisiones entre ismos: somos Colombia. Quiero que la vida de los colombianos empiece a cambiar ya (...) los invito a que no dejemos que nadie nos arrebate este sueño”.

Por -Hugo García Segura / @hgarciasegura

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar