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El candidato presidencial del Centro Democrático, Iván Duque, quien puntea la intención de voto en las encuestas presidenciales, anunció que, de llegar a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto, promoverá una reforma política que se enfoque, principalmente en tres puntos: disminuir el número de miembros del Congreso, poner requisitos concretos a los candidatos a dicha corporación y limitar el periodo de permanencia de quienes se elijan.
“Nos sobran 100 congresistas”, dijo Duque, aunque sin profundizar a qué cámara le restaría miembros, pese a que ambas corporaciones contarán con más integrantes a partir del próximo periodo, con la llegada de los 10 congresistas de la exguerrilla de las Farc, más las dos curules que ganarán de manera automática los segundos con mayor votación después del candidato presidencial que gane las elecciones el 27 de mayo o el 17 de junio, si hay segunda vuelta.
Entre tanto, el aspirante de la denominada Coalición Colombia, Sergio Fajardo, dijo el centro de su reforma política será la lucha contra la corrupción, cuyo paso previo lo está adelantando su fórmula vicepresidencial, Claudia López, quien busca convocar a una consulta anticorrupción próximamente. Fajardo aseguró, sin embargo, que no promoverá una Asamblea Nacional Constituyente para modificar este u otros aspectos relacionados con la justicia, pues “Colombia tiene todas las heridas de la polarización, de lo que pasó con el proceso de paz, de lo que ha sido la guerra, y no vamos a abrir más heridas”, señaló.
El candidato Gustavo Petro, por su parte, sorprendió con anunciar que, si tuviera capacidad de nominación única para asignar al fiscal general de la nación, pondría en el cargo al jurista Iván Velásquez. Uno de los personajes más controversiales en Guatemala, quien se viene desempeñando como jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad de ese país.
Velásquez, declarado como persona non grata por el gobierno del presidente guatemalteco Jimmy Morales –decisión que fue cancelada por la Corte Constitucional de ese país- es uno de los personajes más criticados por el expresidente Álvaro Uribe, pues encabezó una investigación contra organizaciones criminales de la que resultó afectado Mario Uribe, primo del hoy senador Uribe Vélez.