“Nos hicieron conejo con el proyecto antitaurino”: representante Juan Carlos Losada

El representante a la Cámara por el Partido Liberal volvió a radicar esta semana en el Congreso la iniciativa que busca acabar con los llamados “espectáculos culturales con animales”. Afirma estar dispuesto a buscar consensos con la postura que defiende el Gobierno entrante frente a no acabar con las corridas de toros, pero sí mitigar el dolor en dichas prácticas.

Lorena Arboleda Zárate - Twitter: @LorenaArboleda8
03 de agosto de 2018 - 02:00 a. m.
Juan Carlos Losada, representante a la Cámara por el partido Liberal.  / EFE
Juan Carlos Losada, representante a la Cámara por el partido Liberal. / EFE

Vuelve a radicar el proyecto de ley que busca acabar con las corridas de toros...

Efectivamente, regresé al Congreso a terminar una tarea que me había quedado inconclusa y es que, cuando aprobamos la Ley 1774, que castiga el maltrato animal en el país, siguieron quedando en pie las corridas de toros, las peleas de gallos, el coleo, las corralejas, en fin, los supuestos espectáculos culturales con animales, que para nosotros no son otra cosa que tortura disfrazada de cultura. Decidimos volver a radicar este proyecto de ley para acabar las corridas de toros. El 80 % de los colombianos, como mínimo, nos declaramos antitaurinos. Este es un proyecto que ya habíamos presentado, pero desgraciadamente no nos dieron los tiempos para lograr sacarlo en el Senado, por la radicación tardía por parte del Ministerio del Interior. Esta vez lo radicamos en la primera semana de legislatura, para tener los tiempos necesarios.

La Corte Constitucional le había dado un plazo perentorio al Congreso para legislar sobre el tema. ¿Cómo están corriendo los tiempos?

Desde la famosa sentencia C-666, la Corte había dicho que la potestad para decidir sobre las corridas de toros en Colombia era del Congreso, bien sea morigerarlas, prohibirlas o dejarlas como están. Ahora, en la sentencia C-041, la Corte dijo que si el Congreso, en los dos siguientes años a la publicación de la sentencia, no legisla a favor de los animales, la consecuencia de ese vacío será la prohibición de los espectáculos culturales con animales. Esto lo que quiere decir es que si en este año y algo del que sigue —porque ya empezó a correr el tiempo— el Congreso no legisla, quedan prohibidas las corridas de toros, las peleas de gallos, el coleo y las corralejas. Hay un debate ahora en la Corte, porque hay una demanda contra esa sentencia por vicios de procedimiento y estamos esperando a que se pronuncie de nuevo, pero no lo ha hecho todavía, así que esto sigue como está.

¿Qué apoyo político ha recibido esta iniciativa?

La enorme mayoría de los colombianos son el apoyo político más importante que tiene el movimiento antitaurino en Colombia, y reconocemos que, por primera vez, logramos que un ministro de Estado firmara un proyecto para acabar las corridas de toros. Ese fue un acto de valentía del doctor Juan Fernando Cristo cuando fue ministro del Interior; sin embargo, él quiso quedar bien con todo el mundo: nos dijo a los animalistas que firmó el proyecto y lo radicó, pero a los taurinos les dijo que no daban los tiempos y el proyecto era inviable. Nos hicieron conejo en el Ministerio del Interior a los antitaurinos y a los animalistas, porque presentaron un proyecto de ley en unos tiempos que ellos sabían que no daban.

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¿Cómo queda protegida la comunidad taurina que se vería afectada con la eventual aprobación de este proyecto?

Uno de los artículos está dedicado única y exclusivamente a los temas de sustitución laboral, y en este proyecto la modificación que hicimos con respecto al anterior es una sugerencia de la senadora Nadia Blel, que había incluido en la ponencia de tercer debate la obligación al Gobierno nacional de darle solución a la sustitución laboral en los próximos seis meses a partir de la promulgación de la ley.

¿Cómo se irían eliminando las corridas de toros y prácticas similares en las regiones donde más se llevan a cabo?

Desgraciadamente nos hicieron conejo también en el Consejo de Estado y en la Corte Constitucional con la consulta antitaurina, porque el Concejo de Bogotá la aprobó en Bogotá. Además, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca también le dio el visto bueno, pero alguien interpuso una tutela ante el Consejo de Estado y el magistrado Alberto Yepes, que me sacó a mí de la Cámara de Representantes, dijo que se estaban violando los derechos constitucionales de una minoría. Esa es la situación en términos jurídicos, pero yo creo que posiblemente en el Congreso el debate va a tender hacia la no abolición de las corridas de toros, sino más bien a la posibilidad de una morigeración de las corridas.

¿Pero eso es posible? ¿Cómo hacer corridas de toros sin que el animal no sufra?

La pica, las banderillas y la espada quedarían proscritas de las corridas, aunque creemos que ahí sigue habiendo maltrato animal, porque el toro sufre un estrés enorme, que está comprobado fisiológicamente por docenas de estudios tanto en España como en América Latina. Hay que acabar las corridas, pero si se lograra la morigeración, ya sería un avance. Hay una teoría de Álvaro Múnera, un respetado animalista, concejal de Medellín y extorero, que dice que los taurinos dejarían de asistir a las corridas pues lo que quieren es ver sangre en el ruedo, entonces veremos si eso es cierto o no.

En el debate del maltrato animal hay quienes siguen viendo a los animales como cosas. ¿Qué significa que ahora los animales sean considerados seres sintientes?

Esa es una de las muy importantes reformas que hicimos al Código Civil en la Ley 1774. Cambiamos el estatus jurídico de los animales. Los animales, desde la vieja tradición napoleónica del viejo código civil francés, eran considerados cosas que se mueven, una silla, cualquier cosa. Es tan absurda esa definición que no puede haber nadie hoy que defienda a los animales como cosas. Los animales no son cosas. Si yo cojo un celular, lo lanzo contra el piso y lo cojo a patadas, pues se rompe, pero no siente dolor. Si yo cojo a un perro y lo incinero, si lo cojo a patadas, si lo chuzo, sí siente dolor. Luego los animales no son simplemente cosas, son seres sintientes que tienen la posibilidad de sentir dolor, y yo iría un poco más allá, y es que los animales pueden expresar emociones. Cualquiera que sepa un poquito de biología sabe que hay animales que tienen sistemas nerviosos más complejos que el del ser humano, como el delfín.

¿Cuáles son las penas que establece la ley para quienes maltraten a un animal?

Las penas van de seis a 36 meses de cárcel. Es todavía un delito excarcelable. Yo creo que hay toda una comunidad animalista que, a lo mejor, exige una reforma a esa ley para que se vuelva un delito con cárcel. Es una condena penal y tiene unas multas severas, que van de cinco hasta 60 salarios mínimos mensuales legales vigentes. Es decir, hasta $42 millones para quien maltrate a un animal; esas penas pecuniarias sí son severas.

Por Lorena Arboleda Zárate - Twitter: @LorenaArboleda8

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